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Cine Braille

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Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia

LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL HOLGAZÁN DE OFICINA

Diez consejos para pasarla bien sin trabajar de más. No te doy once o doce porque, la verdad... tanto jugar al Buscaminas me dio sueño.

 

1 Evite trabajar en las fases finales de cualquier proceso administrativo
De otro modo, usted deberá correr con la lengua afuera para recuperar los retrasos originados en las etapas previas. Trate de trabajar en las primeras fases ¡y que se apuren los otros!
2 Especialícese en su tarea y evite conocer las más nimias nociones de todas las demás
De esta manera, como usted no podrá ser derivado a cualquier otra labor, una vez que usted acabe con su trabajo podrá hacer tiempo sin que nadie lo moleste. Además, usted no correrá el riesgo que se describe en el apartado tercero.
3 Cuando lo convocan a realizar una tarea en remplazo de otro empleado, evite ser más eficiente que la persona a quien usted suplanta
Si su labor se revela superior a la de su remplazado, es muy probable (97% de probabilidades) que usted pase a remplazarlo definitivamente, sin que por ello usted sea absuelto de sus labores anteriores. Así, usted trabajará el doble por el mismo sueldo. Si usted trabaja en una empresa privada, el empleado ineficiente al que usted remplazó corre serios riesgos de ser echado en la próxima reestructuración de personal. Si usted trabaja en una repartición estatal, el empleado ineficiente al que usted remplazó será castigado asignándole una tarea que le permitirá trabajar aún menos que antes. Existe un 90% de probabilidades de que este empleado ineficiente sea enviado a trabajar en el archivo.
4 Nunca proponga cambiar ciertos procedimientos por otros que, a su juicio, resulten superiores
Existe un 98,5% de probabilidades de que a usted se le asigne la tarea de llevar adelante los nuevos procedimientos, como castigo a su iniciativa.
5 Las normas sólo existen para que los jefes se reserven la facultad de conceder excepciones
La diferencia crucial entre un jefe y un subordinado es que el jefe puede flexibilizar el cumplimiento de una norma si ello le conviene, y el subordinado no. Por ejemplo, la razón de ser de los horarios rígidos de atención al público es que el jefe, para anotarse un poroto, puede disponer que se atienda a una persona fuera del horario que él mismo ha fijado. Como ya sabían los chinos hace varios siglos, el poder es la capacidad de fijarse uno mismo (y modificar a gusto) sus normas de comportamiento.
6 Bajo ningún motivo tome vacaciones
Ninguna organización tolera de buen grado que su personal se vaya de vacaciones. Por ello, las tareas se organizarán de tal manera que, como castigo, una persona pasará la primera semana posterior al regreso a su trabajo ocupado en las labores que no efectuó durante sus vacaciones y que nadie realizó en su ausencia. Por cierto, además de las tareas propias del día a día.
7 El desorden es el mejor aliado
Nunca cometa el imperdonable error de mantener su escritorio limpio y despejado de papeles. Sus jefes interpretarán que usted trabaja poco, por lo que inmediatamente le asignarán nuevas tareas. Mantenga su escritorio cubierto de papeles y biblioratos, y sus jefes interpretarán que usted trabaja muchísimo y no lo molestarán.
8 Ponga cara de preocupado cuando realiza una tarea
Si su superior ve que usted realiza sin esfuerzo una cierta tarea, le asignará otras. Simule que su trabajo le insume un notable esfuerzo: de esta manera, existe un 96% de probabilidades de que no le asignen tareas adicionales.
9 Siempre demore en entregar un informe que ya ha terminado
Hágale pensar a su superior que la tarea es mucho más complicada de lo que en realidad es. Es un error imperdonable acostumbrar a un jefe a recibir con celeridad lo que a usted se le encarga: si usted alguna vez se demora porque algún problema lo retrasa, se le echará en cara la diferencia de velocidad en la entrega del informe. Relaciónese con los apartados 7 y 8.
10 Si usted es jefe, deje en paz a los empleados ineficientes y exprima a los empleados eficientes
No se puede sacar aceite de las piedras; convénzase. Delegue las tareas delicadas en quienes pueden llevarlas a cabo.