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DESATORMENTÁNDONOS

Pall Mall Fest en el Estadio Polideportivo de Mar del Plata. La Chilinga – Teatro Sanitario de Operaciones – Luis Alberto Spinetta - Divididos. Miércoles 29 de enero de 2003, 19 horas. [Nota escrita para la desaparecida revista virtual montevideana LadoB, publicada en su número de marzo de 2003].

Estamos en el siglo XXI y ya no alcanza con que una marca de cigarrillos auspicie un festival de rock. Ahora hay que organizar un evento (tan multimedia ¿viste?) que incluya un miniparque de diversiones al aire libre (caminatas lunares, paredes de abrojos), promotoras ofreciendo cigarrillos, una muestra de la edición argentina de la Rolling Stone (Excelentísimo Señor Director de LadoB..., tome nota), la conducción de Lalo Mir, pantallas de video... y rock en vivo.

Pero estar en el siglo XXI no significa que si la entrada dice "apertura: 19 horas" se abran las puertas a las 19 horas, y menos si afuera se desata una de las habituales tormentas vespertinas de este pesificado verano marplatense 2003 y 7500 personas se mojan de la cabeza a los pies. Mucho marketing, pero en algunas cosas siempre estamos haciendo los primeros palotes.

Vamos al arte en sí. Abrió el fuego La Chilinga, la formación del ex baterista de Los Piojos, Daniel Buira. La banda explora ritmos africanos, rioplatenses y caribeños con temas de una energía fenomenal, a partir de una base de hasta cinco percusionistas (!) en algunos temas. Dejaron ganas de más.

[Derecha: Spinetta y Divididos juntos en el Quilmes Rock 2003, unos meses después de este recital. La postal que nos negaron, muchachos]

Luego fue el turno del Teatro Sanitario de Operaciones, una troupe del estilo de la Organización Negra, la Fura del Baus o De la Guarda. Para describir acabadamente al T.S.O. haría falta la pluma de un William Burroughs: circo posnuclear, teatro punk, vanguardismo tribal... algunas frases que tal vez y sólo tal vez den una idea de lo visto.

Luego fue el turno de Luis Alberto Spinetta, una leyenda viva del rock cantado en español, y que se niega a adormecerse en el confort de ese Olimpo estéril.

El comienzo rockero con Tonta luz (de su último disco, Silver Sorgo, como casi toda la lista de temas) dio paso a una sorpresa: una versión de una canción de Fito Páez, Las cosas tienen movimiento. Luis está en una etapa que evoca a su banda de principios de los '80, Spinetta Jade: midtempos y baladas en donde el rock y el jazz conviven promiscuamente, sabiamente apoyado en una banda integrada por Javier Malosetti en bajo, Daniel Wirtz en batería y Claudio Cardone en teclados.

El Flaco, recibido con un enorme respeto por una multitud que, en su mayor parte, esperaba la actuación de Divididos, conmovió con algunos solos de guitarra precisos, afilados, ardientes y helados a la vez, y con interpretaciones en las que su voz casi se quiebra de emoción, como en El mar es de llanto o Perdido en ti. Cerró su show con Me gusta ese tajo, un blues reventado de la época de Pescado Rabioso, cuando su música coqueteaba con Deep Purple y Led Zeppelin y llegaba a cumbres a las que los chabones de hoy todavía no se han ni acercado.

Ahora estoy en problemas. ¿Cómo poner en palabras la actuación de Divididos? ¿Qué se puede decir de nuevo, de interesante, de este trío a esta altura de su carrera? Fue una actuación sin sorpresas: arrasaron como siempre, sometiendo al público a dos horas casi continuas de pura energía rockera. Abrieron el show con Cajita musical y la notable Ay qué dios boludo, de su último CD, Vengo del placard de otro. Posteriormente, sólo recurrieron a él para evocar a Pescado Rabioso con Despiértate nena.

Como no recuerdo bien el orden en el que tocaron los temas, paso a detallarlos siguiendo el orden de los discos. Del inicial Cuarenta dibujos ahí en el piso hicieron Camarón Bombay, en tiempo de reggae. De Acariciando lo áspero, además de los temas de cierre, tocaron una versión terrible de Paraguay, Qué tal y el hendrixiano Voodoo Child.

De La era de la boludez tomaron Salir a comprar, las enganchadas Rasputín y Hey Jude y Paisano de Hurlingham (no, no hicieron El arriero ni Qué ves). Del injustamente ignorado (en su momento) Otroletravaladna, tocaron festejadas versiones de Tomando mate en La Paz y Basta fuerte. Del recopilatorio Divididos, Capo capón. Gol de mujer aportó Alma de budín, Nene de antes y Sobrio a las piñas, así como de Narigón del siglo... provinieron Vida de topos", Tanto anteojo y Casi estatua.

El cierre fue con el popurrí de Sumo (partes de El ojo blindado, Estallando desde el océano, Mejor no hablar de ciertas cosas, No duermas más y Mañana en el Abasto) y con una seguidilla de Acariciando lo áspero (Azulejo, Ala delta, Cielito lindo y El 38).

Y nada más que decir de una actuación como tantas. Salvo, tal vez, lamentar que la promesa de una actuación conjunta de Spinetta y Divididos no se halla verificado. Ésa, muchachos, nos la deben. Conste en actas.

Reproducido en la revista virtual uruguaya LadoB..., en su número 24 - marzo de 2003.

 

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