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Cine Braille

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Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia

CHARLY GARCÍA Y BRASIL: UM VAMPIRO SOB O SOL

Como habíamos prometido o algo así en el ya remoto 2019 pero en el medio pasaron cosas, acercamos al eventual y acaso inexistente lector una nota acerca de la relación de Charly García con Brasil. Influencias musicales, actuaciones y grabaciones en el país vecino, amores y amistades los esperan en las próximas líneas, más las digresiones de costumbre. Si gustan, es su casa. .

 

"Mi amada está / lejos de acá / en un país hipernatural". Hipercandombe, La Máquina de Hacer Pájaros, 1977

 

En el comienzo, fue la visita de una compañía brasileña de ballet al Buenos Aires de la dictadura de Videla, Massera y Martínez de Hoz. El grupo Corpo, de una familia mineira de ¡seis! hermanos, los Pederneira, presentaba un espectáculo sobre música de Milton Nascimento y coreografía de Oscar Araiz, María María, en el Teatro Astral, del 6 al 18 de setiembre de 1977. La escenógrafa Renata Schussheim conocía a la familia, conocía a Charly García de trabajar con él para la presentación en el Luna Park de la ya casi disuelta banda La Máquina de Hacer Pájaros, e invitó a su amigo a sumarse a una cena de la agrupación (1). A Charly lo sentó enfrente de la menor de los hermanos Pederneira, Marisa, una adolescente de 17 años a la que llamaban Zoca. Charly estaba recién separado de María Rosa Yorio, Zoca se había peleado ese día con un novio uruguayo que integraba la compañía, y el amor hizo el resto. ¿Estaba muy enamorado Charly? A los pocos días estaba pensando en irse de esa Argentina insoportable a... Brasil.
No era sólo el metejón, o la necesidad de huir de la sombra de muerte y silencio que extendía la dictadura, o las ganas de escaparse de los arduos últimos meses de La Máquina de Hacer Pájaros. ¿Qué tenia de bueno Brasil en aquellos años, en los que al fin y al cabo también estaba gobernado por generales? Por empezar, la dictadura brasileña podía actuar de modo brutal con sus opositores políticos, en especial los que tomaban las armas, pero no gastaba demasiadas energías en imponer la moralina que, salvo algunos breves respiros, había hecho insoportable la vida argentina desde fines de los años sesenta. La censura había sido férrea, pero desde mitad de la década venía aflojando su presión sobre la vida cultural, y la policía no perseguía la venta y el consumo de drogas o el ejercicio de una sexualidad sin culpas mientras no se generara demasiado alboroto. Ese Brasil parecía a los aterrados argentinos de entonces un país libre, hipernatural, un pais que deslumbró y cambió para siempre a, por ejemplo, Federico Moura. Lean esto que escribe Claudio Kleiman para El Expreso Imaginario en noviembre de 1982, para el genial artículo acerca de Charly que se cita en el apartado de lecturas recomendadas (las cursivas son mías):
"La cita era para almorzar en su casa. Barrio Norte, bello día soleado en esta primavera indecisa... pero aún pesa la resaca de anoche... los ojos se niegan a terminar de abrirse... Coronel Díaz se te confunde con alguna calle de Río, sin la presión y las bocinas del centro... chicos en ropa de gimnasia van a comprar cerveza... esto es otro clima... liberado. Gente que ha viajado y conoce... todo es más leve, con menos prejuicios... gente como uno". Consultado acerca de si se venía un cambio o destape en la Argentina, a partir de que ya se intuía el regreso a la democracia, Charly responde "sí, por lo menos nosotros estamos practicándolo. Yo desde que voy tanto a Brasil, cambié". Kleiman insisite: "¿Te parece que estás trasladando un poco del estilo de vida brasilero?" Charly subraya que "Brasil tiene una onda mucho más relajada". ¿Se entiende en este contexto el grito, más deseo o proyecto que realidad pero todavía más relevante entonces, de que "la alegría no es sólo brasilera"?
