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VARÉNIKIS DE POLONIO 210: XXI COPA MUNDIAL DE FÚTBOL RUSIA 2018

Nuestros enviados especiales le cuentan a usted, eventual y acaso inexistente lector, toda la verdad acerca del acontecimiento deportivo del año. Y si no es toda la verdad pues será casi toda la verdad, digamos catorce diecisiete avos de la verdad. Porque no reparamos en gastos ni en esfuerzos para simular que mandamos a nuestro equipo especializado en deportes a cubrir la Copa del Mundo. En especial porque, además, ni siquiera tenemos equipo especializado en deportes.

18 DE JULIO: TRES DÍAS DESPUÉS

No quería terminar estas líneas acerca del Mundial de Rusia sin darle lugar a la mejor fotografía del certamen, y tal vez una de las mejores fotografías del año y de la historia de las Copas del Mundo. Es esta foto de Diego Maradona el nervioso día del Argentina - Nigeria en San Petersburgo, con una composición visual digna de un cuadro del siglo XVI.

 

16 DE JULIO: EL DÍA DESPUÉS

Me acordé de algo que escribí en medio del Campeonato Mundial de 2014, y me gustó volverlo a publicar, porque creo que es parte de la magia de un torneo así, que es mucho más que un simple campeonato de fútbol. Se titula "vivir sólo cuesta vida" y lo subí el 12 de julio de 2014. O sea, el viernes anterior a la final entre Argentina y Alemania.

"El otro día se comparaba el poco lucido encuentro Argentina - Holanda con partidos del torneo local, por la común ausencia de situaciones de gol. Creo que es un error,  pero no porque la semifinal del pasado 9 de julio haya sido un derroche de fútbol ofensivo, sino porque rigen dos patrones de medida totalmente diferentes. Y no porque en un Mundial estén los mejores del mundo, que es una verdad menos obvia que antes: después de todo, la calidad de los participantes en una Champions League no es radicalmente inferior. No, una Copa del Mundo es otra cosa porque es un certamen que se celebra cada cuatro años".

"Me explico. Perderse de ganar tres campeonatos locales es quedarse tres años sin festejar. (En Argentina, hasta la última y extraña reforma del calendario futbolístico, apenas un año y medio). Pero acumular frustraciones durante tres Mundiales es perder casi una década. Es ver pasar de largo una o dos generaciones enteras de futbolistas. (Desde 1990, última vez que llegamos a la final, los argentinos ya vimos desfilar sin hacer historia en una Copa del Mundo a tres generaciones: la de Batistuta, Simeone, Redondo, Cáceres, Balbo, Astrada; la de Ortega, Verón, Crespo, Ayala, Sorín, Gallardo, Almeyda; la de Saviola, Aimar, Riquelme, Cambiasso, Gaby Milito)".

"Cuatro Mundiales son dieciséis años. En dieciséis años se puede pasar de estudiante secundario a padre de familia, profesional independiente, dueño de un comercio, inquilino destacado del penal de Batán. Se puede pasar de la miseria a la fortuna, o recorrer el camino contrario. Se puede cambiar de pareja decenas de veces. Se puede cambiar la orientación sexual, o más bien admitirla. Volver la mirada cuatro o cinco Mundiales atrás es acordarse de los que hoy no están; pensar en dentro de cuatro o cinco Mundiales, por qué no en una hipotética Copa Mundial Uruguay - Argentina 2030, es pensar en los que acaban de nacer o están por hacerlo y la verán ya adolescentes. Es pensar en si nosotros mismos estaremos entonces quejándonos de un mal pase o un fallo arbitral, o gritando un gol o una salvada sobre la línea. Es pensar que en aquellos años recordaremos con nostalgia unos festejos como los del pasado miércoles o, quién sabe hoy, a esta hora, como los de mañana".

"Por algo los antiguos griegos medían el tiempo contando los años pasados tras los últimos Juegos Olímpicos".

 

15 DE JULIO: DÍA TREINTA Y DOS Y FINAL

¿El equipo del Mundial, para esta página? Courtois; Pavard, Godín, Sergio Ramos, Marcelo; Modric, Pogba, Hazard, Rakitic; Griezmann y Cavani. Como siempre, elegir sólo once deja con las ganas de nombrar más jugadores destacados. Acá nos inclinamos por arqueros como Pickford y Lloris (más allá de su macana en la final) y, para los penales, dos excelentes especialistas: el croata Subasic y el danés Schmeichel. Si queremos un volante central clásico para ese mediocampo de fuegos de artificio que elegí, pondría a Kanté. Y en menciones especiales: el algo subestimado Perisic, Willian, Philippe Coutinho antes de fundirse, el local Cheryshev, Lukaku, el colorado De Bruyne, Rakitic, el goleador de la Copa Harry Kane y la estrella del futuro, el juvenil francés Kylian Mbappé. Y como entrenador me quedo con el del campéon, Didier Deschamps, que hizo que todos bailaran la melodía que él quería, y le salió bien. Y además no se dejó vencer por el ego, por ese feo defecto del entrenador exitoso que es creerse un artista, más allá del bien y el mal. No. Cada jugador en su puesto, cada jugador elegido como pieza de un conjunto y no en forma aislada: la prueba es Giroud, que ni siquiera pateó al arco en todo el certamen, pero con sus movimientos creaba espacios constantemente para los volantes o para la subida de los marcadores laterales.

 

14 DE JULIO: DÍA TREINTA Y UNO

Bélgica derrotó 2-0 a Inglaterra en San Petersburgo, en ese partido siempre algo siniestro que enfrenta a los dos perdedores de la semifinal. Aunque no todos los equipos los juegan como si fuese una condena: sí lo es para equipos como Brasil en 2014 o Alemania en 2006, que ni en sus peores pesadillas se imaginaban peleando por la medalla de bronce. Pero no para selecciones a las que no les sobran éxitos internacionales, como Turquía y Corea del Sur en el insólito encuentro de esa Copa del Mundo insólita que fue la de 2002, o Uruguay que volvía en 2010 a los primeros planos después de décadas... o Inglaterra y Bélgica. Y ambas escuadras armaron un partido muy bueno, que llegó a ser excelente en los primeros 25 minutos del primer tiempo por la gran actuación de los belgas.

Ganó Bélgica porque es mejor equipo, porque tiene más variantes y mejores jugadores, y además pudo traducir todo eso en el resultado, que no siempre es sencillo. El primer gol fue un contragolpe genial armado por Lukaku y Chadli y finalizado por Meunier, que jugó un gran partido rompiendo la defensa inglesa por la derecha. Después hubo largos momentos en que los belgas liderados por un Hazard mágico tocaban y tocaban y los ingleses sólo miraban, corriendo de un lado a otro sin poder recuperar la pelota. Al menos no recurrieron al juego brusco, lo que cuenta como un mérito. En el segundo tiempo Dyer estuvo a un paso de empatar en una jugada aislada: literalmente un paso, el que dio Alderweireld para cerrar y sacarla casi en la línea de gol, con Courtois vencido. Pero fue una jugada aislada: al rato Pickford salvó a Inglaterra de un remate de Meunier tras una gran jugada colectiva en la que intervinieron De Bruyne y Mertens. Y faltando ocho minutos otra vez el colorado De Bruyne encabezó un gran contragolpe que definió genialmente el mejor jugador que tiene Bélgica y probablemente el mejor del Mundial, Eden Hazard, el admirador de Juan Román Riquelme. Para los belgas es un premio a un trabajo que ya prometía en 2014 y que llegó a la cumbre en esta Copa, ya que en 2022 la mayoría de estos muy buenos jugadores habrán pasado su mejor momento, tal vez con la excepción de Lukaku y de un muy joven Courtois. Y a los ingleses le cabe lo dicho acerca de los belgas en 2014: las condiciones son evidentes, sólo les falta madurez. Inglaterra será uno de los candidatos en 2022.

 

13 DE JULIO: DÍA TREINTA

Postales que nos deja la Copa del Mundo Rusia 2018. La ceremonia inaugural comenzando en órbita terrestre, en la Estación Espacial Internacional. El show de Robbie Williams. Los dos golazos de Cheryshev a Arabia Saudita. El cabezazo de Giménez cuando Uruguay - Egipto moría en un 0-0. Los tres goles de Cristiano Ronaldo a España para un 3-3 sensacional: el de penal, el que se hizo De Gea y el go-la-zo de tiro libre sobre la hora. El golazo de fuera del área de Nacho en ese mismo partido. El VAR como estrella de Francia - Australia: convalidando un penal discutible para Francia, señalando un penal por mano imperdonable de Umtiti para los australianos y salvándole a los franceses un gol válido de Pogba. Los corajudos islandeses sacándole un empate a una selección argentina parada como para enfrentar a Croacia. El tiro penal que Halldórsson le desvió a Messi, el mismo Halldórsson al que Cristiano Ronaldo le pateó otro penal en la Eurocopa 2016 y... le erró al arco. El boludo inconmensurable de Nicola Kalinic, que se perdió un Mundial tremendo de su equipo por armar una escena por haberido al banco contra Nigeria. Las atajadas de Keylor Navas que no alcanzaron para que Costa Rica ganara un solo partido. El golazo de Coutinho a Suiza. Las sobractuadísimas y risibles caídas de Neymar. La conmocionante victoria de México ante una Alemania irreconocible, muy poco efectiva en ataque y muy frágil en defensa. Las atajadas de ese gran arquero que es Guillermo Ochoa. Las corridas de Lukaku. La efectividad de Harry Kane. Las sorpresivas victorias de Japón ante Colombia y de Senegal ante Polonia.

El buen juego de Marruecos que nunca se pudo reflejar en el resultado. La pared de aire entre Jorgensen y Eriksen que termina en golazo de Dinamarca contra Australia. Los astutísimos croatas goleando a una selección argentina parada como para enfrentar a Islandia. El grosero error de Willy Caballero que termina en gol de Rebic. El abúlico Mundial de Messi. La vergüenza ajena que irradian envíos de TyC Sobres como Estudio Fútbol o No Todo Pasa, otro clamoroso fin de ciclo de este Mundial. La manito de Nigeria contra Islandia. La esforzada victoria de Brasil en los minutos finales del encuentro con Costa Rica. El escandaloso penal en estéreo que Lichsteiner y Schär le cometieron a Mitrovic y que ni el árbitro alemán Brych ni los polémicos titiriteros del VAR le concedieron a Serbia contra Suiza. El escandaloso penal de Boateng a Berg que ni el juez polaco Marciniak ni los titiriteros del VAR le concedieron a Suecia contra Alemania. El golazo de Toni Kroos de tiro libre en el último segundo, para refrendar la reacción de orgullo alemana contra Suecia. El golazo de Lingard a Panamá. El sensacional eje del mediocampo belga con De Bruyne y el colorado Hazard. La calidez y hospitalidad de los rusos, unánimemente reconocida. El soviet de futbolistas que derrocó a Sampaoli. El festival de audios truchos con que los serviciales lacayos de Angelici dijeron presente. Los festejos danzantes de los senegaleses. La conducción exquisita de Juanfer Quintero.

