ABOUT A BOY
(1) Hubo una vez un chico rubio y de ojos inolvidables que se convirtió en una estrella de rock pese a abominar de la trivialidad del género, pese a sentir que, muerto el hippismo, muerto el punk, el rock ya no tenía sentido y pese a querer ser honesto consigo mismo por sobre todas las cosas. Hubo una vez un chico rubio y de ojos inolvidables que tenía a su alcance las drogas que quisiera, las mujeres que quisiera, las buenas causas tranquilizadoras que quisiera… y no lo soportó. En otras páginas de este número nos encargamos de la música que hizo: aquí, de la vida de un chico creativo, sensible y vulnerable que entendió como nadie que el éxito es otra trampa. Con ustedes, Kurt Donald Cobain. (Nota originalmente publicada en 45 RPM).
"Ese chico tiene algún problema: frunce el ceño sin ningún motivo". William Burroughs, al conocer a Kurt Cobain.
COME AS YOU ARE (2)
Kurt Donald Cobain nació el 20 de febrero de 1967 en Aberdeen, en el noroccidental estado de Washington, EE.UU. Sus padres eran Donald, mecánico, y Wendy, secretaria y ocasional mesera de bar. Suele afirmarse que los acontecimientos de la niñez prefiguran quién será una persona en su adultez: en el caso de Kurt, ese lugar común parece bastante cercano a la verdad. Al niño Kurt le encantaba cantar; el niño Kurt no podía quedarse quieto ni prestar atención por demasiado tiempo, por lo que a los 7 años se lo empezó a medicar; el niño Kurt se derrumbó con la separación de sus padres cuando él tenía 8 años. El divorcio, recuerda su madre, hizo que Kurt se retrajera notablemente; él mismo solía decir que se sentía avergonzado de no tener una familia como todos sus compañeros. Tras un año viviendo con su madre, se mudó a la casa de su padre en Montesano, un pueblo cercano.
En la escuela demostró escaso entusiasmo por los deportes, tal vez porque su padre lo incentivaba a participar en disciplinas como lucha o béisbol: hasta tal grado le desagradaban que saboteaba toda prueba que se le tomase. Sí le gustaban las materias con orientación artística, sobre todo dibujo. Se hizo amigo de otro chico que compartía sus gustos, pero el otro chico era homosexual: eso le valió ser maltratado por los machos alfa dominantes de su camada (los verdaderos destinatarios de "Territorial pissings") y Kurt vino a resultar una especie de víctima de la homofobia por simpatía. Como reacción, pintaba en las paredes de la calle frases como “Dios es gay”. En sus diarios, publicados tras su muerte, llegó a escribir “no soy gay aunque quisiera serlo, sólo para mandar a la mierda a los homofóbicos”.
Del odio, la marginación y la impotencia que sentía en ese entonces dan cuenta estas palabras de sus diarios: “ha llegado la hora de que todos los ‘ganadores’, las porristas y los jugadores de fútbol se desnuden delante de todo el colegio durante una asamblea general y supliquen perdón y misericordia con toda su alma, y reconozcan que están equivocados. Son los representantes de la codicia y los valores egoístas, y no bastará con que afirmen lamentarse de su conducta, deben decirlo en serio, deben verse con una pistola apuntada a su cabeza, deben verse aterrorizados sólo de pensar en convertirse en los republicanos del futuro, blancos de derechas arrogantes, farisaicos, segregacionistas, propagadores del sentimiento de culpa y lameculos. MUERTE A LOS ROCKEFELLERS”. Sí: al comienzo de su adolescencia, Kurt Cobain era el último loser de su curso, aquel a quien las chicas ni miraban y los chicos usaban de blanco de sus burlas. Se veía a sí mismo con la autoestima por el piso, siendo "un chico ratonil, poco desarrollado e hiperactivo cuyo torso habría cabido en una de las piernas de sus jeans acampanados". Podría haber seguido siéndolo toda la vida, pero a los catorce años descubrió el camino que le permitiría exorcizar la furia que le quemaba el pecho: en su cumpleaños, le regalaron una guitarra.
