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CAPÍTULO 31

(Donde el Apóstol sueña con el Paraíso privatizado y relocalizado en Barcelona) (1)

Viene del Capítulo Anterior

Éste es el Paraíso con que soñó el Apóstol mientras soñaba en el umbral de una casa cercana al Aeroparque Metropolitano mientras soñaba que visitaba el Infierno y el Paraíso. Lo soñó en tercera persona, pero dado que el estilo profético no esconde su mayor comodidad con la primera persona del singular, este Amanuense de lo Alto lo vuelca en palabras escritas de dicha manera.

I

Están tocando aquella canción que no es mi canción. (Es otra de esas fiestas conchetas donde todos se divierten hablando de la guita que han hecho y de la que piensan seguir haciendo). En un rincón estaban Menem y Ronald Biggs. Los dos se reían y no recuerdo cuál de los dos le pidió un autógrafo al otro.

II

De pronto se me acerca un tipo de cabello muy blanco y largo y ojos enrojecidos, y me dice: vengo a traerte la salvación de tu alma y la forma de alcanzar la paz interior y liberarse de las tentaciones del mundo exterior. Está en este libro, que escribí yo mismo, son sólo cien pesos; acepto efectivo, cheques y tarjetas de crédito, pero, eso sí, flaco.

No me bicicleteés el pago o te corto los huevos.

III

Pido un gin tonic y veo una morochita no muy alta, con aspecto de colegiala inocente, rostro de ángel y ¡Dios! un cuerpo infernal. Se para dos centímetros delante de mi cara y me dice que se llama Afrodita Calipige y que nació en el planeta Venus. (¡Barrilete cósmico, de qué planeta viniste!). Y yo le contesté: nena, si querías levantarme, sólo tenías que mirarme a los ojos.

Yo soy de Marte.

IV

Insisten en tocar aquella canción que no es mi canción.

Volví de detrás de los ligustros del jardín con el pantalón verde de césped... Delicias del polvo de Venus (si me viera Carl Sagan). Llego al baño y veo a un tipo que fue pirata del asfalto, agente de bolsa y ministro de cultura, jalándose la línea de cocaína más larga que yo hubiera visto en mi vida. Dio un salto mortal hacia atrás y, sin tocar el piso, salió por la ventana del baño cantando la marcha de los Montoneros.

Diez mentiras, veinte verdades a medias.

V

Pasa a mi lado un tipo vestido de mendigo hippie. Sólo acepta limosna en tarjeta de crédito y canta algo así como "I wanna be an ABC1 guy". Es flaco y alto, tiene un parche sobre el ojo derecho y lleva la cabeza afeitada como un Hare Krishna. En la remera, sobre la efigie del Che, dice "Snob Forever". Me guiña el ojo descubierto y me dice: "soy lo que soy. Qué desgracia".

Quiso ser famoso y fue trISTEMENte célebre.

VI

Otros dos tragos después el ruido era dos tragos más alto y comenzaba a sonar fuera de tONO. El gin tonic está excelente, pero sólo quedan canapés de mortadela y caviar.

 Dos borrachos con cara de banqueros se pelean por una mujer, pero la mina no les da bola: se está transando a la espía venusina. Pasaron dos mozos llevando de las pestañas a un chico vestido como los Hell's Angels. Pregunté si era un colado y me respondieron que era el único que no lo era.

VII

Oí ruidos extraños en un placard. Lo abrí, y adentro vi a una chica que parecía una Barbie. Klaus Barbie. Vestía un baby-doll, portaligas, medias de red y una casaca y un gorro de las SS y, dándole latigazos, se confesaba ante un tipo arrodillado y vestido de arzobispo. La chica amenazó con golpearme y el arzobispo con excomulgarme. Cerré el placard y me fui a buscar otra copa.

VIII

Un gin tonic más y el ruido sonaba UN GIN TONIC MÁS ALTO.

Pasa la agente venusina, subida a caballito de uno de los borrachos con cara de banqueros y me grita "cuidado que viene el chancho". De un recodo de la galería aparece un tipo que tenía puesto un traje violeta oscuro con rayitas amarillas, una camisa rojo bermellón con botones nacarados, medias de seda color durazno y mocasines de charol blancos, y de detrás de sus anteojos de sol con marco plateado me guiña un ojo y me pide el boleto. "¿Está teniendo un buen viaje, señor?" me dice sonriendo. Le doy un billete de cinCO PESOs, lo pica y se aleja, secándose la frente con un pañuelo anaranjado.