El golazo de taco de Iago Aspas a Marruecos y el de Ricardo Quaresma a Irán. Los infartantes minutos finales en paralelo de España - Marruecos y Portugal - Irán. El bochorno del pacto de no agresión franco-dinamarqués para beneficio mutuo. La rápida despedida de Perú tras un Mundial muy digno. El golazo de Messi a Nigeria tras un gran pase de Banega. El terror que nos causó el empate nigeriano. La salvada de Armani que le dio vida a Argentina. El insólito gol de Rojo tras insólito centro de Mercado que nos dio un partido más. El histriónico protagonismo de el Diego en las tribunas. El mediocampo de lujo de Croacia, con Modric y Rakitic como cerebros. El aporte ofensivo de Marcelo, el mejor lateral del mundo. La dignísima actuación de los coreanos del sur, que mandaron a casa a una Alemania desconocida. La imposible atajada de Kawashima que salvó un gol hecho del polaco Grosicki. El descolorido Mundial de Robert Lewandowski. Los excelentes estadios que la organización puso a disposición del Mundial.

El sábado en que se volvieron a casa y con las manos vacías Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. El infartante 4-3 que no reflejó la verdadera distancia en el juego entre Francia y Argentina. La inteligencia de Griezmann, la velocidad y la picardía de Mbappé, el golazo de Di María, el golazo de Pavard, el descuento agónico del Kun Agüero que casi le complica la clasificación a los galos. El adiós a los Mundiales de un enorme jugador como Mascherano. Los dos golazos de Cavani a Portugal, que no pudo disfrutar porque se lesionó y se perdió el resto de la Copa. La insólita falta penal con que Piqué le dio vida a Rusia. La atajada con los pies de Igor Akinfeyev a Iago Aspas en el tiro penal decisivo que eliminó a España. El tenso y parejísimo Croacia - Dinamarca en el que se lucieron dos arqueros brillantes como Subasic y el carismático Schmeichel. El golazo con que Willian y Neymar mandaron a casa a México. El apasionante Bélgica 3 - Japón 2, con los asiáticos jugando un partido memorable y los belgas remontando un 0-2 hasta pasar al frente en el último minuto con una gran jugada colectiva. La impresionante atajada de Jordan Pickford ante el remate de Mateus Uribe que le salvó el partido a Inglaterra ante Colombia.

El error de Muslera que sepultó las chances de Uruguay ante Francia, en el mismo partido de la atajada imposible de Lloris a Martín Cáceres. El criterioso tranco de Pogba. El sainete de Tapia, Angelici y Sampaoli, para quienes el papelón no tiene secretos. El golazo de De Bruyne a Brasil. La salvada de Courtois ante Neymar en el último minuto del entretenidísimo Brasil - Bélgica. El golazo de Cheryshev a Croacia. La eliminación de una muy limitada pero digna selección local. La muy buena actuación de una selección inglesa algo inocente, y que recién estará a punto dentro de cuatro años.

La parejísima semifinal entre dos selecciones muy astutas como Francia y Bélgica. La sensacional jugada que va de Hernández a Matiudi y luego a Mbappé, que habilita de taco a Giroud para que salve Dembelé en el último instante. La atajada de Lloris ante Alderweireld. La calidad inconmensurable de Eden Hazard. El golazo de tiro libre de Trippier a Croacia. La remontada de los croatas para ganar el partido en tiempo suplementario. Un Mundial más que vivimos, un Mundial más que pasa y nos deja esperando cuatro años. Y no sabemos todavía las postales que nos dejarán los dos partidos finales.

 

12 DE JULIO: DÍA VEINTINUEVE

Hoy se supo que Néstor Pitana será el árbitro de la final, sumándose así a una galería de jueces que tiene a otro argentino, Horacio Elizondo, que dirigiera la definición de la Copa del Mundo 2006 entre Francia e Italia. Tla como vienen las cosas en el fútbol argentino, parece que el mejor camino para ser parte de la magia de una final de un Mundial no es jugar al fútbol, sino estudiar de árbitro...

 

11 DE JULIO: DÍA VEINTIOCHO

Hoy fue el día de la segunda semifinal, en la que Inglaterra arrancó ganando muy rápidamente con un golazo de tiro libre de Trippier, pero los astutos y bravos croatas lograron empatar y llevar el partido a tiempo suplementario, en el que pasaron al frente con un gol de goleador de Mandzukic. Inglaterra no pudo devolver la copa del fútbol al lugar donde se inventó el deporte, y Croacia hizo el milagro de llegar a una final con una base poblacional apenas un poco superior a la de otro pequeño gigante del fútbol mundial, Uruguay: los dos países tienen más o menos la población de nuestra provincia de Córdoba, y ahí andan los cordobeses, festejando haber clasificado a una copa sudamericana. Cuando les toca.

Dos puntos más para destacar: uno, la burla a los enamorados del trabajo a largo plazo que es la selección croata, con un entrenador que asumió en noviembre del año pasado. Claro que es mejor llegar con un trabajo serio, pero eso tampoco garantiza resultados: vean sino a la selección alemana en este certamen. Y, atención, aún cuando uno venga mal, siempre hay tiempo para acomodar los melones si hay inteligencia y voluntad, como demostraron los balcánicos. Bien, la selección de la AFA se las arregló para hacer todo mal en los años previos a la Copa y para desperdiciar también la chance de encarrilar el proceso en la recta final. ¡Un éxito! Cierto, nos eliminaron nada menos que los dos finalistas, los dos mejores de todos. Pero es cierto también que ni Croacia ni Francia humillaron a rival alguno como humillaron a la selección argentina. Hasta Australia o Islandia se las hicieron más difícil, gente.

El otro punto a destacar es el impresionante año de Luka Modric. Además de hacer un gran Mundial él, llega a la final con su selección, y con su equipo el Real Madrid se llevó la tercera Liga de Campeones consecutiva. ¿Qué le falta a este hombre en 2018, la final de la Copa Intergaláctica contra los X-Men?

Para el final, el análisis del Mundial de dos invitados de lujo de CINE BRAILLE, dos personajes inolvidables: el entrenador y columnista retirado Carlos Bilardo y el comentarista jubilado Juan Marcio Fazzini. Ante nuesta requisitoria, dice Bilardo: "El otro día un tachero me pregunta, y tengo los videos, 'doctor ¿qué opina de Sampaoli?'. Y yo no dudo, está todo escrito eh, eso ya lo decía yo en el año 82, tengo los recortes, hay que entrenar todo, todo, hasta los festejos. Porque es un Mundial, te distrajiste y te robaron la cartera. ¿Vos alguna vez viste que un carterista se desgarrara porque no precalentó para salir rajando? Eso lo dije yo hace rato, está todo en un Gráfico del año 77, o 78, tengo los recortes, yo estaba dirigiendo al Deportivo Cali. Siempre para ganar eh, ganar es lo más importante, yo siempre fui así, me acuerdo cuando perdimos la final de la Libertadores con Nacional y estuve tres meses sin dormir. Madero ya quería traer ajo y una estaca. Yo soy así. ¿Qué quieren? ¿Jugar como si estuvieran en el arenero de la plaza con el pibe? ¿Que felicite a los contrarios cuando nos hacen un gol de pelota parada, que ensayamos tres años para que no pase? ¿Que después del partido me vaya con ellos a cenar? Pim pam pum, tengo los videos, unos con Rocco Siffredi. Y... yo le decía a Echecopar en el 68 o 69, seguro el 69, "hay que cuidar la flauta que la serenata es larga". Preguntale a Beckenbauer que piensa lo mismo. Pero ahora que todo se hace desde la computadora o el celular, los chicos de ahora... No podemos seguir como en la época en que yo era pibe, la orquesta de D'Arienzo… Tengo las grabaciones, con Jorge Valdez. Yo les dije, 'ojo con Francia que está bien, está bien', está en una entrevista que me hizo Víctor Hugo en el año 85. Y ojo con Bélgica les dije, lo dije en un programa de Mirtha Legrand, tengo los daguerrotipos de ella cuando era piba".

Se explaya el Tano Fazzini: "el fútbol no es tan complicado, se lo podemos explicar hasta a la patrona con un par de metáforas. Señora, esto es como cuando usted echa los ravioles del domingo al mediodía, después del vermucito y antes de que su marido y los pibes salgan de raje para ver el preliminar de la reserva: tiene que ser al agua hirviendo, justa, no antes porque se le sancochan. El fútbol es igual: el Mundial es el agua, los jugadores son los ravioles, y los entrenadores son el tuco. ¿Y los dirigentes? Los dirigentes son el queso, si es sardo mejor. Hay un lugar en la provincia de Sassari donde... Es como ese pibe que entra al boliche, y quiere encarar a la más linda de primera. Rebota, y de ahí en más, para abajo. Alfredo Di Stéfano me dijo en Mar del Plata, Mundial '78, la noche después del partido entre España y Brasil, en Ambos Mundos, comiendo un puchero de gallina con vino garnacha, una frase que nunca me olvidé: 'el que no juega se cotiza'. Hoy la selección argentina, después de este Ramadán de veinticinco años sin ganar nada, se va a armar con los que vieron el Mundial por TV: Icardi, Kranevitter, Pezzella, Lautaro Martínez, Centurión, incluso Dybala, que jugó pero un ratito. Le mostraron la sortija y a la vuelta siguiente lo bajaron de la calesita. Y Sampaoli chocó la calesita. Como Lole Reutemann, que todavía sigue dando vueltas en el circuito de Las Vegas tratando de alcanzar a Piquet. Como Mascherano corriendo a Mbappé, le dieron el Williams del Lole contra el Mercedes Benz de Lewis Hamilton. La caja de cambios con palanca contra estos autos que se manejan solos. Eso ya me lo decía Froilán González un día comiendo una picada en Arrecifes, me acuerdo que Froilán dijo 'traeme más de este quesito, nene, y si tenés salame de Colonia Caroya también, que con estos manicitos salados no podemos ni salir a clasificar'".

 

10 DE JULIO: DÍA VEINTISIETE

Y llegó la primera semifinal, entre dos equipos inteligentes, con vocación ofensiva, grandes individualidades y buen manejo de pelota. Y no fue un 4-3 infartante porque, en los partidos serios, los equipos serios no rifan sus chances con planteos inverosímiles o ataques suicidas. Fue un 1-0 definido, para variar, en una jugada de pelota parada de Griezmann para Umtiti, un defensor tosco que hasta ahora se ha salvado de quedar en evidencia porque el excelente mediocampo francés no permite que lo encaren mano a mano. No faltó la usual gran atajada de Lloris, esta vez ante un remate de Alderweireld a la salida de un tiro de esquina, en medio de un bosque de piernas (¿cómo hizo para verlo y reaccionar a tiempo?). Y también vimos la mejor jugada del Mundial que no fue gol: un contraataque francés en el segundo tiempo en el que la tocaron Lucas Hernández y Matiudi y que culmina en un fenomenal taco de Mbappé para Giroud que salva Dembelé cuando el delantero ya estaba cara a cara con Courtois. Ganó Francia, como otro día podría haber ganado Bélgica: eran dos equipos muy parejos, y cualquiera de los dos es un justo finalista.