Con ella empezó a sacar temas de Led Zeppelin, AC/DC, The Cars, y a labrarse una vía de
escape hacia la escena punk del Noroeste. Pronto se hizo amigo de un grupo de músicos hardcore de Montesano, The Melvins, además de ser plomo eventual y hasta someterse
a una prueba como bajista, en la que sus nervios lo traicionaron y tocó en
forma pésima. Fueron los Melvins los que le mostraron
a bandas punk de
la Costa Oeste
que serían importantes en su desarrollo musical, como Black Flag.
A los quince años se volvió a Aberdeen. Tampoco encajó en esa ciudad, y terminó de fracasar en sus estudios: ni siquiera logró terminar el equivalente norteamericano de la secundaria argentina o el liceo uruguayo. Entonces su madre le dijo que se consiguiera un trabajo o se fuera: la amenaza iba tan en serio que Kurt se encontró, un día, con todas sus pertenencias en la calle. Por un tiempo durmió en casas de amigos, y hasta algunas veces se coló a dormir en el sótano de la casa materna. Alguna vez contó que pasó un tiempo durmiendo bajo el puente de un río cercano (el Wishkah). Krist Novoselic, que lo conocía de un poco antes de ese momento, afirma que eso no es cierto.
Tras una temporada de trabajo en una playa cercana, a los 19 años juntó suficiente dinero como para alquilarse una casa por primera vez. Ya sentía tremendos dolores en su estómago, una dolencia que lo torturaba a cada momento y que los médicos jamás lograron diagnosticar. Dijo una vez sobre ese dolor: "me daba ganas de matarme. Me pasaba semanas postrado en la cama, muerto de hambre y vomitando. Entonces pensé que si me sentía como un drogadicto, por qué no serlo de verdad". Para combatir esos dolores que no lo dejaban dormir, había recurrido a un calmante de pesadilla: la heroína.
En esos años formativos, Kurt no sólo absorbió los credos musicales del punk, el hardcore y el rock pesado, sino que absorbió también eso que el Indio Solari llama cultura rock: la idea de que el rock no es sólo un estilo musical como cualquiera, o la forma más segura de coger todas las noches con una (dos, tres) chicas diferentes, sino que implica todo un modo de vida alternativo a la sociedad de consumo. Para desgracia de Kurt, no era el 1967 del sueño hippie ni el 1977 de la furia punk, sino el 1987 del supercapitalismo militarizado de Reagan y el rock convertido en su música funcional: sus diarios privados y sus declaraciones públicas demuestran hasta qué punto era consciente de las luchas de pasadas generaciones rockeras, así como de vivir en una época fundada precisamente en el fracaso de esas luchas. Para seguir ese camino se requería ser o muy fuerte, o muy cínico, y Kurt no era ninguna de las dos cosas: lo que entonces hizo fue poco menos que elegir una causa por la cual marchar al martirio.
A fines de 1987, y tras mucho insistirle, Kurt logró que Krist Novoselic se asociara con él para armar una banda. Encontrar un baterista que les conformase les costó bastante trabajo: la formación recién se estabilizó cuando Chad Channing tomó los palillos. El nombre Nirvana apareció a comienzos de 1988, año de las primeras actuaciones, y era una confesión tan descarnada que nadie la entendió como tal hasta un aciago día de 1994: el nirvana del budismo es la paz que llega con la extinción del deseo, el fin del sufrimiento por la disolución en la inexistencia.
Dicen los diarios de Kurt: “NIRVANA es de Olympia,
Washington, a
60 millas
de Seattle. El guitarrista / vocalista (Kurt Cobain) y el bajista (Krist Novoselic) de NIRVANA
vivían en Aberdeen, a
190 millas de Seattle.
La población de Aberdeen está compuesta
mayoritariamente por leñadores ignorantes y fanáticos – mascadores de tabaco,
cazadores de venados y homofóbicos – que no ven con
buenos ojos a los new wavers con
pintas raras. (Chad) el baterista es de una isla de niños ricos adictos al LSD.