Además, estaba la música. La calidad, la potencia, el impacto cultural mundial de la música brasileña de mitad de los setenta tenía a los artistas e intelectuales argentinos oscilando entre el deslumbramiento y la envidia. "¿Por qué ellos y no nosotros?" es el subtexto de los ya (¿tristemente?) célebres debates que organizaron Sibila Camps y Miguel Grinberg para el diario La Opinión a fines de precisamente 1977, y que contaron con Charly y David Lebón, a días de irse precisamente a Brasil, defendiéndose de los ataques de tangueros y folkloristas por hacer una música que no era, no se rían, "nacional". La bossa nova había conquisado al mundo desde fines de los años cincuenta, y artistas jóvenes como Caetano Veloso, Chico Buarque, Gilberto Gil, Os Mutantes o Milton Nascimento merecían la reverencia hasta de las grandes estrellas mundiales del rock. (Por si fuera poco, la economía brasileña pasaba por una fase expansiva colosal, que contrastaba con nuestras crisis recurrentes ¡y encima ellos habían tenido a Pelé y ganado todos los campeonatos mundiales de fútbol! ¡Y Emerson Fittipaldi ya había sido campeón del mundo de Fórmula Uno dos veces, y Lole Reutemann nunca! Más que envidia, ya era complejo de inferioridad). Sí, el tango había sido una música de difusión global en el período transparentemente llamado de entreguerras, pero las condiciones del mercado y de la tecnología de entonces eran muy diferentes: qué hubiera sido de Carlos Gardel en un mundo en que existiera la televisión como fenómeno masivo es una pregunta digna de ser formulada, siquiera para los interesados en las ucronías.
[Agregado del 11/08/22: hoy me encontré con una nota de Pipo Lernoud a Charly García en el número 37 de la revista CantaRock, segunda quincena de junio de 1985. Después de ser muy elogioso con la música de Carlos Gardel, Charly afirma: "después del tango de esa época, no hubo nada que saliera de la Argentina. Aquí hay un corte tremendo entre el tango y las nuevas generaciones. En otros lugares de Latinoamérica, la música tradicional y la música joven se alimentan mutuamente. Pero vos lo hablás de tango a un pibe de aquí y vomita. Nosotros tenemos algo de culpa, porque se generó un movimiento muy fuerte, y fuimos al choque contra todo lo que viniera del pasado". El "otros lugares de Latinoamérica" es sin duda una melancólica referencia a Brasil].
Zoca guió a Charly en la exploración de la música de su país, por caso la escucha de los brillantes Clube da Esquina o Minas de Milton (2). Y, luego de conocer y maravillarse con el álbum debut solista de David Lebón, le insistió para que lo sumara a su nuevo proyecto, el sucesor de La Máquina. Charly, que profesaba una admiración ilimitada por David, lo conocía desde la grabación de aquel disco y ya lo había convocado varias veces como guitarrista invitado de Sui Generis, fue por él. (Por más que al principio ni siquiera estaba claro si era un proyecto de grupo o un proyecto de Charly con David de ladero indispensable, un poco como luego fue Pedro Aznar con Clics Modernos). Y el resto es historia.