Unas palabras para aquellos que apuestan a un "estilo" para todo el fútbol argentino desde las divisiones inferiores, supuestamente a imitación de Alemania. Hemos visto en esta Copa del Mundo que la era del fútbol de presión bien arriba y tenencia casi monopólica de la pelota parece haber pasado, tras unos diez años más o menos en que sus principales íconos se aburrieron de ganar campeonatos. Hoy priman los equipos flexibles, capaces de salir rápidamente en contragolpe pero también de tener la pelota si eso es necesario, y aún de definir partidos cerrados con jugadas de laboratorio: la revancha de Diego Simeone, por así decirlo. ¿No es un error apostar a un estilo que en unos pocos años, por el propio curso de la evolución del deporte, se verá superado por algún otro que surja precisamente para contrarrestarlo? ¿Existe un estilo argentino, uno solo? ¿El Boca de Bianchi no era tan reconociblemente argentino como el River de Ramón Díaz? ¿El Estudiantes de Zubeldía o el Boca de Lorenzo no son tan argentinos como La Máquina de River o el Independiente de Pastoriza de mediados de los ochenta? ¿Le faltaba técnica típicamente argentina a la selección de Maradona, Burruchaga, Enrique, Batista y Valdano de 1986? ¿Le faltaba espíritu de lucha típicamente argentino a la selección de Kempes, Passarella, Gallego y Bertoni de 1978? ¿No tendríamos que cultivar aquello que elogian en el exterior de los mejores futbolistas argentinos, que no es sólo la técnica y el espíritu ganador sino también la capacidad de adaptarse al planteo que más convenga, a veces en el transcurso de un encuentro? En fin, ustedes sabrán.

 

9 DE JULIO: DÍA VEINTISÉIS

Ningún deporte es tan impredecible como el fútbol. Ningún deporte permite que un equipo de mediocres esforzados y bien organizados se le plante a los mejores e, incluso, a veces les ganen. Ningún deporte admite campeones como la luchadora y limitadísima Grecia de la Eurocopa de 2004. Ningún deporte admite que una selección bien preparada, bien dirigida y con varias estrellas como la alemana se vaya de un torneo mundial tras sendas derrotas ante meros mexicanos y coreanos del sur, para peor merecidas derrotas. En ningún deporte se puede improvisar un proceso a las apuradas y que aún así salga bien, como pasó con Brasil desde mediados de 2016 o con Croacia desde fines del año pasado. En ningún deporte el caos con camiseta albiceleste de la selección de Sampaoli y el soviet de amigos de Messi puede haber estado al borde de arrastrar al tiempo suplementario a un serio candidato al título como el equipo francés. ¡En verdad es raro el fútbol!
Todo esto no es una justificación de la negligencia, digámoslo claramente: es una advertencia para los que evalúan un resultado sin también poner en la balanza imponderables, limitaciones conocidas, procesos o externalidades. (¿Fue un fracaso la eliminación de estos mismos jugadores de Bélgica en cuartos de final del certamen de 2014, o un tropezón capitalizado en experiencia? ¿Fue un fracaso el proceso de Daniel Passarella como entrenador de la selección argentina, que dejó un plantel base entero a punto para el Mundial siguiente? ¿Es un fracaso para Argentina haber sido eliminada en cuartos de final en 2006 y 2010 por una selección de la historia de Alemania, o perder una final contra el mismo rival en tiempo suplementario? ¿Acaso en 1978 o 1986 fuimos claramente los mejores de todos, o en realidad entonces estábamos - con toda justicia - entre los cuatro o cinco mejores y las circunstancias se alinearon de modo favorable? ¿En cuántos puestos tenemos a futbolistas del máximo nivel mundial, sacando a Messi, Agüero y tal vez Di María, Higuaín, Dybala, Icardi, Otamendi y los restos de Mascherano?).

 

7 Y 8 DE JULIO: DÍAS VEINTICUATRO Y VEINTICINCO

Otro Mundial que entra a salir. Un Mundial emocionalmente muy intenso pero raro, devenido en Eurocopa en semifinales, sin una figura evidente pero con un gran sentido colectivo en las selecciones más destacadas, y sin Brasil, ni Alemania, ni Italia ni Argentina en la ronda de definiciones: son las cuatro selecciones que más puntos reunieron en la historia de las Copas del Mundo. (Tampoco está España, una de las candidatas hasta hace apenas unas semanas). Hay que reconocer a Rusia, que estuvo a un par de penales de plantarse entre las mejores cuatro, con un plantel tan limitado como empeñoso, un Huracán de Gustavo Alfaro de las estepas. El sábado se gastó el chiste de Putin enviando a Siberia a los dos futbolistas que fallaron sus tiros penales: en realidad Putin debiera haber hecho jugar el Mundial en estadios de Siberia y no en la parte europea de la Federación Rusa, y que no se fuera nadie hasta que el capitán Akinfeyev levantara la copa.

En otros asuntos, crece la presión por izquierda de la AFA de Tapia y Angelici para que Jorge Sampaoli abandone el cargo de entrenador de la selección argentina. Le publican los gastos o el contrato, le echan los perros mediáticos encima, y pronto llegará el momento en que Angelici le hará, a su estilo, una oferta que no podrá rechazar: digamos, una cabeza de caballo en su cama. En Brasil, mientras tanto, se cuestionan la soberbia de creer que la historia alcanza para creerse superiores al resto, o que al equipo de Tité le hicieron apenas ocho goles en veintiséis partidos pero ¡seis de ellos! de cabeza, o que por cuarta vez consecutiva el Scratch queda eliminado en una Copa del Mundo en un partido en el que el primer gol recibido fue de pelota parada: le pasó con Henry de Francia en 2006, Sneijder de Holanda en 2010, Thomas Müller de Alemania en 2014, Fernandinho en contra para Bélgica en 2018.

Tal vez la muy mala preparación de nuestro representativo nos impida ver que hay problemas de fondo que van más allá de los desastres cometidos a repetición desde 2014, y que esos problemas afectan a todo el fútbol sudamericano. En estos días se puso de moda una literatura terrorista, construida a partir de estadísticas que parecen elegidas para ilustrar ese dicho de que son una forma de mentira. Que a Suiza se la eliminó en 2014 pero en tiempo suplementario y a Holanda sólo por penales, que la última vez que se le ganó a otro campeón del mundo en un Mundial fue a Inglaterra en 1998 y por penales, que la última vez que se le ganó a un campeón del mundo en un Mundial sin penales fue a Brasil en 1990, y que la última vez que se le ganó a un campeón del mundo cuyo nombre castellano empieza con la letra a... ¡Como si el hecho de que las Copas del Mundo se jueguen cada cuatro años y a no más de siete partidos cada una no influya en que a veces haya rachas que duren décadas! No necesitamos esas estadísticas terroristas para saber que está todo mal en la selección, gente.

Además ¿qué pasa si aplicamos esos patrones de medida a otras selecciones? Brasil no derrota a una selección europea en partidos de eliminación directa desde la final de 2002 con Alemania. (Que en 2014 haya superado en cuartos de final a un equipo colombiano superior a la mayoría de los europeos de ese Mundial parece no contar, por nombrar sólo una flaqueza de este criterio). Uruguay eliminó a Portugal hace unas semanas, pero para encontrar un precedente hay que retroceder hasta ¡1970! y a una partido con ¡la todavía existente Unión Soviética! Chile no supera una eliminación directa en un Mundial ni con una selección europea ni con ninguna otra desde ¡1962!: el partido por el tercer puesto con ¡Yugoslavia! en el Mundial de su casa. Y ni Paraguay, ni Perú, ni Colombia ni mucho menos otra selección sudamericana logró algo similar nunca.

Tabla del Mundial a hoy: Bélgica 15 unidades o sea puntaje perfecto, Francia 13, Croacia 11, Inglaterra 10. Las que siguen ya son posiciones definitivas: quinto Uruguay con notables 12 puntos (mejor sudamericano), Brasil 10, Suecia 9, Rusia 8, noveno Colombia con 7, España 6, Dinamarca 6, México 6, decimotercero Portugal con 5, Suiza 5, Japón 4 y decimosexta Argentina con apenas 4.

 

6 DE JULIO: DÍA VEINTITRÉS

Alguna vez, hará treinta años más o menos, se sostuvo que en los africanos estaba el porvenir del fútbol. Esto se dijo después de buenas actuaciones en Copas del Mundo de selecciones como Túnez en 1978, Argelia en 1982, Marruecos en 1986 y, especialmente, Camerún en 1990. Bien, hoy se ve que aquellos visionarios tenían razón, sólo que se equivocaban en pensar que el auge de los deportistas con raíces en África iba a implicar el auge de los representativos de ese continente. Los beneficiarios del surgimiento de África son los franceses, los belgas o los ingleses, no los los argelinos o los nigerianos. Kylian Mbappé es un francés de ascendencia camerunesa y argelina, Romelu Lukaku es un futbolista belga con raíces en el Congo, Dele Alli es un inglés hijo de nigerianos. Esto es algo que podríamos informarle a nuestras policías, siempre tan celosas en la persecución de los sin duda peligrosísimos manteros senegaleses: si nuestras fuerzas del orden no entienden de derechos humanos o al menos de compasión, tal vez por vía del fútbol aprendan a dejar en paz a los que tal vez sean los padres de las estrellas que nos salvarán de pasar papelones en los mundiales de mediados de este siglo. Si es que a mediados de este siglo hay mundiales de fútbol, o sigue existiendo la República Argentina, o sigue existiendo el mundo.

También noto un gran auge de la frase "al final todos juegan bien menos nosotros". ¡Bienvenidos a la realidad! ¡Hace décadas que eso es así, al menos la primera parte de la frase! Es un Campeonato Mundial, gente, no el Nacional B: ¿en serio les sorprende que, en 2018, haya no menos de veinte selecciones bien armadas, capaces de alinear al menos once jugadores de nivel internacional? ¿Tanto subestiman al resto del mundo que no son capaces de darse cuenta de que hay al menos ocho o nueve representativos tan buenos como los que puede presentar Argentina? Si encima nosotros vamos al máximo torneo mundial después de una previa desastrosa... ¡Si aún con una preparación razonable, como la que tuvimos para el Mundial de Brasil, no pudimos pasar por arriba a nadie! Claro, tenemos a Messi, el mejor de todos, pero ¿tenemos algún mediocampista del nivel de Willian, Philippe Coutinho, Casemiro, Hazard, De Bruyne, Isco, Iniesta, Busquets, Kroos, Rakitic, Modric, Kanté, Pogba? Aparte de Otamendi ¿hay en Argentina un defensor a la altura de Sergio Ramos, Jordi Alba, Piqué, Varane, Giménez, Godín, Marcelo? No, no somos los mejores desde hace décadas. Al menos hasta el comienzo de este Mundial, formábamos parte del grupo de selecciones de primer nivel, ese que integran también Alemania, Brasil, España y Francia, al que en estos años se sumaron Uruguay, Inglaterra y Bélgica y del que en ese mismo tiempo se cayeron Italia y Holanda. (¿Seremos los próximos?). En un partido entre selecciones de ese calibre, el resultado no está escrito de antemano. (¿En serio fue tan deshonroso caer eliminados por Holanda en 1998 o por Alemania en todos los Mundiales entre 2006 y 2014? Además, salvo el de 2010, fueron todos partidos cerrados, definidos por detalles).

