Revenge of Frankenstein
(La Venganza de Frankenstein - 1958)
Artículo de Alberto Fuente (caguenross@yahoo.es)
Publicado originalmente en el sitio dedicado a Terence
Fisher
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ficha técnica
¿Cómo
se las puede ingeniar un guionista para escribir el guión de una secuela
de "La maldición de Frankenstein", cuando recordemos, el Barón Frankenstein
se dirigía a la guillotina sin haber podido convencer al sacerdote de
que él no era el autor de los crímenes que se le imputaban? Pues, Jimmy
Sangster se las ingenió, y la pagó con el cura: Frankenstein compra
al verdugo y al contrahecho que le acompaña al patíbulo, y estos, en
su lugar, cortan la cabeza al cura. Pero estos datos los conoceremos
después, cuando los dos borrachos abran la tumba del Barón, y el propio
Barón le desee a uno de ellos las buenas noches (nunca un buenas noches
sonó tan letal ni tan espectral).
Como casi siempre en Terence
Fisher, los prólogos, por cortos que sean, son magistrales y nos
sumergen en la película de una forma rápida, directa y elegante. La
escena del "ajusticiamiento" del Barón es un ejemplo perfecto: en la
primera escena, Fisher ya anticipa lo que será el resto de la película,
un ir y venir de los protagonistas pero siempre en escenarios opresivos,
cargados, agobiantes (aunque sean a cielo descubierto, como en la primera
escena). El Barón se dirige al patíbulo, el cielo es gris y se pueden
apreciar por encima de las ocres paredes de la carcel, unos escuálidos
árboles de aspecto amenazador. Las miradas se suceden, de Victor a la
guillotina, del verdugo a Victor y de Karl al verdugo (mientras el cura
se da la auto-absolución, la única que he presenciado en toda la historia
del cine).
Esta escena de apenas tres minutos, rápida, directa y "cortante", aunque
parezca mentira, se basa en la atmósfera creada por Fisher ¡en sólo
tres minutos!, (algunos directores necesitan horas para llegar a lo
mismo). Esta gran escena enlaza mediante un grito con, si se puede llamar
así, la segunda parte del prólogo, en el bar y poco después en el cementerio.
No sabemos qué ha pasado con el Barón, pero sospechamos que aún está
vivo (por el título, más que nada); sospechas que se hacen evidencias
cuando los dos hombres encuentran a lo que queda del cura en la tumba
del Barón.
Una de mis escenas favoritas, es la aparición del Barón en el cementerio,
que me recuerda mucho a la de Barbara
Steele en "La máscara del demonio" de 1960, con aquel: "Buenas noches,
soy el Barón Frankenstein", que pega un susto de muerte (y nunca mejor
dicho) al que será el próximo compañero del cura para la eternidad,
el "engaña-bobos" (aunque no tanto, porque el bobo, Michael
Ripper, hizo la cama a su amigo). Con la mirada de Frankenstein
a Karl, como diciendo: ¡qué se le va a hacer!, el estacamiento de su
propia lápida, acaba este fenomenal prólogo, sin parangón en el cine.
En
poco tiempo, estamos inmersos en la victoria del Barón sobre la muerte,
la primera victoria (al final del film Victor volverá a vencer a la
muerte). Parece que Frankenstein reta a Dios en cada acción que realiza,
ya sea por su curiosa y retorcida concepción de la ética o más directamente
por su perenne violación de las leyes naturales. Antes de seguir, habría
que enumerar unos cuantos aspectos con los que Fisher dota a la película.
Es la película del ciclo que contiene un humor más sarcástico, cínico
y desesperanzador, más sarcástico en la primera parte de la película
y más desesperanzador en la última, basado tanto en hechos como en diálogos.
En este humor contribuyen la interesante e ingeniosa acumulación de
paradojas:
-
El sacerdote que había asistido a Frankenstein en prisión y al
que no pudo convencer de su inocencia, muere en su lugar después
de darle la absolución, precisamente destinada al cura (que posiblemente
no tuvo tiempo de arrepentirse de sus propios pecados).
-
Anteriormente, parece que Frankenstein mira en alguna ocasión el
cuello del cura.
-
En el bar, un amigo engaña al otro para que excave la tumba, que
irónicamente irá destinada a el mismo y que tendrá que compartir
con el decapitado sacerdote.
-
Frankenstein mata al hombre de un susto, sin querer, no lo puede
evitar; continuando la línea de "La maldición de Frankenstein",
parece como si un destino demoníaco le hiciese cometer esos actos
criminales sin arrepentirse de los mismos.
-
Un médico recomendó al borracho-vago que no hiciese esfuerzos,
por su corazón; y es otro médico, Frankenstein, el que le remata
(sin querer).