Serú Girán nació en Buzios en el verano de 1978. ¿Cómo fue ese verano? Escuchen dos temas de la banda, Serú Girán y En la vereda del sol, y casi no necesitan saber nada más. La idea original era irse a Belo Horizonte, donde vivía el clan Pederneiras, pero el mánager de Charly, Oscar López, consiguió una casona con pileta y hasta personal de servicio en la paradisíaca localidad balnearia. Pagó por adelantado con la plata recaudada en el Festival del Amor de noviembre de 1977 en el Luna Park, las malas lenguas dicen que gracias a que de ese festival no cobró nadie (!). Pasaron las semanas, y se iban componiendo uno tras otro los maravillosos temas que todos conocemos. Pero el dinero se agotó, Oscar López se subió a una moto flamante comprada al llegar a Brasil y se fue (sic) y los anclaos en Buzios (3) no sólo se quedaron sin servidumbre y sin LSD, merca, porros, gin tonics y caipirinhas (4) sino casi sin comida: arroz con mejillones de la playa Ferradurinha todos los días, salvo el ocasional pescado. A fines de abril Charly se volvió a Buenos Aires a buscar algo de dinero y a conseguir un bajista y un baterista, porque la idea original de que el dúo García - Lebón grabara con sesionistas brasileños ya había sido descartada. El uruguayo Gonzalo Farruggia, el batero de Crucis, se estaba por ir a Estados Unidos y no quiso sumarse, así que Charly fue a lo seguro y convocó a Oscar Moro, su compañero de La Máquina de Hacer Pájaros. El bajista de La Máquina, José Luis Fernández, seguía herido por el abrupto final de la banda y no quiso saber nada, pero le recomendó a un bajista que Moro también conocía y alababa cada vez que podía: un jovencísimo Pedro Aznar, entonces integrante de Amalgama, una banda de covers de los Beatles y Stevie Wonder que lideraba Raúl Parentella (¡sí, el maestruli de Susana Giménez!) y también integraban, entre otros, Julia Zenko y ¡Eddie Sierra!
Con Pedro y Moro apalabrados, con un contrato de grabación en Music Hall y un jugoso adelanto conseguidos por Oscar López y con estudio de grabación en San Pablo contratado gracias a los contactos del viejo conocido Billy Bond, residente en la ciudad, Charly se volvió a Buzios. La casona se cambió por una casita en el centro que no tenía ni electricidad, el verano ya era un otoño muy frío, y la consecuencia casi natural fue componer un tema como Noche de perros. En junio David, Charly, Pedro y Moro se juntaron ya en San Pablo, y es fama que tocaron media hora para calentar los dedos, comprobaron que había una química inusualmente feliz, se miraron y todos se dijeron "tenemos un grupo". Mientras los ensayos repetidos consolidaban a Serú Girán, terminaba ya la Copa Mundial de fútbol de 1978, la primera que ganó una selección argentina, y en los estudios paulistas El Dorado grababa una banda argentina contratada por Music Hall: Los Desconocidos de Siempre. Sí, la banda de Nito Mestre, el otro Sui Generis, y que entonces era pareja de... María Rosa Yorio, la ex esposa de Charly y madre de su hijo Miguel. Luego de una conversación que tuvo algún momento fuerte, la relación se reacomodó y la amistad se sostuvo.
Tras Los Desconocidos, le llegó el momento de entrar a estudios a Serú Girán. En 30 horas, y en 16 canales, se grabaron ocho de las canciones que habían sido compuestas o habían tomado forma definitiva en Buzios, más algunos temas que se descartaron pero que la banda después tocaría en vivo, como Loco, no te sobra una moneda, Discoshock o una versión funky y ralentada de la 32 macetas del álbum debut de Lebón, cuyas pistas instrumentales utilizaría el productor Bond para un disco propio que editaría en Brasil al año siguiente. Daniel Goldberg compuso en la casa alquilada por la banda los pasajes orquestales que iban a enriquecer algunas de las canciones, y que se grabaron luego en Los Ángeles. Las fotos del álbum las hizo José Luiz, hermano de Zoca, pero el arte de tapa fue responsabilidad de la agencia Quilombo, que trabajaba con, por ejemplo, Milton Nascimento.