Hoy vimos a Francia superar futbolísticamente a Uruguay pero necesitar de una jugada de pelota parada y de un grave error del arquero rival para marcar la diferencia lógica. Uruguay pagó caro la ausencia por lesión de Cavani, pero creo que el partido se le hubiera puesto cuesta arriba igual con Cavani corriendo sobre el verde césped: nomás Francia se puso 1-0 arriba, Uruguay quedó comprometido a ir a buscar el partido, algo que claramente no le sale con rivales de este nivel... y apenas le sale con rivales inferiores, como Egipto o Arabia Saudita. Francia no es solo Mbappé: es un muy buen equipo, con varios jugadores que más quiséramos para Argentina, como los mencionados Mbappé, Pogba, Kanté o Varane y otros como Griezmann, Pavard o el arquero Lloris, autor de una de las atajadas del campeonato sobre el final del primer tiempo.

Más tarde Bélgica eliminó a Brasil, jugando un partido serio, sin demasiado brillo, y en un registro totalmente diferente al expuesto hasta ahora: apostando al contragolpe con De Bruyne y Lukaku y a resistir con dos líneas de cuatro el avance de Neymar, Willian, Marcelo y compañía. Contó también con la suerte imprescindible a este nivel, y con un arquero muy serio como Courtois, que sobre la hora le sacó el empate a Neymar. Y con Brasil, se fue Ney, aquel candidato a estrella del torneo de quien dijera el glorioso sitio español El Mundo Today: "científicos descubren que el aleteo de una mariposa en Taiwán puede tirar al suelo a Neymar en Moscú". ¿Quién será la estrella del torneo, si ni a semifinales llegaron Messi, Cristiano Ronaldo, Suárez, Cavani, Kroos, Isco, James Rodríguez o el mencionado Neymar? Mbappé y De Bruyne tienen todas las fichas hasta ahora. Y Harry Kane, a goleador del Mundial.

 

4 Y 5 DE JULIO: DÍAS VEINTIUNO Y VEINTIDÓS

¿Mundial? ¿Qué Mundial?

 

2 Y 3 DE JULIO: DÍAS DIECINUEVE Y VEINTE

Con Argentina fuera de la competición, llamamos de regreso a nuestros enviados, cosa que debieran hacer todos ¡eh, TyC Sobres! y desde la comodidad del hogar y acompañándonos con un Malbec de Latitud 33 tiramos algunas postas, visto que todos los hacen. Esperemos acertar con alguna, cosa que no todos hacen.

* El famoso soviet de estrellas liderado por Vladimir Illich Messi ha recibido críticas destructivas, varias de ellas merecidas, pero creo que se ha fallado en señalar por qué emergió: después de todo, no hubo nada parecido ni con Menotti, ni con Bilardo, ni con Basile, ni con Passarella, ni con Bielsa, ni con Pekerman, ni con Maradona. El soviet surgió porque Messi, Mascherano, Di María, Agüero, Higuaín, Romero, los que ustedes quieran agregar o quitar, detectaron al vuelo que si dejaban a la selección librada al designio de los deficientes entrenadores que designaba la AFA sólo les esperaba el fracaso. Que tampoco el liderazgo de ellos haya servido para salir campeones es otro tema. Con el único entrenador capaz que ese grupo tuvo desde 2008, que fue Alejandro Sabella, se llegó a la final de una Copa del Mundo y se la perdió en tiempo suplementario, ante un equipo superior y después de haber fallado dos o tres oportunidades de gol clamorosas. Ah, por cierto, hay otro ejemplo famoso de entrenador al que los jugadores le armaban el equipo: Vicente Del Bosque y España en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010. Y claro, así le fue a Españ... ah, cierto.

* Tité asumió en Brasil hace dos años, después de que una federación no mucho más seria que la AFA echara a patadas a Dunga, con toda justicia por cierto. Gente: no hablamos entonces ni de respeto a los contratos ni de trabajo a largo plazo. Las dos oraciones precedentes relativizan algo, lo tengo claro: ahí empecé a entender (que ya fui budín de pan). Pero no sé si lo que relativizan es la idea de un trabajo "serio", o la "seriedad" del proceso que ha llevado a la selección brasileña a este presente brillante, o el medir un proceso sólo por el éxito (o su falta). Y por cierto: la única derrota de la selección de Tité, hasta ahora, fue ante ¡la Argentina de Sampaoli! en un hoy olvidado amistoso en Melbourne, Australia (!), 1-0 con gol de Gabriel Mercado.

* Tabla general de la Copa del Mundo: puntean Uruguay y Bélgica con puntaje ideal de 12 puntos, y siguen con 10 unidades Croacia, Brasil y Francia. ¿Argentina? Décimosexta, muy lejos de puestos tanto de Copa Libertadores como de Copa CONMEBOL (?). Yo que uruguayos y belgas me preocuparía: para encontrar un campeón con puntaje ideal hay que retroceder hasta el Brasil campeón de la Copa de 2002 y ganador de sus siete partidos. (No hay muchos casos más: Uruguay ganó sus apenas cuatro encuentros en 1930, Italia sus cuatro en 1938 - uno en tiempo suplementario - y Brasil sus seis en 1970).

* Parte del capital de ese impresionante arquero que es Franco Armani se origina en que, gracias a actuaciones descomunales, ha logrado que varios de los que lo encaran en el orden local lo hagan asustados, vencidos desde antes de patearle. No hubo tiempo de conseguir eso en el orden internacional: Armani recién debutó contra Nigeria, tercer partido de la selección en el Mundial.

* De los partidos de octavos de final de ayer y hoy creo que vale destacar especialmente el golazo que le marcó Chadli a Japón tras una fenomenal jugada colectiva de los belgas que nació en el arquero Courtois, el tremendo goleador que es el inglés Harry Kane, lo sólido que se lo ve a Brasil, y los reflejos ultradefensivos de Pekerman que le vuelven en el peor momento (Colombia estaba para ir a comerle el hígado a Inglaterra, Néstor, qué te pasó, por favor). Que del lado del cuadro en el que tendría que haber estado Argentina de haber ganado su grupo surja un ¡finalista! entre Inglaterra, Suecia, Rusia y Croacia no nos genera ninguna reflexión. Sólo ganas de organizar un sucidio colectivo a la Jim Jones en Guyana.

 

1o. DE JULIO: DÍA DIECIOCHO

El día 18 en números. 11 Los penales que se patearon en Croacia-Dinamarca, de los que entre Schmeichel y Subasic atajaron ¡seis! Todos en las redes estuvieron hablando del carismático arquero dinamarqués, algunas y algunos hasta evidenciando algún ardor hormonal, pero su colega croata fue igual de efectivo, y en definitiva decidió la tanda de penales a favor de su equipo. 1 Falta de respeto del entrenador español Fernando Hierro, la decisión de dejar en el banco a Andrés Iniesta. 2 Los nueve de primerísimo nivel que dispone el maestro Oscar Tabárez ¡y los pone a los dos, sentí, fanático del falso nueve, y a Uruguay le va bárbaro! 77 Las piernas, las de Igor Akinfeyev, el arquero ruso, que gracias a ellas le detuvo el tiro decisivo a Iago Aspas. √2 Nuestra calificación del irracional planteo de Sampaoli en todos los partidos de esta Copa del Mundo. 6 Los remates al arco que recibió España en sus cuatro partidos de la Copa del Mundo: le hicieron cinco goles. 40 Los años que tendremos que pasar en el desierto hasta encontrar un seleccionado capaz de hacernos ganar una Copa del Mundo. Desgraciadamente para los que esperen una victoria en el Mundial de 2026 en América del Norte, a cuarenta años del campeonato de 1986, me temo que lo de los cuarenta años es tan metafórico como el larguísimo peregrinaje del pueblo hebreo por el Sinaí. 5 Los tantos marcados hasta ahora por el que hoy es el goleador del torneo, el inglés Harry Kane. 74 El im-pre-sio-nan-te porcentaje de posesión de pelota de la selección de España frente a la de Rusia. Como estamos viendo en este Mundial soñado por Diego Simeone (?) no le sirvió de nada. 48 Los años que hacía que una selección con futbolistas rusos no llegaba a cuartos de final. La última vez había sido en México '70, cuando todavía existía la Unión Soviética. 9 Las veces que España fue eliminada por el anfitrión, entre Eurocopas y Copas del Mundo. Hoy se vio un nuevo capítulo. 4 Los minutos que tardaron dinamarqueses y croatas en estar 1-1, nuevo récord. 08 El incendio, el de Gerard Piqué al cometer un penal imperdonable con el partido controlado y posibilitar el empate de los limitadísimos pero empeñosos locales. 13800 Los millones de años de evolución cósmica para terminar en un panel de, ejem, "debates" del canal TyC Sobres. 542 El colectivo que tenés que tomar para ir del Estadio Mundialista de Mar del Plata a la Terminal Ferroviaria y Automotriz, capo (?).

 

30 DE JUNIO: DÍA DIECISIETE

Decíamos en esta misma página el 16 de junio acerca de la selecciòn argentina: "una dirigencia que no deja macana sin hacer, unos entrenadores que cambian a cada rato y que nunca terminan de consolidar una idea de juego, un montón de estrellas que nunca terminan de conformar un equipo: nos volvimos el Uruguay de otras décadas, justo cuando Uruguay apostó a un proceso serio, parangonable al fundacional de Menotti o al igualmente exitoso de Bilardo. Hasta las fechas coinciden: Oscar Tabárez volvió a dirigir a Uruguay en 2006, Argentina desarmó un brillante equipo técnico de selecciones juveniles en 2007, al no renovarle el contrato al sucesor y escudero de Néstor Pekerman, Hugo Tocalli, tras doce años de éxitos nunca repetidos por selección juvenil alguna". Hoy Argentina fue eliminada tras perder previsiblemente con Francia 3-4 y Uruguay pasó a cuartos de final al derrotar 2-1 a Portugal: se completó la parábola. No se cumplió lo que deseamos el 8, tras considerar lo que fue el camino a este Mundial desde 2014: "con no volvernos de Rusia dando vergüenza creo que cabe hablar de éxito". ¡Llevamos años construyendo este fracaso, no se puede decir que no es el fruto de un trabajo a largo plazo!

Hoy fue también el día en el que tal vez Messi y Cristiano Ronaldo se fueron de la historia grande de las Copas del Mundo por la puerta chica. Y aquí cabe una reflexión: ambos son las estrellas principales de una extraordinaria competencia entre los cinco o seis clubes más poderosos del mundo por la primacía europea, es decir mundial. Esas instituciones cuentan con recursos mayores a los de varias federaciones, con planteles superiores a los de cualquier selección, y con sistemas de entrenamiento que se despliegan a lo largo de diez meses, y no una semana cada tanto más un mes de competencia continental o global cada dos años. El Real Madrid ganaría esta Copa del Mundo con holgura, probablemente tras una final con el Barcelona, la Juventus, el Bayern Munich o el Manchester City. El fùtbol de selecciones es, en 2018, un entretenimiento subalterno propio de los tiempos muertos del fùtbol de elite: una especie de conscripción o impuesto que cada tantos meses pagan Cristiano Ronaldo, Messi, Neymar, Robben, Modric, para que en sus países de origen no los sientan ajenos, perdidos a manos del circo de patrocinantes y propietarios lavadores de dinero de la Liga de Campeones de Europa. Cosa que esos mismos patrocinadores no creen conveniente, por cierto.