-
Parece que el único que hubiera podido comprar a Karl para que
le salvase de la muerte era Frankenstein, mediante la promesa de
injertar su cerebro en un cuerpo bello (otra persona hubiese muerto
irremediablemente); pero finalmente y después de la paliza del portero,
tendrá un cuerpo ¿hermoso? y un cerebro deteriorado (¿se llega a
arrepentir Karl de la operación o no?).
-
Frankenstein terminará siendo el sujeto paciente de su doctrina,
cuando Hans le salva de la muerte trasplantando su cerebro (por
primera y única vez vemos el cerebro de Frankenstein) a otro cuerpo,
cosido y creado por el propio Frankenstein.
-
El cuerpo de Karl llega a morir dos veces: una después de la operación
y otra en casa de la condesa, mientras que el cerebro sólo puede
morir una.
-
Frankenstein es consciente de sus limitaciones, para ello conserva
esa parafernalia que muestra a Hans, en la magistral escena de:
el cerebro, la mano y los ojos. Pero esa parafernalia supera con
creces lo conseguido por cualquier otro ser humano.
-
Un guardian se duerme a las puertas del tribunal médico (el aburrimiento
y el conservadurismo se respiran desde fuera).
-
El presidente del tribunal médico, que no pinta nada, tiene que
pedir cita como los demás (pobres) para hablar con Stein. La delegación
espera con y como los pobres.
-
La flor que se pone Frankenstein cuando le toca efectuar las tareas
aburridas, rutinarias y públicas (consulta privada), se la quita
cuando disfruta en el laboratorio o en el hospital de los pobres
consiguiendo miembros (que no individuos) para sus experimentos.
Mira la hora mientras escucha los latidos de la hija de la condesa
(la condesa quiere casar a su hija con Stein por la posición que
este ocupa). Todo esto denota la ambigüedad con la que impunemente
se mueve el Barón en toda la película, de la que hablaré más extensamente
después.
-
Amputa al carterista su medio de ganarse la vida y le dice que
cambie de trabajo o que aprenda a robar con la otra mano; la amputación
se produce por la sensibilidad de los dedos del carterista, sensibilidad
conseguida después de cuantioso esfuerzos. Esa será la mano que
acabará teniendo Frankenstein, después de que sea operado por Hans.
-
Al llegar la comité al hospital de los pobres, el presidente se
dirige a Stein como: Soy el presidente del Tribunal médico, a lo
que Frankenstein responde: ¡Enhorabuena!
-
Frankenstein hace una disección perfecta del pollo en su encuentro
con Hans. Después Frankenstein parece amenazar a Hans con el mismo
cuchillo con el que ha trinchado el pollo.
-
Los Stein vienen de Suiza (país neutral por excelencia, donde
"aparentemente" nunca pasa nada).
-
Hans tropieza de camino al laboratorio, y Frankenstein dice: sería
una pena perderle, tan pronto.
-
La hija del sacerdote trabaja para Stein, porque a Frankenstein
le interesa de cara al público: su padre es una persona muy influyente.
-
Karl admira la belleza de Margaret, en su primer encuentro; belleza
que el ansía conseguir para sí (tanto a Margaret como en su propio
aspecto, con más énfasis lo primero que lo segundo).
-
Karl está dispuesto a sufrir lo que sea necesario para conseguir
belleza: tema muy de actualidad por las cantidad de liposucciones
e injertos de silicona que se perpetran.
-
Frankenstein hace de aparente nexo entre los cómodos y aburguesados
médicos, y los indigentes, pobres y desheredados. Stein aparenta
ser un médico normal y dedica buena parte de sus ganancias a financiar
el hospital de los pobres; mientras que lo que es, es un médico
progresista que obtiene los miembros necesarios para sus experimentos
de los "pobres" pobres que mutila en el hospital.
Imagen de una guillotina, se escuchan campanas
de muerte. Créditos.
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Peter Cushing en THE REVENGE OF FRANKENSTEIN.
"En 1860 el Barón Frankenstein fue condenado a muerte por los
crímenes cometidos por el monstruo que había creado. Fue un
alivio para el continente cuando se recurrió a la guillotina
para acabar con su infame vida". |
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La hoja de la guillotina es elevada por el
verdugo. El Barón Frankenstein (Peter Cushing) sale acompañado
por un cura y por un contrahecho (Oscar Quitak). |
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Los tres se dirigen hasta el patíbulo donde
les espera el verdugo, que irónicamente deja caer la cuchilla
ante la estupefacta cara del Barón. |
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Mientras el cura da la absolución a Frankenstein,
el contrahecho y el verdugo se dirigen la mirada. El verdugo
vuelve a elevar la cuchilla ante la atenta mirada de Victor.
Cuando llega arriba, se oye un forcejeo y la cuchilla cae. GRITO.
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