La influencia de la música de nuestro vecino norteño nunca fue más explícita en la de Charly que en Autos, jets, aviones, barcos, grabada con la percusión del grupo Nova Consciência, que explota de color brasileño, con ese bajo de samba de Aznar y esa batucada final. “Quiero hacer una música argentina a la manera de los brasileños”, decía Charly a la revista Rock Superstar en setiembre de 1978. Estaba encantado con la Música Popular Brasileña o MPB, y en especial con Milton, y pensaba en ser parte de un movimiento análogo en la Argentina, con artistas como León Gieco o, por qué no, Astor Piazzolla, el tanguero más cercano al rock argentino, al menos en aquellos años. Un movimiento que, como la MPB, no tuviera complejos en reconocerse heredero de sus raíces culturales y a la vez sonar cosmopolita y modernísimo, una clara respuesta a las bizantinas y gratuitas discusiones de las que la mencionada nota de La Opinión es sólo el emergente más conocido.
Por todos son conocidos los traumáticos primeros meses de Serú Girán, que no se pudo consolidar hasta entrado 1979: Charly incluso pensó irse definitivamente a Brasil. Parte de la explicación tal vez sea esto que dice Jorge Nasser, que en esos meses trabajaba para la revista Periscopio, que fue muy dura con la banda y con Charly en particular: “estábamos desesperados y por el otro lado estábamos muy deslumbrados con lo que estaba pasando con Milton Nascimiento, el Club de la Esquina, lo veíamos desde un contexto más latinoamericano, estaba Gismonti, vino Caetano, hubo una invasión brasilera muy fuerte. Y como Charly venía de Brasil, no sé, capaz que nosotros esperábamos la revolución…” Como vemos, Brasil era una referencia casi obligatoria para la cultura argentina en esos difíciles años setenta.
En 1979 Zoca se vino a vivir con Charly a Buenos Aires. La próxima escala en este viaje musical garciesco por Brasil es el Río Jazz Monterey Festival, que vio a Serú Girán presentarse dos veces el 17 de agosto de 1980. El festival era una reunión de grandes nombres del jazz rock de la época, como Al Jarreau, Stanley Clarke, George Duke, Pat Metheny, John McLoughlin o Weather Report, más grandes artistas brasileños como Hermeto Pascoal o Egberto Gismonti, y varios siguieron camino a Buenos Aires para el Festival BUE 80 en el Luna Park, que organizaba el nuevo mánager de Serú Girán, Daniel Grinbank, aprovechando el evento brasileño. La presencia de Serú Girán en Río de Janeiro es consecuencia de los contactos hechos entonces.
El grupo actuó ese caluroso 17 a las 14 horas, en un escenario paralelo, con sonido pésimo y ante poca gente, básicamente argentinos. No impresionó mucho al cronista del Jornal do Brasil, como se puede leer aquí, pero sí a los organizadores, que le hicieron un espacio en el escenario principal y en mejor horario, a las 20, ya ante 10 mil personas. El saldo fue muy positivo: le dio a la banda una referencia de su real valor, impulsó el proyecto de llevar al grupo a presentarse en Europa, Estados Unidos y el resto de América Latina, y sirvió para que algunos de sus integrantes establecieran contacto con músicos anglosajones. Pedro Aznar le entregó a Pat Metheny una grabación de sus composiciones, que fue crucial para que un par de años después se uniera a su banda, y conoció a su admirado Jaco Pastorius, que no perdió la oportunidad de divertirse un rato a costa de un músico que había moldeado su estilo a partir del suyo. Charly, por su parte, interesó vivamente a Pastorius, pero menos por su genio musical que por... Zoca: el yanqui estaba enloquecido de deseo por la mineira, y cuando escribo "deseo" es eso que efectivamente se imaginan. Charly también cuenta una historia acerca de dos larguísimas líneas de cocaína que Jaco había armado para llevar a la pareja en dirección a su habitación, pero aquí uno sospecha una enésima intervención del artista García en el relato de su vida. (Como la anécdota acerca de Borges, un demorado ascensor neoyorquino e ir por la escalera "que ya está completamente inventada", que Charly debe haber leído en algún artículo de la revista Viva acerca del escritor, historia a la que decidió sumarle su presencia y trasladarla de la Biblioteca Nacional a un edificio de La Gran Manzana).