Con vistas al futuro, cabe decir que el cargo de entrenador de las selecciones juveniles es tanto o más importante que el de entrenador de la selección mayor. Por lo pronto, los jugadores que protagonizaràn la Copa del Mundo de 2030, que pretendemos organizar junto con Paraguay y Uruguay, hoy andan por los trece años o poco más. Faltan apenas doce años, no un siglo: la misma distancia que nos separa del Mundial de Alemania 2006. Los vejestorios nos engañamos con que falta mucho para 2030 porque, para nosotros, 2030 es un símbolo cargado con representaciones de un futuro remoto en el que estaríamos colonizando Marte o explorando los planetas que orbitan Alfa del Centauro. Para un adolescente, para 2030 falta lo que en realidad falta: repito, apenas doce años.

 

29 DE JUNIO: DÍA DIECISÉIS

Primer día sin partidos, y podríamos usarlo para, entre otras cosas, armar una tabla general, a ver si nos dice algo. Puntearían Bélgica, Croacia y Uruguay con puntaje perfecto, 9 puntos, seguidos de Brasil y Francia con 7. En esta especie de Superliga Mundial, casi con la misma cantidad de equipos que nuestra superpoblada Superliga, Argentina estaria decimoctava (!) con 4 puntos, superada por diferencia de gol por selecciones como las de Japón, Senegal e Irán (!). Hay que decir que Alemania estaría empatando el vigésimosegundo puesto (!) con Serbia, con sólo 3 puntos, y los últimos serían Egipto y Panamá, los Chacarita del mundo (?), los únicos que no rasguñaron ni una sola unidad.

De los partidos de octavos de final mejor no decir nada en avance, luego de que, tras el inesperado papelon alemán, los libros del fútbol pasen por un momento candente... en forma muy literal. Del Argentina - Francia de mañana mejor no decir más que los favoritos son los franceses, y que me genera dudas la probable posición de Messi como falso nueve. No por él, claro, sino por el resto: la gracia del falso nueve es abrir espacios para que los volantes o aún los defensores lleguen a definir frente al arquero rival. Ahora ¿vos ves a Banega, Mascherano, al Enzo Pérez o al Di María de hoy, a Mercado, a Tagliafico, llegando a definir frente a Lloris? Ah, claro, sí, Marcos Rojo (?). O tal vez Caballero, que frente a Croacia jugó de falso arquero, ahora nos venimos a avivar.

Y si Banega va a tener a Pavón y Messi de alternativas de pase ¿alguien pensó que lo más sencillo que puede intentar Francia es tapar a Banega? Pero una sola frase más: encaren a Umtiti, muchachos, sólo eso.

 

28 DE JUNIO: DÍA QUINCE

Terminó la primera fase, con los dos clasificados lógicos en el Grupo G y una sorpresa en el Grupo H. En el G pasaron, como era de esperarse, Bélgica e Inglaterra: el partido para decidir cuál de los dos ganaba la zona tuvo algo de broma involuntaria, porque ambos empataban en todo y, antes de jugar, los ingleses se llevaban el primer puesto por tener menos tarjetas amarillas (!) lo que los enviaba al cuadro donde los esperaban Argentina,Uruguay, Brasil, México, Portugal, Francia, el Real Madrid, el Santos de Pelé, los X-Men, los Argonautas y el Ejército Rojo del Mariscal Zhukov (?). Hubiera sido divertido si la situación era la inversa, y ser primero en el grupo tenía la ventaja de disponer de un cuadro beneficioso: cada uno de los equipos tratando de ganar o, al menos, de que el rival se cargara de tarjetas amarillas o aún rojas. ¡El bilardismo colándose por la ventana de una disposición que pretende favorecer el juego limpio, quién diría! Ganaron los belgas, los mejores de la Copa hasta ahora, gracias a un golazo de Januzaj.

En el Grupo H hubo más bilardismo: con los resultados que se estaban dando faltando quince minutos para terminar ambos partidos, Colombia ganaba la zona y Japón superaba a Senegal por, otra vez, tener menos tarjetas amarillas. Colombia se dedicó a cuidar su victoria ante los senegaleses y Japón, su derrota (!). Con los muy flojos polacos tranquilos por ganar su primer partido por un Mundial en doce años, los japoneses sólo se tenían que cuidar de no recibir tarjetas y esperar que los colombianos no cedieran un empate que también los clasificaba pero les cambiaba peligrosamente el cuadro. El bodrio resultante fue causado por una medida que pretendía fomentar el juego limpio, una paradoja sólo aparente: cualquier regla que se establezca para definir una posición empatada se presta a la especulación. Es la naturaleza del deporte profesional, gente. Y los senegaleses se quedaron afuera por tarjetas amarillas: agradezcan que nunca los arbitró el inolvidable Javier Castrilli, sino quedaban eliminados por los próximos cinco Mundiales...

Conocidos los clasificados, cabe decir que los grupos A, B, C, E y G tuvieron un desenlace más o menos predecible bien antes del Mundial, más allá de algún susto para españoles o portugueses, que en lugar de los dinamarqueses tranquilamente podrían haber pasado los peruanos y que entre belgas e ingleses no parecía haber grandes diferencias. Dudo que sea una sorpresa inconcebible que los muy buenos jugadores de Croacia postergaran a esta Argentina de hoy, y al Grupo H lo ganaron los colombianos, algo que nadie puede reputar extraño. Donde las brujas metieron mano fue en el segundo puesto del Grupo H, donde todos esperábamos que los polacos de Lewandowski mostraran algo mejor en una Copa del Mundo jugada a la vuelta de su casa, y sobre todo en el insólito Grupo F, merced a la altamente improbable defección de Alemania. De hecho, sólo cuatro de los diez representativos europeos se quedaron mirando octavos de final con la ñata contra el vidrio: los tenaces islandeses que al menos dieron todo lo que tenían, los serbios justamente quejosos de algunos arbitrajes, los decepcionantes polacos y ¡Alemania!

En un análisis rápido de la primera ronda, confederación por confederación, comprobamos que los sudamericanos pasaron casi todos, los europeos también, los mexicanos siguen siendo los mejores de América del Norte y el Caribe, Japón arañó un pase para salvar el honor de Asia y los africanos quedaron afuera todos, pero después de hacer transpirar mucho a sus rivales. Nigeria y Senegal perdieron la clasificación en los últimos minutos y ante rivales calificados, Marruecos estuvo a un paso de arruinarle el Mundial a ¡España!, Egipto perdió con Uruguay en los últimos instantes de su encuentro y a los tunecinos les salió muy caro caer en una zona dificilísima. Sería una buena idea guardar unos cuatro lugares en cada Copa del Mundo para una eliminatoria entre equipos de todas las confederaciones: por caso, Chile, Holanda e Italia, aún en bajo nivel, son más que varios de los que viajaron a Rusia.

 

27 DE JUNIO: DÍA CATORCE

En el Grupo E, más allá de algunos vaivenes normales, se dio la lógica y Brasil avanzó primero a octavos de final y lo siguió Suiza, postergando a los duros aunque toscos serbios y a los humildes pero bravos costarricenses. Lo más importante del día sucedió en el increíble Grupo F, donde pasó algo sin precedentes: ¡Alemania eliminada en primera fase por suecos y mexicanos! ¿O debemos decir, por los increíbles coreanos del sur? ¿O debemos decir, se autoeliminó jugando un Mundial muy malo? ¡Esperemos que Kim, el líder de la hermana república coreana septentrional, no se adhiera al festejo con unos fuegos de artificio de su fabricación!

Fue muy notorio (y esperable) que nadie se atreviera a descartar una reacción alemana inclusive tras el 0-1, más aún tras su angustiosa victoria ante Suecia. Igual de notorio, pero menos esperable, fue que hubiera demasiados comentaristas que no decían lo que rompía los ojos: que Alemania estaba jugando muy mal, en especial en defensa. Obnubilados por un trabajo a largo plazo que es innegable y digno de respeto, o por algunos momentos de buen juego ofensivo, o por miedo a quedar pagando si sobrevenía un zapatazo salvador de Toni Kroos o un cabezazo de Hummels o Gómez, parecía que no se animaban a decir lo evidente. La selección de Joachim Löw se veía lenta, previsible, controlando la pelota pero carente de profundidad, sin puntería cuando lograba acercarse al arco rival, dejando en la defensa espacios vacíos por donde podía pasar el Ejército Rojo entero rumbo a la Cancillería de Berlín: un espejo de lo peor de ¡Argentina! que encima se recuperó y pasó de ronda contra un rival superior a estos empeñosos pero limitados surcoreanos. Además ¿en qué clase de planificación de largo plazo cabe mandar a jugar al arquero de interior por la izquierda en los últimos minutos? ¡Últimos de cuatro, Alemania! ¿Qué pasó, el servicio secreto ruso drogó al entrenador alemán o a sus jugadores? (No digamos estos chistes en voz demasiado alta porque nunca falta el pelotudo a querosene que se los cree).

Un saludo también a los que compraron el buzón de una concentración alemana sin permisos para coger, ni boludear en redes sociales, como sinónimo de seriedad. Pavadas no, gente. Del mismo modo que un mal resultado no impugna un proceso notablemente exitoso como aquel del que Löw es la cabeza, tampoco hay que sobreestimar el trabajo o la concentración en un deporte tan complejo y permeado de imponderables como el fútbol. Que entrenar hasta los festejos de los goles no te salva de perder por un tiro en el palo o un día en el que no te sale nada. Dejo además una pregunta cuya respuesta debe esperar hasta que avance un poco más el torneo: ¿el fútbol de clubes no está matando al de selecciones? ¿La intensidad de, digamos, la Liga de Campeones de Europa no se cobra un precio tremendo para quienes luego se tienen que pasar sus meses de vacaciones compitiendo por una Copa del Mundo?

Y un saludo también a los sostenedores de la idiotez atómica del fútbol metáfora de un país y del se juega como se vive, del paralelismo mecánico entre una selección del mero fútbol apenas masculino y la organización política, económica y social de una nación. ¡Porque entonces el México de los doscientos treinta y cinco mil muertos en una década y el Estado colonizado por bandas criminales eclipsaría a la principal potencia europea! O la selección que mandó al arquero a cabecear porque se le quemaban todos los planes de doce años de trabajo sería símbolo de no se qué de la canciller Angela Merkel y del país de Daimler Benz, Bayer, el Deutsche Bank, BMW, Siemens, Porsche, BASF, Audi Volkswagen, Hugo Boss y Adidas.

 

26 DE JUNIO: DÍA TRECE

Francia y Dinamarca pactaron tácitamente un 0-0, Perú se fue con la frente alta del Mundial tras vencer 2-0 a Australia, y los relevos croatas demostraron que Islandia esperando alrededor de su área es un equipo difícil pero Islandia teniendo que salir a ganar es un modesto once de mitad de tabla de la autodenominada Superliga Argentina. Pero el partido importante del día era aquel en el que la selección argentina se jugaba el pase a octavos de final y la calificación de responsable del mayor papelón de la Copa del Mundo si llegaba a quedar eliminada en primera ronda contra Nigeria. Al final ganó Argentina 2-1, con algunos buenos momentos pero con el sufrimiento que parece inherente a esta selección. Como estamos volviendo en el tren nocturno desde la maravillosa San Petersburgo a la Moscú del Centro Internacional de Prensa, dejamos a ustedes en compañía de nuestros colegas y amigos de la agencia china Xinhua, cuyo despacho transcribimos más abajo, inferido de su lengua original por nuestro equipo de traductores. Con ustedes, su análisis.

