The Exorcist (El Exorcista-1973)
El Exorcista es probablemente la película de terror más famosa de los años '70 y la que sin duda contribuyó a reformar el panorama del cine de horror. La pregunta sobre si fue realmente original debería ser respondida teniendo en cuenta la poderosa influencia que THE ROSEMARY'S BABY (El Bebé de Rosemary-1968) ejerció sobre todo el desarrollo del cine del género. Incluyó en una nueva óptica el personaje del Diablo en la Tierra, una óptica más extremista de lo que ninguna película anterior había incluído (cristalizada en el tema del pacto satánico y el nacimiento del Hijo del Demonio). Y El Exorcista explotó esta presencia llevando también al extremo pero en el tema de la posesión satánica, y el terror religioso. Ocuparse del cine de terror religioso nos puede llevar por extraños caminos. Una antología del género no debería obviar filmes como VREDEN DAG (Días de Ira-1943) del genial Carl Theodor Dreyer, en la que un caso de acusación y condena por brujería tenía perturbadoras consecuencias para el acusador y en primera instancia HAXAN (La Brujería a Través de los Siglos-1922). En el filme que nos ocupa se hace énfasis en un elemento si bien poco divulgado, pero real en el ámbito de la religión católica: los exorcismos, o sea la expulsión de espíritus malignos de los cuerpos de los poseídos. Probablemente esta sea una de las razones del éxito de público que tuvo El Exorcista. Al igual que otras películas famosas, El Exorcista tiene su leyenda. Se dice que a lo largo de la producción y rodaje hubo muchas desgracias "casuales", fallecieron personas allegadas a los actores, (incluso Jack McGowran, quien interpretaba un personaje, Burke Dennings, falleció días después de filmar su muerte en la película), hubo accidentes extraños (uno de los sets de filmación se quemó inexplicablemente, retrasando la filmación unas seis semanas), y entre el equipo técnico hubo un clima de agitación permanente. Luego del estreno (el 26 de diciembre de 1973), la campaña publicitaria se basó en el tabú religioso y en el terror real (el aviso de que la trama estaba basada en una historia real). Así, se dijo que hubo personas que en el cine sufrieron ataques de nervios y hasta una mujer que abortó su embarazo. Los dueños de los cines aprovecharon y apostaron ambulancias en las puertas y enfermeros con camillas listos para atender a los primeros desmayados. Incluso los detractores de la película le hicieron sin quererlo publicidad. El reverendo Bill Graham escribió: "Por primera vez en una película mainstream, las audiencias presenciaron la desecración gráfica de todolo que era considerado sano e íntegro sobre el desdibujado Sueño Americano: el hogar, la familia, la iglesia y, más chocantemente, la niñez." Graham no dudó en acusar al filme de "satánico". Sin embargo, El Exorcista no fue solamente un fenómeno publicitario o de astucia promocional. Su historia es tan densa como el vómito que Linda Blair arroja en una escena cumbre. Una sana niña de 12 años llamada Regan MacNeil (Blair) comienza a sufrir extrañas indisposiciones en medio de alteraciones importantes de su conducta, que llevan a su madre (Ellen Burstyn) a consultar a un neurólogo, luego a otro y así hasta agotar todas las instancias. Los galenos le recomiendan que, como última salida, está la de recurrir a un religioso. Al principio, en su condición de atea, la Sra. MacNeil no hace caso al consejo, pero luego del encrudecimiento de la afección de su hija (que llega a atacar a la madre con feroz tenacidad), la pobre mujer recurre al padre Karras (Jason Miller), quien intenta dominar la situación mientras la pequeña se ha transformado en una criatura demoníaca que grita blasfemias, se masturba con un crucifijo y es presa de horribles convulciones. Pero Karras es incapaz de liberarla, y decide a su vez, recurrir a otro sacerdote más viejo y con más experiencia, el padre Merrin (Max Von Sydow), quien ha realizado anteriormente otros exorcismos de manera exitosa. Pero la ceremonia del exorcismo final es terrible, Regan le expele a ambos curas una sarta de maldiciones e insultos, despide un hedor insoportable y llega a levitar por encima de su lecho, provocando un ataque cardíaco al viejo padre Merrin. Finalmente, exasperado, el padre Karras intenta estrangular a la niña, consiguiendo que el demonio libere el cuerpo de la niña, pero para ingresar en el del propio Karras. Comprendiendo su suerte, Karras, corre hacia la ventana y se arroja hacia el vacío, cayendo en una escalinata, donde encuentra su muerte. Pero la salud de Regan vuelve y ya no quedan trazas de su anterior comportamiento. La película estuvo basada en una novela del escritor William Peter Blatty, que había sido best seller. El director fue William Friedkin, y tuvo la delicadeza de que el mismo Blatty adaptase su obra al cine, logrando no solo una buena adaptación sino también una renovación sobre los códigos de censura del cine. Friedkin logró al mismo tiempo que una trama atrapante, un importante clima ominoso, que se vio ayudado por la miles de veces imitada (especialmente por el cine italiano de horror) banda sonora de Jack Nitzsche y la inclusión de música de órgano tubular de Mike Oldfield. Los efectos sonoros (ganadores del premio Oscar junto al guión de Blatty), fueon también avanzados. Las escenas atrevidas de la niña Blair (los insultos y la masturbación) fueron interpretadas por Eileen Dietz, su doble (probablemente la idea de que la pequeña Linda hubiera hecho tales escenas motivó algunas ideas equivocadas y condenas sobre la película). En tanto que el vozarrón femenino de la niña poseída fue entonado por la actriz Mercedes McCambridge, quien luego demandó a Warner Bros. por no haber recibido el crédito correspondiente en los títulos del filme. El éxito que generó El Exorcista lanzó una larga serie de películas basadas en exorcismos, incluyendo la versión negra en ABBY (1974), la versión italiana CHI SEI? / BEYOND THE DOOR (Poder Maléfico-1974), y la secuela oficial EXORCIST II: THE HERETIC (El exorcista II-1978). Ninguna de estas alcanzó a superar en tensión a la original. Y es lógico, no se puede cambiar el cine tan rápido, como lo cambió El Exorcista.
|