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TEMA POR TEMA: INCANDESCENTE, DE RICHARD COLEMAN
Este modesto rincón de Internet presenta al doctor Alan Grant y su análisis del nuevo disco del antiguo integrante de Fricción y Los Siete Delfines, destacado colaborador de Gustavo Cerati y solista por derecho propio desde hace unos tres años. Pase y revuelva.
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Incandescente: en el comienzo fue un midtempo que no hubiera desdeñado Diego Torres, con momentos algo melosos como el estribillo. En el final, una sección de cuerdas y un solo de guitarra acorde a las normas IRAM mejoran el balance rockero. Y sí, la gente tiene derecho a cambiar, por más que le pese a la agrupación La Parménides, esos inmovilistas recalcitrantes.
Perfecto amor: una canción pop más rápida que la anterior, con una letra romántica y sencilla, en las antípodas de esos versos oscuros cargados de alusiones a la ciencia ficción que nos gustaban tanto. El arreglo de voces es muy lindo, y la melodía es muy ganchera y radiable, bien La Mega.
Fuego: cuando ya estaba por mandar "poné un rock" al 2020, Coleman saca de la galera un tema en el cual su guitarra y la de Gonzalo Córdoba se sacan chispas. La letra juega con imágenes cargadas de erotismo, hasta acá lo mejor del disco. Para mí eh, para mí.
Corre la voz: temazo con un complejo y muy lindo arpegio de guitarra al comienzo, un estribillo poderoso, la participación destacada de Skay Beilinson y una letra sobre desamor que levanta la puntería con respecto a los temas previos ("todo terminó / y un remolino se lleva / las pocas cosas que quedan"). Lo mejor del disco; no hubiera desentonado en ese gran álbum que sigue siendo Siberia Country Club.
Como la música lenta: corte de difusión, tempo rápido, una muy buena letra que nos trae al viejo Richard de siempre ("esta noche serviremos / el cuerpo de tu amante / en bandeja de cristal"; o "la tormenta es como la música lenta / y te veo en trozos de un espejo roto / Silbaremos con los labios rojos / una melodía que nadie conoce y que hice mía"). Me pregunto porqué no arrancó el disco con esta canción: los mejores temas se encuentran promediando la placa. ¿Que por qué el orden de los temas es importante? Porque el span de atención del oyente promedio no es demasiado prolongado: es difícil mantenerse concentrado escuchando un disco entero por demasiado tiempo. Si los mejores temas no están al comienzo, a lo mejor cuando vos ponés toda la carne en el asador el oyente ya se fue y te deja hablando solo.
Lo que nos une: pop hecho y derecho. A esta altura cabe la conclusión de que es el disco más pop de la carrera de Coleman, el menos musicalmente dark y el de letras menos recargadas. Lo que no tiene nada de malo: en definitiva, y como siempre, el que elige es el oyente. "Me interesa que cada vez más gente llegue a mi música" le dijo Coleman a Leonardo Ferri en una nota para Playboy, y entiendo que estos temas son una manera de presentarse ante un público nuevo.
Cuestión de tiempo: con la intervención de un viejo compañero de la banda de apoyo de Gustavo Cerati, Leandro Fresco, el tema es una balada con letra simple y un hamacarse propio de un himno de encendedores y celulares alzados. Dijo Borges, ya mayor, a propósito de un nuevo libro suyo: "no me juzgarán por el texto sino por la imagen indefinida pero suficientemente precisa que se tiene de mí”. Un defecto de los comentarios a una obra artística del que hay que tratar de huir.
Prohibida: segundo rock del álbum, con una letra de imaginería erótica que, apropiadamente, insinúa más de lo que dice ("y que ondulen las cortinas de mi lecho / conmovidas por la más honda pasión / Y poca luz, tal vez ninguna / en tu belleza de rara proporción / Estabas prohibida / puro tabú"). Tema con grandes partes de guitarra, como es de esperar de uno de los mejores guitarristas argentinos.
Momento de cambios: un rock al cual la participación de un banjo le da una linda sonoridad country. Otro buen momento de la placa.
Caja de fotos: un blues en 6x8, con gran participación de Alejandro Lerner en órgano Hammond, y una letra que habla de recuerdos y olvidos, en algún punto relacionada con el tema de la obra al que Coleman alude en reportajes, la obsolescencia de las cosas, aquí referida a uno mismo. La música recuerda bastante a First flash of freedom del gran Tom Petty y sus Heartbreakers.
A ciegas: otro rock, aunque no tan bueno como los otros, para cerrar el disco. La letra dice cosas como "diez mil veces contra una pared / me topé, yendo a lo seguro", u "otra vez voy a ciegas / rumbo a la catástrofe", o "no me prives de velocidad / o el despegue no sucederá". Pareciera una letra autorreferencial. o al menos relacionada con decisiones relativas a esta placa.
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