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APUNTES PARA UNA REFLEXIÓN SOBRE EL WESTERN
Algunas ideas sobre uno de los géneros cinematográficos por excelencia de una época que parece haber pasado… o tal vez ha mudado de piel y ya no lo reconocemos como tal. [Publicado en agosto de 2010 en Televicio Webzine].
“Mientras miro las nuevas olas / yo ya soy parte del mar”. Charly García, Mientras miro las nuevas olas, 1980.
APROXIMACIÓN A UNA DEFINICIÓN
El problema de definir un género artístico (ya sea literario, fílmico o
musical) es en definitiva un problema filosófico, la polémica entre Platón y
Aristóteles: cada artista es un mundo propio, cada obra de cada artista es un mundo propio. ¿Hasta qué punto es lícito, por ejemplo, considerar válida
a una etiqueta como “ciencia ficción”, que admite en su seno a obras
radicalmente diferentes como “
Creo que los géneros tienen un carácter provisional y en buena medida ficticio, en tanto que son un esfuerzo de abstracción a partir de fenómenos culturales vivos y abiertos al cambio. Dicho esto, podemos abordar ahora alguna reflexión sobre lo que se entiende por western, sabiendo que toda definición deberá ser tomada con pinzas.
La sabiduría
colectiva de la especie humana, por obra de los anónimos redactores de la
entrada correspondiente a “Western”
en la edición en lengua inglesa de Wikipedia, nos
sugiere que éste es un género que narra historias ambientadas en el Lejano
Oeste de los Estados Unidos, en una época que por lo general se define como
comenzada con el fin de
Otros personajes suelen ser los miembros de las tribus de pueblos originarios, definidos mordazmente por Ambrose Bierce (contemporáneo de estos sucesos) como “seres de escaso mérito que entorpecen el suelo de un país recién descubierto. Pronto dejan de entorpecer; entonces, fertilizan”. A medida que el tiempo pasa, los aborígenes (por lo general siouxs, apaches o comanches) son gradualmente desplazados por los primeros colonos provenientes del Este, por lo general en feroz competencia tanto con los pueblos originarios como con los terratenientes ganaderos y los propietarios de los ferrocarriles, llamados transparentemente robber barons (“barones ladrones”). La presencia del Estado es, como decíamos, débil: a menudo el Estado es apenas un comisario de policía (sheriff), muchas veces menos el representante de la ley que el principal responsable de que ésta no se cumpla.
DEL LEJANO OESTE A RUSIA Y DEL JAPÓN AL CONURBANO BONAERENSE
Como el lector
atento sabrá apreciar enseguida, una vez que se quitan del análisis las
circunstancias de tiempo y lugar, es extremadamente sencillo extrapolar a otros
tiempos y otras locaciones algunos ejes temáticos del western…
como proceder en el sentido inverso. “Por un puñado de dólares”, el memorable
Spaghetti Western de Sergio Leone, es una versión de
“Yojimbo” de Akira Kurosawa, que a su vez parece una relectura en clave
samurai de “Cosecha roja”, excelente novela policial de Dashiell Hammet ambientada en los años 1920 en una pequeña
ciudad de… Montana. (En verdad, la obra de Hammett es
un western fuera de la época convencional). “Asalto
al Precinto
Un último inciso: la influencia del western puede ser más sutil, y ser detectable aún en películas que no tienen nada de western. ¿O no es una escena típica del Lejano Oeste la del disparatado saloon de Mos Eisley en “Episodio IV”? ¿O no es Han Solo la viva imagen de un vaquero, al que sólo le falta el sombrero Stetson? ¿O no es el solitario y violento Snake Plissken el prototipo del pistolero que se acerca al pueblo, cumple con la tarea que se le encarga y se va? ¿O no tiene mucho de Spaghetti Western (por empezar, el protagonista, Clint Eastwood) el filme “El botín de los valientes”, por otra parte un título infinitamente superior (y mucho más Western) que el original “Kelly’s heroes”? ¿Acaso no es un western en ritmo de cumbia “Un oso rojo”, la película de Adrián Caetano en la que un ex presidiario trata de asegurar el futuro de la hija que no pudo ver crecer y a la vez tomar venganza de la traición de sus antiguos socios en el crimen? ¿El final no es un típico final de western? ¿No tiene un aire al de “Más corazón que odio” de John Ford?
A lo mejor, no es que el western haya desaparecido: es que sus mecanismos se han integrado tanto al lenguaje cinematográfico que ya no lo distinguimos.
EL JINETE PÁLIDO
Sería un tema interesante de discutir la lenta decadencia del género, aunque dejaremos eso para otro día. Sí podría anticipar que los primeros síntomas de esta decadencia podrían ser detectados en el estreno de los primeros western que representan una vuelta de tuerca, siquiera módica, sobre sus convenciones: digamos el citado “A la hora señalada”, que es de 1952 (“el filme más antiamericano que vi en mi vida”, dijo famosamente John Wayne), digamos “Johnny Guitar” de 1954, y su curiosa reversión de arquetipos sexuales. También podríamos hablar de la renovación que representó el Spaghetti Western en la década de 1960, con sus héroes amorales, su violencia desatada y su abierto cinismo. O de cómo ciertos fantasmales personajes de Clint Eastwood (el de “Infierno de cobardes” / “La venganza del muerto” en 1972, el de “El jinete pálido” en 1985) parecen simbolizar la resistencia del género a dejar de existir. O de cómo un enorme filme como “Los imperdonables”, también de Eastwood, revisita autoconscientemente el género (recordar el paródico personaje del biógrafo Beauchamp) para desmontar el mito y tratar de acercarse (hasta donde eso es posible) a la verdad desnuda.
Pasa que estoy escribiendo estas líneas una fría tarde de sábado de fines de julio, y el chico que fui se acostumbró, a estas horas, a dejar todo lo que estaba haciendo para sentarse frente a una pantalla y dejarse acompañar por Will Kane, Amy Fowler, Helen Ramírez, Frank Miller, Jesse James, Toro Sentado, Shane, William Munny, Rowdy Yates, Vienna, Gerónimo, Buffalo Bill, Jim West, Audra Barkley, Ethan Edwards, John Chance, Billy The Kid, Pat Garrett, Little Bill Daggett, Ned Logan, Rita Escobar, Bret Maverick, Ringo Kid, Ben Cartwright, Tom Doniphon, Liberty Valance, Manolito Montoya, Cole Thornton, Victoria Cannon, George Custer, Kirby York, Douglas Mortimer, Bob el Inglés, Tuco, Sentenza y una extensa serie de personajes buenos, malos y feos.
Sabrán disculpar.
LECTURAS ADICIONALES
“How the Western was won” (en inglés). A O. Scott, New York Times, 11 de noviembre de 2007.
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