Cuenta también Héctor Starc, entonces el sonidista de la banda, que de una escena que Charly y él presenciaron en las playas cariocas proviene la historia de Cinema Verité, que se compuso esa misma noche en el Hotel Intercontinental.
El 8 de mayo de 1981 se presentó Gilberto Gil en el Estadio Obras, con producción de Daniel Grinbank, y como gancho adicional para el público se difundió la presencia de Charly. En realidad fue un set solista en medio de la presentación de Gilberto, interpretando junto a Pedro Aznar en sintetizadores los temas No te dejes desanimar, Rasguña las piedras, Cinema Verité y Desarma y sangra. Ya con el artista brasileño y su banda estrenó, en una versión muy linda y muy dinámica, En la vereda del sol, ante una Joan Baez a la que el tema incitó a bailar.
A fines de 1981 Serú Girán cerró un gran año con unas impresionantes actuaciones en el Teatro Coliseo, una de las cuales quedó registrada en el disco en vivo Yo no quiero volverme tan loco que recién se editara en 2000. Ya Pedro Aznar había anunciado que dejaba la banda para irse a estudiar a Berklee, y entonces Charly viajó otra vez a Brasil en enero de 1982, a descansar y a empezar a pensar los pasos siguientes. La idea original era la acostumbrada gira estival por los balnearios bonaerenses, despedir a Pedro con un par de recitales en Obras, grabar la música de la película Pubis angelical y volver con la banda en setiembre, tal vez como trío con un par de músicos invitados para los espectáculos en vivo, como un bajista y un tecladista que también cantara, tal vez con presentaciones en un estadio de fútbol, tal vez ya pensando en la tan planeada como demorada proyección internacional de Serú Girán. Huelga decir que nada de eso ocurrió. En todo caso, quien se ocupó de llevar su música a estadios argentinos y al resto de América y a España fue... el propio García, pero como solista.
Charly ya planeaba entrar al mercado brasileño en 1982: había grabado una versión de Yo no quiero volverme tan loco con parte de la letra en portugués ("eu não quero ficar tão louco"): el video con el que comienza este informe. Pregunta Kleiman en la nota ya mencionada del Expreso: "¿Qué pasó con las voces que ibas a grabar en Brasil con gente como Caetano y Chico?", revelando un plan para Yendo de la cama al living que, para variar, tampoco se pudo llevar adelante. Responde Charly: "tuve esa idea, me pareció bárbaro y la quería hacer enseguida, pero allí me encontré con un par de demoras y la cosa se hacía muy larga. Igual el disco está bien como quedó, tal vez sea para la próxima. Sigue siendo algo que me gustaría hacer". A los pocos meses la oportunidad se le brindó, como suele suceder, de una manera distinta a la soñada: en marzo de 1983 Mercedes Sosa lo convocó para grabar y producirle en San Pablo una versión de Inconsciente colectivo, que además contaba con la participación vocal del admirado Milton Nascimento. Apenas Charly se había instalado en la ciudad con Zoca, llegó la noticia de la muerte de Carlos Jaime García Lange, su padre. Tuvo que regresar a Argentina, y la canción se grabó a su vuelta, una semana después. La relación de Milton y Charly no había sido fácil, pero esa semana le dio tiempo al brasileño a conocer la obra de su colega y al regreso la grabación fluyó perfectamente. La toma vocal de Milton es muy particular, y realmente genial.
Tras producir en rápida sucesión los discos debut de Andrés Calamaro y de GIT y tocar en Ibiza, Charly volvió a Brasil para pasar unos veinte días de descanso en Belo Horizonte, en la casa de la familia Pederneiras, en agosto de 1984. Entre escapadas a la maravillosa ciudad colonial de Ouro Preto, Charly compuso casi todas las canciones de lo que luego sería Piano Bar, salvo Total interferencia y Cerca de la revolución, que ya estaban escritas, y No se va a llamar mi amor, que se compuso el día en que se grabó (5) .
