Re-Animator (1985)por Benito Martínez Fernández RE-ANIMATOR es un plato fuerte, una original filmación del género fantástico en la que el realizador ha derrochado ingenio ¡Qué lejos aquellos tiempos en el que los clásicos utilizaban pudibundas elipsis para insinuar! Si algo positivo tiene el cine hoy, es que, una vez liberalizado de los tabúes y códigos de censura que lo atenazaban, cuando llega un realizador inteligente, que sabe utilizar los recursos artísticos que posee este medio de expresión, la pantalla se desborda en todos los sentidos, sin limitaciones; algo de esto sucede en este RE-ANIMATOR, adaptación libre de un cuento de un maestro de la literatura fantástica, H.P. Lovecraft, que el interesado podrá encontrar en castellano en el volumen "Narraciones terroríficas" de Ediciones ACERVO. Está realizada por un primerizo procedente del teatro, Stuart Gordon, que ha dispuesto de un formidable equipo, entre el que se encuentra Christian Peters, que ha fabricado los sorprendentes efectos especiales-cabeza incluída-de la película. RE-ANIMATOR compagina dos mitos importantes de lo "terrorífico-fantástico": Frankenstein y los zombies. En base a ello, encontramos a un joven e inquietante doctor, que investiga sobre la inmortalidad, tras la aplicación de un suero de su invención. Involucra en sus experimentos a otro joven, estudiante de medicina, a su novia, al padre de ésta, decano de la Facultad donde estudian; y a un catedrático incapacitado para evolucionar en sus enseñanzas y ávido de robar el experimento de su rebelde y chiflado alumno. La originalidad de esta película, que ha obtenido el primer Premio en el último Festival de Sitges y en el de Avoriaz, así como el Premio Especial del Mercado del Film en Cannes, estriba en que, siendo una narración terrorífica, cuyo horror llega al máximo límite de aguante, de ese exceso, precisamente, se desprende una comicidad, fundamentada en el serio conocimiento que se va adquiriendo de todos los personajes a lo largo de la proyección, al igual que de las situaciones. Así el "horror" primero, en el que se exhibe gran cantidad de sangre, vísceras, etc, se va convirtiendo paulatinamente en humor y este finalmente en desmadre, con secuencias delirantes en las que lo macabro sirve de burla, como aquella del descomunal lío que se organiza en un déposito de cadáveres, en el que al serles aplicados a estos la fórmula, se convierten en zombies y que, salvando las distancias, hubiera encajado perfectamente en un film de Jerry Lewis. El cine de terror sin erotismo no funciona, pues bien, en este sentido RE-ANIMATOR contiene una de las secuencias más audaces y delirantes del género, que recuerda en su plateamiento a la final de HOUSE OF WAX (Los Crímenes del Museo de Cera-1953) con Vincent Price, aunque los monstruos de hoy son más perversos que románticos. Todo lo expuesto hay que considerarlo dentro de las coordenadas de un género que se está recuperando de un largo bache. Un género que funciona en base a la inteligencia con que se trate y que es considerado de "menor", pero en este sentido habría que afirmar que no hay géneros menores, cuando lo que brilla es la inteligencia y la base de RE-ANIMATOR está en ella. Otra cosa será la capacidad de aguante de cada espectador, ya que este film de Gordon es un "museo del horror", un plato fuerte como se ha dicho más arriba. Benito Martínez Fernández |