Tras un empate contra Islandia que se vivió como derrota y una derrota contra Croacia que se vivió como una condena a muerte, Argentina toda oraba con las posaderas mirando al norte en vísperas del encuentro con los irregulares nigerianos. Algunas aves de la noche negra que anidan en teatros eléctricos, como el popular canal TyC Sobres, pintaban sus cuerpos con ajo y vinagre para un fracaso que veían inevitable, pero el equipo del Pequeño Saltamontes Lionel Messi pasó la prueba, y hoy aquellos pájaros velan sus virus de discordias en archivo anal.

Argentina basó su triunfo en unos pocos jugadores: el guardador del tesoro celestial Franco Armani, los defensores centrales Marcos Rojo y Nicolás Otamendi, el volante Eber Banega y el futbolista sideral Lionel Messi. El experimentado volante Javier Mascherano fue uno de los puntos flojos, marrando varios pases y cometiendo una falta penal impropia de sus fatigados verdes céspedes, y lo mismo puede decirse de otros guardianes de la Vieja Puerta como el delantero de la mira fallida Gonzalo Higuaín y el volante de las Pequeñas Harinas Di María. Al trío de viejas estrellas se lo vio como pez soluble en el agua del destino.

Al equipo del maestro de la sequía capilar Jorge Sampaoli le espera ahora una complicada final con la selección de Francia, un equipo integrado por jugadores hábiles de corazón de barriga de sapo. ¿Quién será el que recogerá la cosecha de los arrozales infinitos? ¿Quién se hará un bien introduciéndose en un círculo de estrellas momentáneas? Llega el tiempo del llanto y del rechinar de dientes para quien equivoque el camino a la Morada de la Copa y se pierda en el sendero de los diez mil demonios de cara de mono, porque sólo uno se regocijará cantando atrás de biombos una vez que culmine el encuentro final del 15 de julio en Moscú. Sólo nos separa de él un azul leve de suspensión.

 

24 Y 25 DE JUNIO: DÍAS ONCE Y DOCE

Murieron Gardel y Rodrigo, nacieron Fangio y Ernesto Sábato, vino al mundo Juan Román Riquelme, en 1906 Alumni jugó contra un combinado sudafricano el primer partido internacional de la historia del fútbol argentino, en 1990 la selección de Caniggia y Maradona produjo el Milagro de Turín al ganarle a Brasil un partido im-po-si-ble, y en España celebran la Noche de San Juan que inmortalizara la canción Fiesta de Serrat. Si algo le faltaba a nuestros 24 de junio es que ese día de 1987 naciera en Rosario Lionel Messi, el mejor futbolista del siglo XXI. Y este año Messi celebró su cumpleaños número 31 en Rusia, sin su familia y en medio de un lío sensacional, con una selección argentina perdida en los campos de juego y sin la menor idea acerca de qué trole hay que tomar. Si hay que calificar con un número de uno a diez la situación de nuestro representativo, y más allá del ruido que producen personas en situación de periodismo deportivo, lo califico con  √2: un número irracional.

Y ese 24 Inglaterra se sumó al lote de candidatos tras golear a Panamá. En el Grupo G, panameños y tunecinos habían hecho un aceptable primer partido, pero en el segundo desbarrancaron y se sumaron a los sauditas a otro lote, el de equipos que llegaron a un Mundial sólo porque Asia, África y América Central tienen más plazas de las razonables. Más tarde hubo una muy buena actuación de Colombia: goleó ¡y eliminó! a un combinado de plomeros polacos 3-0, con grandes actuaciones de, entre otros, Juanfer Quintero y Wilmer Barrios. (Y después dicen que un jugador de la liga argentina no está preparado para el primer nivel internacional. Si te destacás en partidos por copas sudamericanas en equipos como Boca, River o Independiente ya estás a apenas un paso del mejor nivel, muchachos, y además soportando exigencias muy superiores a las del Sassuolo, el Alavés o cualquiera de esos rejuntados que van al Juventus Stadium o al Santiago Bernabeu a que no les marquen más de cuatro goles). En el otro encuentro del Grupo H japoneses y senegaleses divirtieron matándose a goles en un partido de ritmo frenético (2-2) y ambos mantuvieron intactas sus chances de pasar a octavos de final mientras, repito, los polacos de Lewandowski ya están reservando vuelo de regreso a Varsovia. La mayor sorpresa, hasta ahora.

Hoy se cerró con toda lógica el Grupo A: primero Uruguay, segundo Rusia y eliminados Arabia Saudita y Egipto. Los orientales, además, llegan a octavos de final ganando los tres partidos y sin goles en contra: grandes candidatos si logran que quien haga el gasto del partido sea el rival. También se cerró el Grupo B: una mirada superficial diría que también con toda lógica, con España primera, Portugal segundo y Marruecos e Irán eliminados. Salvo que Irán estuvo a cinco centímetros y sesenta segundos de ganar el grupo, eliminando a los portugueses, y durante unos minutos de los partidos de hoy el que estuvo al borde de volverse a casa fue España. Todos resultados en los que tuvieron participación decisiva los silbantes, como le dicen en México a los árbitros. (Peor sería que les dijeran soplantes). En especial los encargados del VAR, que tardaron minutos en ponerse de acuerdo si había que conceder o no un penal a Portugal, otro a Irán, expulsar o no a Cristiano Ronaldo por una falta o validar un gol de Iago Aspas para España al límite del fuera de juego. Acertaron en los cuatro casos, como no acertaron sus colegas al sancionar un penal a favor de Arabia Saudita. El juicio acerca del VAR es ambiguo: la falta de sentido común no se soluciona por más cámaras que se dispongan, en especial tras una reforma reglamentaria acerca de la sanción de manos en el área penal que sólo ha aportado confusión, y a veces la resolución se prolonga demasiado, cortando la fluidez del juego.

 

23 DE JUNIO: DÍA DIEZ

En el primer partido del día, en Moscú, vimos al equipo al que a todos les gusta ver jugar: Bélgica. Es verdad que hasta ahora enfrentó a rivales ordenados y poco más como Panamá y Túnez, pero hay varias selecciones importantes que enfrentaron desafíos comparables y no lucieron como lo hicieron los muchachos del entrenador español Roberto Martínez. Tiene un gran arquero como Courtois, una defensa de buen pie y un ataque sensacional con De Bruyne, Hazard, Mertens y Lukaku. Sobra para destacarse, quién sabe si alcance: no sería la primera vez que el que arranca como favorito se queda en el camino.

Después México derrotó a Corea del Sur en un partido abierto y muy entrenido. Los coreanos son capaces de complicar a cualquiera porque juegan con inteligencia y tienen un despliegue físico impresionante, pero les falta gol, y eso es un pecado capital en una Copa del Mundo. Los sorprendentes mexicanos no están ya clasificados sólo porque en el otro partido del grupo disputado hoy Suecia dejó pasar el tren. Tuvo a Alemania abajo en el marcador, abierta para el contragolpe rival y, sobre el final, con un jugador menos, y se las arregló para perder sobre la hora con un golazo de tiro libre de Toni Kroos. Y aquí quiero disociarme del elogio fácil a los alemanes, que hoy campea por los medios y las redes antisociales: durante el primer tiempo defendieron tan mal como durante todo el encuentro con México, con la defensa en línea y al borde del campo rival, con lo que cualquier sueco que picara se encontraba corriendo hacia el arco alemán sin más obstáculo que el arquero Neuer. Los campeones no se retiraron 0-2 o 0-3 porque estos suecos están menos para jugar un Mundial que para servir smorgasbord en el comedor de Ikea, y porque una clara falta de Boateng a Marcus Berg dentro del área alemana encontró al equipo arbitral y a los encargados del VAR en sus cinco minutos de té La Virginia. Vale lo dicho para otros papelones célebres del VAR, como los del Lanús - River de la Copa Libertadores 2017 o el gigantesco penal que Lichsteiner y Schär le cometieron en estéreo a Mitrovic en el Serbia - Suiza del viernes 22: lo que hace la tecnología más avanzada en manos de insensatos es hacer aún más discutibles los fallos discutibles. (A la derecha, imagen del impune secuestro express de Lichsteiner y Schär a Mitrovic).

En otro orden de cosas, hace ya un buen tiempo que los malos resultados de nuestra selección disparan una especie de proceso inflacionario de sensacionalismo: una carrera armamentista de chismes, medias verdades y mentiras lisas y llanas entre Radio Mitre, América TV, Olé, Radio La Red, Fox Sports, TN y TyC Sobres, a la que a veces no son ajenas almas puras, angelicicales, y que en estos días está en uno de los peores momentos que se recuerden, con la historia del soviet de futbolistas que tomó a su cargo la selección. A esta ola se suben con entusiasmo los infaltables loquitos sueltos de las redes antisociales, que tienen claro que la mejor manera de sobresalir entre millones de cuentas fungibles es ser escandaloso. (El mundo rebosa de gente que desdeña la verdad en favor de una historia que refuerce sus prejuicios y le brinde una confortable sensación de superioridad moral. Ralph Emerson ya sabía, hace más de un siglo y medio, que los argumentos no convencen a nadie).

Para otro día queda una reflexión acerca de por qué nuestra selección anula o al menos obnubila al mejor futbolista del mundo, Lionel Messi; a las dos cartas ofensivas de la Juventus, Dybala e Higuaín; al goleador y al baluarte de la defensa del Manchester City, Agüero y Otamendi; a una de las estrellas del París Saint Germain, Di María; al entrenador que sacó de perdedor a Chile, estuvo a centímetros de eliminar a Brasil en su propio Mundial y sumó más puntos que nadie en el Sevilla, Jorge Sampaoli. ¿Tendrá algo que ver el desgaste de un grupo que estuvo cuatro campeonatos seguidos sin perder un partido en los noventa minutos, de la Copa América de 2011 a la Copa Centenario de 2016, y que llegó a tres finales consecutivas, y al que ni aún así se lo reconoce?

 

21 Y 22 DE JUNIO: DÍAS OCHO Y NUEVE

Ahí está lo que fue: la terca Suiza de Shaqiri y la voluntad de hierro de duros albaneses del destierro, venciendo a Serbia sin miedo ni prisa. Neymar y sus llantos, por repetidos, no menos parte de esta rica historia de Brasil. Es dolor y es memoria en los Ticos perder este partido. Y nada de eso importa. El resignado aliento a nigerianos no te salva, ni las aguas del sueño, ni la huella que en la arrasada noche lleva al alba. Hoy una sola murga es tu cuidado: la que el Pelado Sampaoli estrella.

