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Cine Braille

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Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia

EL HOMBRE NUCLEAR

El Hombre Nuclear (The six million dollar man, El hombre de los seis millones de dólares en España). Serie norteamericana emitida por la cadena ABC en cinco temporadas, tres películas para TV y noventa y nueve capítulos, 1973-78. Basada en una novela de Martin Caidin. Con Lee Majors, Richard Anderson, Martin E. Brooks y elenco..

 

El astronauta y coronel de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos Steve Austin sufre un gravísimo accidente mientras prueba un prototipo aeronáutico. Imposibilitado para siempre de volver a tener una vida normal debido a las terribles heridas y mutilaciones padecidas, Austin decide aceptar la propuesta de una muy secreta agencia estatal norteamericana de reconstruir su cuerpo con partes cibernéticas, a cambio de servir a dicha organización. (Entre Robocop y James Bond, irá pensando el espectador de hoy). ¿El costo del tratamiento? Seis millones de dólares de 1973, unos 34 millones de 2019 ajustados por la inflación norteamericana, y unos seis mil millones (billions) ajustados por la inflación de Hollywood, que prevé para 2020 una remake con ese disparate monetario en el nombre. Difícil encontrar un seguro de salud que lo cubra.
La serie fue muy exitosa en su tiempo, merced a buenos guiones, buenos efectos especiales y  de sonido y algunos recursos que enamoraron para siempre al espectador de entonces, como las escenas en cámara lenta que, paradójicamente, representaban momentos en que las piernas biónicas del protagonista desarrollaban una velocidad de casi cien kilómetros por hora en carrera. Obviamente, y en beneficio del interés dramático, el héroe tenía sus puntos débiles, como la incapacidad de sus partes cibernéticas de funcionar adecuadamente en el frío extremo, o el amor por Jamie Sommers, una ex tenista profesional (Lindsay Wagner) a la que un oportuno accidente coloca en la misma situación desesperada que a Austin, quien ruega a su superior Oscar Goldman que la salve de la discapacidad como lo salvó a él. Lo que no puede hacer la tecnología es hacerle recuperar a Jamie la memoria perdida por la conmoción causada por el accidente, por lo que Austin debe verla partir de su lado y aún enamorarse de otro hombre, por no hablar de irse a otra cadena a tener su propio programa, La mujer biónica. Como si no hubiera sido suficiente abaratar el prodigio extrayendo de la costilla cibernética del Adán nuclear una Eva biónica, en algún capítulo aparece un perro con partes biomecánicas, como para comprobar una vez más la compulsión de los directivos y creativos de las cadenas de TV por repetir las ideas exitosas hasta autoparodiarlas.
Las aventuras de Austin lo llevaron de Arabia Saudita hasta la superficie de la Luna, y a enfrentar a los espías soviéticos de costumbre casi tantas veces como debió colaborar con ellos: la serie se emitió en un raro interludio de la Guerra Fría en que la Unión Soviética y Estados Unidos aceptaban coexistir pacíficamente y compartir el recelo que les despertaba la China de Mao.
Una compulsa de los episodios nos puede llevar a descubrir que Steve Austin tiene que hacerse cargo de rescatar a las víctimas de un reactor nuclear soviético a punto de estallar, más de una década antes de Chernobyl (Doomsday, and counting). En el genial capítulo The last kamikaze debe rescatar una bomba atómica que, por accidente del avión que la transportaba, había caído en una isla del Pacífico ocupada por el último veterano japonés que todavía creía pelear la Segunda Guerra Mundial. Hay episodios insólitos como A bionic Christmas carol, o sea un cuento de Navidad biónico (sic) y otro donde Austin, siempre propenso a los accidentes, se topa con una discontinuidad en el espacio tiempo y aparece en el entonces futuro 1984 (Just a matter of time). Hay adversarios pertinaces, como una sonda soviética accidentalmente desviada de su destino en Venus, o unos seres extraterrestres que utilizan un androide para amedrentar a posibles curiosos y que no es otro que el Sasquatch.
Entre los actores invitados hubo varias figuras legendarias del cine y la TV de la época: William Shatner, Chuck Connors, Darren Kolchak McGavin, Britt Ekland, George Takei, Farrah Fawcett. Jack Colvin, Dick Van Patten, Greg BJ Evigan, Pernell Roberts, Bernie Kopell, una muy joven Kim Basinger y hasta el gran campeón de boxeo George Foreman.