 IX

Continúan tocando aquella canción que no es mi canción.

Volví al baño y me puse en la cola para vomitar. Delante de mí había dos críticos de cine que discutían acaloradamente sobre el estructuralismo subfálico, el vaginismo neanderthaliano, el neotradicionalismo filofóbico y el posvanguardismo de la Escuela de Tilcara. Antes de meterse dos dedos en la boca, el más joven de ellos dijo: "la únICA VERDad es la realidad", y el otro le contestó "la realidad es un efecto producido por la falta de alcohol".

La sobriedad es ese difícil tránsito de una borrachera a la siguiente.

X

Y en el séptimo día fue la resaca, y un mozo pidió un Jesús reo que multIPLICARa los canapés y los Martini. "Hay una campaña en mi contra", gritó un tipo al que no conocía nadie. "¿Pero quién no tiene un pasado negro en estos días?" le respondió un habitué de los conocidos spa de Carabanchel, Devoto, Newark y La Santhe de París. Era del 4P: Partido Popular del Pueblo Proletario. Sobre la barra del bar había souvenirs: lapiceras de oro, vajilla de plata y narices de platino. Vi una botella de champán francés y avancé hacia ella con la ciega determinación del Titanic rumbo a su destino. Creí chocar contra el iceberg, pero era el hielo del balde.

Hay gente a quien la vida le sonríe, y hay gente a quien la vida se le caga de risa.

 

XI

Una copA DE CHANDon después el ruido sonaba remoto, como proveniente de detrás del vidrio empañado al que le cantaba Luca. Me senté en la escalera y tuve que echar escalones abajo de detrás de del vidrio empañado al que le escalones abajo a un formador de opinión que impulsaba una colecta a favor de un monumento a Beresford. Sembradores de vientos, alimentadores de chanchos; Beresford, Hereford y Aberdeen Angus, y Whitelocke y Rivadavia eran los suplentes. Yo soy de Marte; página 1414 de mi autobiografía no autorizada. Barrilete cósmico, de qué planeta viniste.

Cometa astronómica, a qué paraíso fiscal te fuiste.

 

XII

Una botella de Chandon después estaban tocando aquella canción que no era mi canción, pero ya no importaba. La chica venusina bailaba desnuda sobre una mesa en la que decía Tease-Strip; se iba vistiendo prenda por prenda y el tipo vestido de arzobispo aplaudía. Ladran, Sancho, ladran chanchos: señal que cabalgamos con una borrachera infernal. Vamos, nena; vamos, venusinita mía, vamos a una habitación a practicar Cine Braille. Soltate con Wellapon soltate.

 

XIII

Los Beresford dos se reían y no recuerdo cuál de los dos le pidió un autógrafo al otro. conocidos spa de Carabanchel acepto efectivo, cheques y tarjetas de crédito, subfálico en el séptimo día fue la resaca, y un mozo pidió se confesaba ante un tipo arrodillado y copA DE CHANDon después el ruido camisa rojo bermellón con botones nacarados, medias de seda color durazno

 

XIV

RELACIONES IMPROPIAS. Terapia de vidas futuras. La caridad del Universo ES FALSA. LA TEMPESTAD DERRIBARÁ nidos. Dios nos cortó la luz y el Diablo nos sacó el medidor. Al pan vino y al vino pan: che Dios, decime vos, vos que sabés lo que es reinar y no necesitar existir. Caballo de Hermes. Riñones al mejor postor. Cada loco con su tema. REVOLUCIÓN PRODUCTIVA. OPORTUNIDAD: BUZONES EN LEASING. Come on, baby, light my fire. Delincuentes periodísticos, John Benson. Indifrúndeli yéguele.

 

XV

Y entonces se produjo la hecatombe. Todo comenzó a temblar, y parecía que las paredes se venían abajo, y mi amor de Venus y yo corrimos y el del 4P gritó "que la realidad no empañe esta fiesta" y la banda siguió tocando sobre el hielo del Titanic esa canción que no es mi canción y que era el Blues del Palacio de Invierno y corrimos entre la gente que bailaba a través de las colinas y alcanzamos a subirnos en el Arca de Noé donde el chancho picaba el boleto

(Continúa)

(1) El lector puede saltear la lectura de este capítulo, a los efectos de un mayor disfrute de la obra.

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