NIRVANA es un trío que toca rock duro con toques de punk. Normalmente no tienen
trabajo. Así que pueden ir de gira en cualquier momento. NIRVANA no ha tocado
nunca versiones de clásicos como "Gloria" o "Lououie Lououie", ni
tampoco ha tenido que reescribir estos temas y decir que son suyos. NIRVANA
está buscando la manera de grabar su música en vinilo o conseguir un préstamo
de 2 mil dólares”. Al poco tiempo, en noviembre de ese año, grabaron su primer
simple, el de "Love Buzz" y "Big cheese", editado por un sello
independiente de Seattle. El primer disco, “Bleach”, fue grabado durante el invierno boreal de 1988-89
y editado el 15 junio de este último. Durante el resto del año, la banda
comenzó a hacer giras, apoyada en la buena acogida que el disco tuvo en el
circuito de radios universitarias.
IN BLOOM (3)
En abril de 1990,
Nirvana comenzó a trabajar el material del segundo disco con el productor Butch Vig en unos
estudios de Wisconsin. Kurt y Krist ya tampoco
estaban satisfechos con Channing, y tras probar otros
bateristas se quedaron con uno que les pareció nacido para serlo: Dave Grohl, que venía de tocar en bandas hardcore.
En ese año algo oscuro se sentaron las bases de todo lo que vendría después,
porque a la composición y arreglo de varios de los temas del futuro “Nevermind” y a la incorporación de Grohl,
se sumaron tres hechos de gran importancia. El primero: Nirvana se mudó a una
compañía grabadora más grande,
la
DGC de David Geffen. El segundo:
Kurt conoció a Courtney Love en un show que Nirvana
y Hole dieron en Portland. Ambos conversaron
brevemente: Courtney (cuya infancia y adolescencia fueron tan complicadas como
las de Kurt) quedó impactada e intentó seducirlo, pero Kurt se mostró más bien
evasivo. El tercero: el consumo de heroína de Kurt dejó de ser ocasional y se
transformó en adicción.
Entre mayo y junio de 1991
se grabó el disco capital de Nirvana, “Nevermind” (“no importa”). La banda mostró bastante desencanto con la mezcla: siempre les pareció ¡excesivamente pulcra! La placa se
editó en setiembre, y causó una revolución, en buena medida gracias al tremendo
video de "Smells like teen spirit", que sacó a
patadas de los rankings de la edulcorada MTV a Michael
Jackson y a bandas como Poison, que hoy resultan risibles por su heavy metal a base de coiffeurs. Para
la Navidad de ese año, el simple
vendía la impresionante cantidad de 400 mil copias por semana, y el 11 de enero
de 1992 llegó al tope en las listas de Billboard.
Por ese entonces, Kurt y Courtney ya se habían vuelto a encontrar, pero esta vez para siempre. El uno se reconoció en las heridas y tristezas del otro: más allá del buen sexo o del compartido consumo de heroína, Courtney fue para Kurt el refugio maternal donde resistir la crueldad y la estupidez del mundo ("tirá el cordón umbilical para que pueda trepar por él", canta en "Heart-shaped box", gran tema del disco transparentemente llamado "In Utero"). Al menos por un tiempo.
Pronto Courtney descubrió que estaba embarazada, y ambos se casaron el 24 de febrero de 1992 en las playas de Waikiki, Hawaii. La responsabilidad de ser padre llevó a Kurt a su primer intento de rehabilitación, pero en una gira por Australia se sintió tan débil que pronto volvió a la heroína.
El 18 de agosto nació su hija Frances. Kurt estaba tan asustado que Courtney tuvo que brindarle apoyo durante las contracciones: "le sostenía la mano y le frotaba el vientre mientras la que tenía al bebé era yo". En ese mismo 1992, Courtney cometió la imprudencia de decirle a la revista Vanity Fair que se había inyectado heroína sin saber que estaba embarazada. En medio del consiguiente revuelo, Courtney dijo que fue mal citada, pero la justicia decidió quitarles a los padres la custodia de Frances cuando ella tenía dos semanas. Les fue devuelta recién una vez que decidieran someterse a una batería de tests y a visitas regulares de un asistente social.
El año de la consagración trajo también más giras (incluyendo un paso por el estadio de Vélez Sársfield en Buenos Aires), una memorable e incendiaria actuación de la banda en los MTV Music Awards y, en diciembre, la edición de un compilado de rarezas, “Incesticide”.