Y en este Campeonato Mundial de los Salieris del Cholo Simeone, que no los de Pep Guardiola ni mucho menos Arsene Wenger, nuestro gran problema sigue siendo la puta murga que el Pelado Sampaoli estrella. Argentina festejó la victoria de Nigeria ante Islandia, repito, Nigeria ante Islandia, y se enfrenta ahora a un destino cruel: depende básicamente de sí misma. Esperar una buena actuación y un buen resultado ante Nigeria me recuerda a lo que se dice del segundo matrimonio: que es el triunfo de la esperanza por sobre la experiencia.

Porque no hay ni un defecto de esta selección que no haya sido señalado hasta el hartazgo en la prensa y las redes (anti)sociales: elegir como arquero a Caballero por sobre Armani porque juega mejor con los pies (?), apostar a un mediocampo lento y sin pase entre líneas como el que conformaron Biglia y Mascherano, postergar a Pavón y Lo Celso, desproteger el lateral derecho de la defensa ubicando allí al pobre Salvio... Lo vimos todos menos los que podían hacer algo: Sampaoli y su cuerpo técnico. Pero no desesperemos, porque este dolor cesará alguna vez: todos vamos a morir.

Lo que sobrevino después de la derrota por 0-3 ante Croacia el jueves 21 fue un linchamiento como no recuerdo. Las redes (anti)sociales, los portales de Internet, las radios y la TV chorreaban sangre. La sobreactuación de la indignación me hizo anticipar que era posible la muerte de un periodista meramente deportivo en cámara: lástima que ninguno de esos ejemplares se animó a pasar a la inmortalidad cayendo en cumplimiento de su módico deber. Por lo pronto, ya José Francisco Sanfilippo, defensor del lector de este Portal, nos avisó que necesita una secretaria o secretario para organizarle sus inminentes e innumerables apariciones en programas de panelistas de la TV. Y además se dice que varias marcas que ponen al aire publicidades con futbolistas de nuestra selección las remplazarán en forma inminente por avisos con figuras con mejor imagen, digamos Charles Manson, Robledo Puch, Adolf Hitler o Mangeri.

Creo que con lo de hoy al menos podemos cerrar una de nuestras discusiones interminables: si el más grande de todos los futbolistas argentinos fue Messi o Maradona. Qué lider, qué carácter el Diego: respétenlo, giles, aún en la frecuente barrabasada verbal. Ojalá ahora algunos entiendan el precio que pagó: por qué quedó como quedó.

Igual yo te banco, Lio, sos claramente el mejor de hoy. Pasa que te pedimos ser alguien que no podés ser.

 

18, 19 Y 20 DE JUNIO: DÍAS CINCO A SIETE

El lunes por la madrugada nos equivocamos de tren en la terminal moscovita de Leningradsky. Luego de unas horas muy largas, como todas las horas de viaje en Rusia, aparecimos en una estación ferroviaria en medio de la nada. Inmediatamente fuimos rodeados por decenas de soldados rusos, que muy educadamente nos encañonaron y, tras un gentil forcejeo y unos amables empujones, nos llevaron a lo que podía parecer un pelotón de fusilamiento. Tuvimos la suerte de que uno de los oficiales hubiera prestado servicios en Cuba, durante la época soviética, y entonces entendía castellano: logramos demostrar nuestro carácter de periodistas acreditados y distraídos y, previo cambio de ropa interior gentileza del Ejército Ruso, fuimos invitados a unas medidas de vodka mientras esperábamos el tren de regreso.

Nos divertimos mucho con el oficial que hablaba castellano, un simpático oso ruso con grado de coronel y acento cubano llamado Arkadi, que después del cuarto trago nos contó de diversos programas militares que se aplicaban en el entrenamiento de la selección rusa de fútbol. Entre risas y brindis nos enteramos así de que el FSB, el servicio secreto ruso, puede manipular los procesos cognitivos de los árbitros a distancia, que los laboratorios del Ministerio de Defensa están al servicio de la fabricación de suplementos minerales y vitamínicos casi legales para el representativo local, y que Artem Dziuba es el quinto de una serie de evoluciones clónicas de delanteros centrales desarrolladas justamente en instalaciones de esa localidad. Luego de que jurara que la próxima vez que nos extraviáramos por las inmediaciones nos organizaría una fiesta con clones de las supermodelos Anastasia Scheglova, Irina Shayk y Ekaterina Zueva que el FSB guardaba en un armario de la trastienda del bar, lo dejamos yaciendo en el piso de madera rústica del local, porque ya partía nuestro tren. Cuando nos retirábamos, el dueño del bar nos envió a su oso amaestrado a cobrarnos los tragos, ya que el oficial no podía pagarle debido a estar inconsciente. Nos pareció comprensible, y le abonamos los 1500 dólares que el patrón consideró que correspondía cobrarnos por sus servicios. Al oso le dejamos de propina unos chips de arenque que sobraron de acompañar el vodka. Una experiencia realmente inolvidable.

En el tren de regreso nos impusimos de las novedades. Que Suecia haya derrotado 1 a 0 a Corea del Sur no nos genera ningún comentario ni a nosotros ni a nadie que conozcamos; que el muy buen seleccionado de Bélgica haya goleado 3-0 a los panameños después de tomarse su tiempo para marcar el primer gol es previsible, y que Inglaterra haya penado para derrotar a Túnez sobre la hora también lo es. Nos enteramos de que Japón y Senegal pusieron su grupo patas para arriba, superando a los favoritos Colombia y Polonia, y que Rusia despachó a Egipto con una buena actuación y alguna ayuda arbitral.

En el día de hoy, de regreso al Centro Internacional de Prensa, terminamos de confirmar que el nivel de esta Copa del Mundo parece más parejo que el de las anteriores. Salvo Arabia Saudita contra Rusia, ningún equipo dio la sensación de que su presencia en el torneo fuera inexplicable: hasta los modestos australianos, iraníes y panameños mostraron al menos orden. Islandia sorprendió con un funcionamiento defensivo superior, al igual que Suiza. Fue muy injusto que Marruecos llegara a la segunda fecha sin puntos: mereció mejor suerte con Irán y con Portugal, que verdaderamente es Cristiano Ronaldo y diez futbolistas perfectamente fungibles alrededor. A Uruguay lo enfrentamos con un equipo armado entre nosotros y nos cede la pelota y nos juega de contragolpe; así hizo contra ¡Arabia Saudita! Y me da la sensación de que las intensas temporadas europeas se cobran su precio: hay algunas selecciones importantes, por caso Brasil, Francia, Argentina o Alemania, que parecen tener demasiados jugadores importantes cansados. (Más allá de que los equivocados planteos tácticos de Argentina y Alemania aportaron lo suyo a sus malos resultados). Lo mejor hasta ahora lo mostraron Bélgica y de a ratos España, y en la medida de sus limitaciones, Rusia. Tal vez haya que esperar hasta la etapa de eliminación directa para ver si algún equipo saca la cabeza por arriba del resto.

En el final, una idea: como pasa casi siempre, los deseos se cumplen de un modo tramposo. Este Mundial, Argentina muy probablemente no sufrirá contra Alemania: lo hizo contra Islandia y lo hará contra Nigeria y vaya a saber hasta dónde llega. Ah, qué felices que éramos cuando sufríamos por perder todas las finales....

 

17 DE JUNIO: DÍA CUATRO

A primera hora vimos un Costa Rica 0 Serbia 1 del que se pueden destacar las atajadas de Keylor Navas, el golazo de tiro libre de Kolarov, lateral de la Roma, y la pinta de basquetbolistas y de criminales de la Guerra de los Balcanes que ostentaban los serbios. O de basquetbolistas criminales de la Guerra de los Balcanes.

A segunda hora, uno de los platos fuertes de la primera fecha: debutaba el campeón Alemania ante un México envuelto en polémicas en su tierra y con un entrenador muy discutido, el colombiano Juan Carlos Osorio. Para peor, los alemanes venían de una preparación estricta, con acceso limitado a las redes sociales y relaciones sexuales vedadas, y los mexicanos no tuvieron mejor idea que prepararse ¡con una orgía! Pasó lo que tenía que pasar: ¡ganó México jugando bien, y dando la ventaja de desperdiciar varios contraataques por la ineptitud de sus delanteros, empezando por ese chingue pelotudo sobrevalorado que es Chicharito Hernández! A Alemania le faltó claridad para el último pase y el remate definitivo, y defensivamente tuvo un partido es-pan-to-so, no muy diferente a lo de Argentina. No es un consuelo, pero al menos nos libra de esa forma futbolera del tilinguerío que es contrastar nuestra peor cara con la mejor de alemanes, ingleses, suecos, holandeses o cualquier pueblo rubio y protestante de Europa. Las preparaciones fueron muy diferentes, los resultados hasta ahora los mismos: esto es fútbol, gente. Igual no descarten a Alemania, uno de los peores errores que se pueden cometer en una Copa del Mundo.

El último encuentro del día fue el de Brasil y Suiza, y terminó en otra sorpresa: ni Argentina, ni Alemania, ni Brasil, tres de los candidatos de siempre, pudieron ganar en sus presentaciones. Los brasileños empezaron ganando a los 19 minutos del primer tiempo con un golazo de Coutinho, y pareció que se venía la fiesta... y se vino la siesta. En el segundo tiempo empataron los laboriosos suizos con un gol de pelota parada, y a Brasil se le cerró el arco. Neymar no estuvo especialmente claro, dando la sensación de que no está totalmente repuesto de su lesión, y sobre la hora incluso tuvo el tiro libre para decidir el partido que Cristiano Ronaldo convirtió en gol y Messi falló: Ney ¡tiró un centro! Cabe lo mismo que se dijo con Alemania: descartar a Brasil tras un comienzo flojo es una pésima idea.

Tal vez los brasileños quisieron complicar un poco el grupo porque la derrota alemana en el partido de inauguración de su zona abre la muy cierta posibilidad de que terminen segundos, con lo que en octavos de final enfrentarían al ganador del grupo de... ¡Brasil. Si se da ese partido, hay que decretar día no laborable de alcance mundial para ese día.

 

16 DE JUNIO: DÍA TRES

Comenzamos la jornada con un sorprendentemente parejo Francia-Australia. Con mucha inteligencia, el entrenador australiano convenció a sus rivales de que en realidad jugaban por el Mundial de rugby y que eran Le XV du Coq contra los poderosos Wallabies, así que ¡mucho respeto! Para peor, la selección francesa decidió jugar con medias azules, que junto con el pantalón blanco y la casaca azul hacía que pareciera el representativo de Finlandia o el de Israel.

El árbitro del partido era el uruguayo Andrés Cunha, de inolvidable participación en el Lanús - River Plate de semifinal de Copa Libertadores del año pasado como encargado del VAR. Y el destino quiso que Cunha sancionara un penal para Francia por una falta muy discutible en el área australiana... con la participación del VAR. ¡Una extraordinaria tecnología para hacer aún más discutibles los fallos discutibles! Bien, fue gol de Francia, convertido por Griezmann, injusticia remediada un rato después por Umtiti: penal para Australia por ridícula mano de un zaguero ¡del Barcelona! En fin, 1-1 que después desequilibró Pogba con un gol un poco quinielero por un rebote. Sufrida victoria francesa, pero el primer partido del mundial hay que ganarlo...

