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El que Recibe las Bofetadas

Largometraje, Films Mundiales - Atica, 2 de julio de 1947

Reparto

Narciso Ibáñez Menta .... Ese
Guillermo Battaglia
Golde Flami
Ernesto Vilches
Juan Serrador
María Esther Podestá
Alberto Terrones
Selva Sullivan
Oscar Valicelli
Mario Fortuna
Marcelo Lavalle
Carlos Morazano
Blanco Villalba
Graciela Dubois
Narciso Ibáñez
Zema De Gásperis

Créditos Técnicos

Escenografía: Juan José Renard
Montaje: Oscar Vitale
Fotografía: Pablo Tabernero
Música: Isidro Maiztegui
Guión: Alejandro Casona, según la obra de Leónidas Andreieff
Producción: Films Mundiales
Dirección: Boris Hardy (como B.H. Hardy)


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Diario La Prensa, 07-1947


Diario La Prensa, 07-1947


Teatro y Cine

Fuente: Revista Histonium, Año VIII, N 92, enero 1947

Escribe El Duende

"El que recibe las bofetadas", de Andreiev, el autor eslavo humanista, ha inspirado a Alejandro Casona, el poeta de "La barca sin pescador", un argumento cinesco de calidad, incorporando algunos actos que develan la historia de ese personaje sufrido, acerca de cuyo pasado poco se sabe en la obra básica. Presentamos tres aspectos diferentes. Uno lo animan J.B. Hardy (sic), productor y director, en compañía de Pablo Tabernero, iluminador, estudiando una toma. El otro corre a cargo de los intérpretes, durante la lectura de una parte. Están Casona y Vilches, sentados; Golde Flami, Guillermo Battaglia, Selva Sullivan y María Esther Podestá, esta un valor en el cual los dirigentes no han reparado lo bastante. El tercer aspecto es de Vilches y Narciso Ibáñez Menta, protagonista de la película, en una escena de la cinta.

Golde Flami, figura joven que ahora está perfilando sus posibilidades , en otro pasaje de "El que recibe las bofetadas", que pronto estará finiquitada para estreno.


Tiene Interés "El que Recibe las Bofetadas"

Fuente: Diario La Prensa, 3 de julio de 1947

En el Broadway fué presentada ayer por Films Mundiales la película local del sello Atica, "El que recibe las bofetadas", adaptación que hizo Alejandro Casona de la pieza de Leónidas Andreiff (sic).

La pieza es ya conocida en Buenos Aires, pero como su difusión no es amplia creemos oportuno trazar una reseña de su argumento, concretándonos a la versión conocida ayer, que mantiene muy correctamente el espíritu del original y da discreto margen para la expresión propia de la pantalla.

Ante el director de un circo se presenta un hombre pidiendo trabajo, y como explica que no tiene habilidad alguna para actuar en ese medio, propone ser el hombre que recibe las bofetadas, como recurso de hilaridad. Es aceptado y en poco tiempo alcanza el primer plano del conjunto por el franco éxito cómico de su labor. Se ha encariñado con la joven trapecista, novia de su compañero de trabajo y por ello se duele cuando sabe que el presunto padre, aventurero sin escrúpulos, está dispuesto a entregarla a un noble. Cuando ve a éste, asume sus recuerdos, que la pantalla objetiva. Fue en su Rusia natal un profesor de prestigio y aquel noble un íntimo amigo, que con arterías le robó el fruto de diez años de investigaciones científicas para presentarlas como propias y lo engañó con su mujer. Esa es la tragedia de su vida, la que lo llevó al circo a reproducir así la bofetada que el infame le propinó en público y que él no supo devolver. Cuando quiere nuevamente arrebatarle el puro amor que siente por la joven, lo mata y se arroja desde lo alto del trapecio.

El director B.H. Hardy, más aplomado y más afinado que en su primer trabajo, "Soy un infeliz", cumple una buena labor, pues narra con soltura los episodios, con sentido cinematográfico, dentro de un tono y un ritmo correctos. El matiz dramático está bien dado, con vigor y sin caer en momento alguno en el melodrama, con equilibrio y calidad.

A la buena impresión que la película deja, contribuye en gran parte el notable trabajo de Narciso Ibáñez Menta en el protagonista. En sus tres caracterizaciones, el payaso, el hombre bueno, comprensivo, humilde en que se transforma cuando se despoja de la careta, y aquel profesor de antes, pone en evidencia una vez más sus poco comunes dotes de intérprete. La joven actriz Selva Sullivan, decorativa y expresiva, con naturalidad y femenina, se desempeña en forma realmente promisoria. Ernesto Vilches pone su autoridad de comediante en un corto papel, al que da realce y colaboran bien María Esther Podestá, Golde Flami, Guillermo Battaglia, Alberto Terrones, Juan Serrador, Oscar Valicelli y Mario Fortuna.

Bien presentados los números de circo, en cuyo ambiente se desarrolla casi toda la producción, y muy cuidada la escenografía de los interiores. Asimismo es adecuada y atrayente la música compuesta por Isidro Maiztegui.


Reseñas

Reseña Cinefania (Darío Lavia): Brillante narración para un melodrama con toques de suspenso y tragedia, que goza de una dinámica y atrayente interpretación de Narciso Ibáñez Menta. A fines del siglo XIX llega a un circo un desconocido (Narciso Ibáñez Menta) que se ofrece para aprender cualquier oficio y trabajar de lo que sea. Cuando se le pregunta el nombre, responde "Ese" a secas y su mayor virtud es saber recibir bofetadas. Poco a poco su acto, que consiste en ser abofeteado por todo el plantel del circo, va ganando popularidad, hasta que, diez años después, es una de las grandes atracciones. Poco a poco se va revelando su historia, un brillante científico, traicionado por el mejor amigo (Juan Serrador) cuyas risas ahora resuenan en la platea principal, mientras observa el acto del circo. El pasado vuelve, a través de una melodía en piano y a través de una carcajada, revelando las circunstancias en las que el científico perdió su trabajo, su esposa y su vida... Para la antología queda el final, aunque previsible, logra ser emocionante y melodramático. La trama está basada en una obra de Leonid Andreyev titulada "Tot, Kto Poluchayet Poshchechini", que ya había sido llevada al cine en 1916 y en 1924 (siendo protagonizada por Lon Chaney). Esta versión es superior a esta última en cuanto a narrativa y desarrollo lógico de personajes y acontecimientos. Ibáñez Menta logra una labor equiparable a la de Chaney.

Un diccionario de Films Argentinos (Raúl Manrupe-María A. Portela): La vieja historia de un hombre fracasado que se hace payaso, ya entonces tratada varias veces en el cine. Previsible, dignamente filmada, con algunas escenas buenas (la muerte de Juan Serrador en una jaula, por ejemplo).