En febrero de 1993, para grabar “In Utero”, la banda llamó a Steve Albini, el productor del “Surfer Rosa” de Pixies, un disco admirado por Cobain. Junto a Albini, los tres Nirvana grabaron y mezclaron todas las canciones en muy poco tiempo (13 días) y con un enfoque mucho más despojado (apenas hubo sobregrabaciones). Pero la crudeza del sonido planteó problemas con la grabadora, y además Kurt estaba disconforme con algunas pistas, por lo que se llamó al productor de REM, Scott Litt, para regrabar algunas partes y remezclar la placa. En medio de estas peleas, Kurt pasó un muy mal momento, culpa de una sobredosis, antes de una actuación en Nueva York en julio de 1993. En vez de llamar a una ambulancia, Courtney le inyectó Narcan y, con ello, Kurt pudo tocar.
“In Utero” debutó como número uno en setiembre. En noviembre, Nirvana grabó su recordado show unplugged para MTV en Nueva York, que fuera editado como CD tras la muerte de Kurt, a fines de 1994.
ENDLESS, NAMELESS (4)
"Ya no queda forma de ser subversivo en el rock, a menos que revientes habiéndote llenado el culo con dinamita" (Cobain a Melody Maker, 1992).
Sobre el final, los diarios de Cobain son una sola y amarga repulsa del mundo: estaba harto del rock, harto de buscarle un sentido, harto de que ya se hubiera dicho y hecho todo. Estaba lleno de rabia y de dolor, y le asqueaba que la razón de su éxito masivo fuera precisamente ésa. En sus diarios afirma que, si Jimi Hendrix estuviera vivo, se dedicaría a comer salmón y usar lentejuelas: cuesta creer que no proyectó esa imagen de la decadencia sobre sí mismo. Tal vez sintió (debe haber sentido, supongo) que la única manera de demostrar su honestidad como artista era tomar una decisión radical. Tras un show en Alemania el 1º de marzo de 1994, Kurt se sintió mal, y le diagnosticaron bronquitis y laringitis. En Roma, al día siguiente, Courtney se dio cuenta de que Kurt había tomado champagne y Rohypnol en exceso y pidió que lo llevaran a un hospital: más tarde pensaría que se trató de un primer intento de suicidio. Kurt pasó el día entero inconsciente; al quinto día, se subió a un avión y se volvió a Seattle. El 18, Courtney llamó a la policía: dijo que Kurt se encerró en una habitación con un arma mientras gritaba que pensaba suicidarse. Cuando llegaron los agentes, Kurt desmintió a Courtney y ésta terminó por desdecirse.
El 25 Courtney reunió a varios amigos para que exhortaran a Kurt a reconocer su adicción y a aceptar tratarse. Dio resultado: Kurt comenzó un tratamiento de desintoxicación el 30 en Los Ángeles… para escaparse esa misma noche y volver de incógnito a Seattle. El 2 y 3 vagó por los alrededores de su ciudad, mientras Courtney contrataba a un investigador privado para ubicarlo. El 7 (entre crecientes rumores de la separación de Nirvana) se supo que banda se bajaba del festival de Lollapalooza: nadie sabía lo que sucedería al día siguiente pero que, en realidad, ya había sucedido.
Kurt fue hallado muerto por un electricista el 8 de abril en el altillo de su casa Seattle: se había pegado un tiro. La autopsia indicó la presencia de heroína y Valium en grandes cantidades, así como que llevaba muerto al menos tres días. Fue enterrado el sábado 10. Ese día, Courtney leyó su nota suicida en público, enojada y abrumada con la decisión, e interrumpiendo la lectura frecuentemente para exclamar frases como “si tanto odiabas ser una estrella de rock, boludo [asshole], hubiera bastado con que dejaras de serlo”.
¡Ah, Courtney, si a Kurt le hubiera sido tan fácil!
ARTÍCULOS
“Kurt Cobain: diarios de amor, locura y muerte”. Barney Hoskyns, Clarín, 9 de noviembre de 2002.
“Toda la verdad, nada más que la verdad”. Pablo Schanton, Clarín, 9 de noviembre de 2002.
“El último mártir del rock & roll”.
Pablo Schanton, Revista
La Mano No. 1, abril de 2004.
“El grunge a diario”. Eduardo Fabregat, Suplemento No de Página/12, 10 de agosto de 2006.
NOTAS
(1) "Acerca de un chico".
(2) "Vení tal como sos" o "vengan tal como son".
(3) "En flor".
(4) "Sin fin, sin nombre".