...cosa que Argentina no hizo. Toque lateral en campo propio mientras nadie se desmarca en campo rival, un doble cinco con Biglia y Mascherano en el que claramente sobra uno de los dos y hace que falte un volante que distribuya juego, un arquero correcto pero que posterga al banco a uno de los mejores del mundo, una defensa con un lateral improvisado y un central que este año jugó poquísimo, y Messi que ve que tiene que hacer todo él solo. Nada de esto es una sorpresa, que es lo peor de todo: son defectos que se señalan desde hace semanas, y que Jorge Sampaoli parece no haber registrado. Por si fuera poco, Messi falla un penal. Cierren todo. Si el gobierno quería el Mundial como cortina de humo, que vaya pensando en otra cosa para dentro de diez días. ¡Qué lindo este 2002 recalentado en el microondas! ¡Y va a ser campeón Brasil también!

Ya puedo entrever con qué va a intentarnos entretener nuestro periodismo meramente deportivo dentro de unas semanas, y si sale todo mal tal vez dentro de apenas dos semanas: con Icardi, Kranevitter, Lautaro Martínez, Centurión, Pezzella, y todos los demás prescindibles de la víspera que en unos días volverán de sus vacaciones convertidos en los indispensables de mañana. Una dirigencia que no deja macana sin hacer, unos entrenadores que cambian a cada rato y que nunca terminan de consolidar una idea de juego, un montón de estrellas que nunca terminan de conformar un equipo: nos volvimos el Uruguay de otras décadas, justo cuando Uruguay apostó a un proceso serio, parangonable al fundacional de Menotti o al igualmente exitoso de Bilardo. Hasta las fechas coinciden: Oscar Tabárez volvió a dirigir a Uruguay en 2006, Argentina desarmó un brillante equipo técnico de selecciones juveniles en 2007, al no renovarle el contrato al sucesor y escudero de Néstor Pekerman, Hugo Tocalli, tras doce años de éxitos nunca repetidos por selección juvenil alguna. En fin...

También Dinamarca le ganó inmerecidamente a Perú 1-0 y Croacia 2-0 a Nigeria, pero a estos enviados especiales se les hace tarde para balearse en un rincón. Adiós, Copa del Mundo Rusia 2018, no llegó a ser un gusto.

 

15 DE JUNIO: DÍA DOS

A primera hora vimos a ese estereotipo con casaca celeste que es esta selección de Uruguay. Ritmo cansino, grandes dificultades para imponerse cuando no es punto sino banca, gol de la victoria en los minutos finales del encuentro: sólo les faltó que el arquero Muslera tomara mate cuando la pelota estaba en el campo egipcio y que Luis Suárez declarara, tras el partido, que Messi nació en Tacuarembó y que su verdadero apellido es Escayola.
A no confundirse: cuando llegue el momento del plata o mierda, Uruguay será peligrosísimo. Será punto contra casi cualquier rival.

Después jugaron Marruecos e Irán para gastar en un solo partido todos los chistes acerca de terroristas suicidas musulmanes, así nos los sacamos de encima ya en el segundo día de partidos. Y a la tarde de Argentina, el que todos pensábamos que era el mejor partido de toda la primera rueda: España-Portugal, y por una vez no fallamos. Un 3-3 muy entretenido, en el que los españoles jugaron mejor pero se encontraron con un Cristiano Ronaldo en modo Superman... y un David De Gea en modo Karius. Cristiano hasta se dio el lujo de responder con un gol a cada año de prisión en suspenso que le aplicó la justicia española por evasión de impuestos, y por las dudas otro más. El que la clasificación del grupo B esté encabezada, tras la primera fecha, por ¡Irán! es una de esas circunstancias que no marcan tendencia, como la baja de la cotización del dólar tras conocerse la renuncia del pelotudo cósmico de Sturzenegger a la presidencia del directorio del Banco Central. Igual no festejemos, porque lo remplaza un tipo rapidísimo como Luis Caputo. Rapidísimo en el peor de los sentidos.

Y hasta aquí llegamos hoy, porque estos corresponsales tienen que irse a dormir, porque mañana juega Argentina y aparte estamos más puestos que Lilita y nos aguarda nuestra compañía femenina rentada.

 

14 DE JUNIO: DÍA UNO

Paro de la CTA, media sanción a la despenalización del aborto, devaluación descontroladada del peso, publicación de la letra chica del acuerdo con el FMI, renuncia del incalificable presidente del Banco Central y aniversario de las muerte de Gilbert Chesterton y Jorge Luis Borges, todo eso un 14 de junio, que pasará a ser ¡el Día Nacional de la Hiperinflación Informativa!
¡Y por si fuera poco, empezaba la Copa del Mundo de Rusia!

Hubo una presentación filmada muy buena, que arrancó, como era de sospecharse, con un astronauta ruso en la Estación Espacial Internacional, siguió con música de Chaikovski y grandes imágenes de Moscú y no siguió con, por ejemplo, soldados fusilando campesinos como en Ucrania en los años treinta o tanques reprimiendo revoluciones a favor de la democracia como en 1968 en Praga. ¡Digo, ya que estábamos con la historia de Rusia, un Estado que para Europa Oriental y Asia Central ha sido tan positivo como Estados Unidos para América! Cantó la soprano rusa Aida Garifullina, la rompió Robbie Williams... y cuando quisimos acordarnos se fue la ceremonia de apertura, que entonces podemos decir que fue dos veces buena. Después llegó el partido inaugural, una sorpresa que nos regaló la FIFA: un movido Argentinos Juniors - Sarmiento de Junín dirigido por Pitana. Hubo quien se quejó porque dijo que no era un partido a la altura de un Mundial, y ni siquiera a la altura de una mera Copa Argentina, pero hubo lindos goles. Y una primicia: ya se menciona que el entrenador verde Pizzi no termina el torneo y sería remplazado por Caruso Lombardi.

"Qué vergüenza, cinco abajo", oímos decir al periodista Peter Parker en el Centro Internacional de Prensa. "Sí, qué desastre estos sauditas", respondimos. "No, qué sauditas. Cinco por ciento se devaluó tu salario en un día, hoy", contestó, y no pudimos menos que asentir y lamentar la muy mala actuación del guarda-metas de inflación Karius Sturzenengger.

Entre otras notas de color, logramos descifrar que PECTOPAH es "restaurante" en ruso, mitad porque deducimos algunas letras a partir de que la vieja sigla CCCP era en realidad SSSR y en castellano URSS, y mitad porque vimos por TV un cartel que decía eso al lado de un periodista deportivo argentino, los reyes del canje publicitario. Y nos enteramos de que un aficionado peruano engordó 25 kilos para convertirse en un obeso mórbido y así ganarse un viaje al Mundial dentro del cupo para personas con discapacidad. ¡Tarde nos enteramos, tantos haciendo méritos sin saber que suicidarse comiendo tenía recompensa!

Y terminamos aquí, porque son las tres de la mañana y aquí en Rusia ya amanece (!). Cómo no van a ser raros los rusos con un día así...

 

8 DE JUNIO: A SEIS DÍAS

Hoy les ofrecemos la primera entrega de esta nueva sección de la página, dedicada a los chismes más sustanciosos que nuestros enviados especiales a Rusia recogieron estos últimos días, con motivo de la celebración de la XXI Copa del Mundo de fútbol que comenzará el próximo jueves 14 de junio.

"Del Mundial de Brasil 2014 para acá la AFA organizó un torneo con 30 equipos sólo porque nadie podía decirle que no a Don Julio, que encima se murió a los cinco minutos, y a los seis minutos ya estaban todos pensando en los años que llevaría volver a tener un torneo normal. Eligieron de entrenador de la selección a Martino, el único tipo que logró que el Barcelona de Messi e Iniesta pasara una temporada entera sin ganar ningún título de importancia. El Tata tuvo a disposición a la mejor defensa de la última década y media, la del River de 2014 y 2015, y no la convocó entera ni un solo partido. Un nuevo gobierno determinó que el Fútbol Para Todos era un serio obstáculo para su objetivo de construir un jardín de infantes en cada cuadra de cada ciudad de la Nación: pasaron los años y el Fútbol Para Todos dejó de existir y el gobierno no construyó ni medio jardín de infantes. El mismo gobierno, la FIFA y la Justicia intervinieron la AFA con una junta presidida por ¡Armando Pérez!. Fuimos a una votación para elegir al presidente de la AFA en la que 75 electores se las arreglaron para terminar 38 a 38. Perdimos dos finales consecutivas de Copa América con ¡Chile! Se fue Martino y llamaron a ¡Bauza! Los seleccionados juveniles cundieron en derrotas y papelones. Messi faltó por lesión o suspensión a media eliminatoria. Echaron a Bauza faltando cinco minutos para terminar la ronda clasificatoria para el Mundial, y entramos gracias a un 3-1 a un Ecuador que nos puso enfrente un equipo de juveniles. Llegó Sampaoli y decidió jugar con tres defensores hasta que un papelón con Nigeria le hizo repensar lo que era evidente desde el comienzo. Armó un mediocampo sub 40 con Biglia, Mascherano y Banega para que España nos bailara 1-6 y tuviera que rever lo que era obvio. Nos comprometimos a jugar un partido con Israel en ¡un estadio construido en la parte de Jerusalén usurpada a los palestinos! y nos avivamos del macanazo sólo cinco minutos antes de jugarlo, con todas las entradas vendidas y la plata depositada en la cuenta de la AFA. La verdad, si después de todo esto ganamos el Mundial, no nos podremos quejar de la suerte nunca más en nuestras vidas". "Con no volvernos de Rusia dando vergüenza creo que cabe hablar de éxito".
(Uno de los miembros de nuestra redacción presenció esta conversación entre los periodistas Clark Kent y Peter Parker el jueves a a la tardecita, mientras ambos esperaban su turno para entrar al Salón de la Fama del Periodismo Deportivo, a pasar un trapo).

"
Dos días que llegamos y no pude dormir bien ni una noche". "¿Lo tiene mal el jet-lag, la comida, extraña a tu familia? ¿Mucha noche moscovita?" . "No, Álvarez, estoy aterrado de que cuando volvamos a Argentina el dólar esté a 30 o 40 mangos y tengamos que vender un riñón para pagar la joda de este viaje". "Qué quiere que le diga, Borges. Si este equipo económico dijera que apuesta a recomponer las reservas del Banco Central con las ganancias de una partida de sabacc me despertaría menos desconfianza".
(Así conversaban el domingo a la tardecita los periodistas Alberto Borges y Miguel Ángel Álvarez mientras orinaban en los baños del Centro Internacional de Prensa de la calle Mezhdunarodnaya en Krasnogorsk, no muy lejos del inodoro sobre el que se sentaba uno de nuestros corresponsales).

"¿Y, qué le parecen Francia y Bélgica? Son dos equipos con muchos jugadores jóvenes muy buenos, pueden dar la sorpresa". "Y, tiene razón, pero no sé... Con decirle que no trajeron conservadoras portátiles: para enfriar las botellas de Gatorade se las llevan al pecho".
(Uno de nuestros cronistas escuchó esta conversación entre el ex delantero camerunés Roger Milla y el ex arquero colombiano René Higuita el martes pasado al mediodía, mientras ambos notables ex futbolistas ordenaban una bondiolita con fritas en el local de Sochori de Dorapa del ya mencionado Centro Internacional de Prensa)
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