La siguiente postal nos muestra el Teatro da Ospa de Porto Alegre. Es el viernes 20 de junio de 1986, y se viene el fin de semana de los encuentros de cuartos de final de la Copa del Mundo de México, que acabarían con Brasil eliminado por Francia por remates desde el punto del penal y Argentina clasificada tras derrotar 2-1 a Inglaterra en un encuentro inolvidable. Es Charly García intentando por fin hacer pie con su música en Brasil, algo que nunca sucedió, tal vez porque a los varios intentos les faltó escala y persistencia. La banda de Charly es la tan fugaz como brillante Las Ligas, la que contaba con tres jóvenes músicos de la banda Fricción, el guitarrista Richard Coleman, el bajista Christian Basso y el baterista Fernando Samalea, más el saxofonista Daniel Melingo y más Fito Páez, que remplazó por esta actuación al tecladista oficial, Calamaro. La banda abre el show tocando una primera versión de lo que luego sería el tema central del filme Lo que vendrá, al que enganchan con una rara elección para una apertura, Inconsciente colectivo, tal vez pensando que era conocido en Brasil por la grabación de Mercedes Sosa y Milton Nascimento, y que cierra con un solo de sintetizador DX7 con sonido de bandoneón a cargo de Fito. Otra nota llamativa de este excelente recital es la recuperación de Rasguña las piedras para el repertorio de una presentación de Charly.
En diciembre de ese año Charly estaba con Zoca en Río, descansando y aprovechando para escribir canciones tranquilo: de esos días proviene Ella adivinó, compuesta con un órgano Casio de juguete que había comprado en el aeropuerto. Por segunda vez, una dura pérdida familiar golpeó a Charly estando en tierras brasileñas: esta vez fue la muerte de su hermano Enrique, en un accidente de tránsito.
Para marzo de 1987 Charly estaba de vuelta en Río de Janeiro, junto al ingeniero de grabación Mario Breuer, para trabajar en los estudios Sigla con vistas a la placa que terminaría llamándose Parte de la religión. El percusionista Chacal fue invitado a participar en Buscando un símbolo de paz, Suicida y Rap de las hormigas. Paula Toller, la cantante de Kid Abelha, sumó su voz a Buscando un símbolo de paz. Y Os Paralamas do Sucesso comenzaban a convertirse en parte de la historia del rock argentino al ser convocados a tocar Rap de las hormigas. Charly retribuyó el gesto tocando teclados en Qase um segundo, tema de Bora Bora, que sería editado en febrero de 1988.
Charly volvió a Río para quedarse unas cuantas semanas, entre setiembre y octubre. Venía del escándalo de la presentación del 8 de agosto en Mendoza, de filmar a las apuradas su participación en la película Lo que vendrá y de grabar en ION parte de la música del filme, que redondearía en los cariocas estudios Synth con la colaboración del bajista gaúcho de jazz fusión André Gomes. Estaba tan golpeado por los difíciles momentos pasados en Mendoza que volvió a fantasear con quedarse a vivir en Brasil. Para Charly, ese país ya era su refugio en tiempos de tempestad en Argentina, su verdadero país de la libertad.
De a poco se fueron sumando Zoca y los integrantes de la banda, como Samalea, el Zorrito Quintiero, el Negro Carlos García López, Fernando Lupano, todos en un apart-hotel de Leblon. Vio tocar al pianista francés Michel Petrucciani en un festival de jazz, y con el Zorrito y el recordado Tom Lupo presenciaron la actuación de Public Image Limited en el Canecao y se encontraron a John Lydon, el Artista Antes Conocido Como Johnny Rotten, caminando por la playa, y se sacaron una foto con él que salió en el de Clarín. Por fin, volvió a los escenarios presentándose el 24 y el 25 octubre en el Morro da Urca de Río y el 27 y 28 en Porto Alegre, con la novedad de Gaby Aisenson y Andrea Álvarez de Toledo en coros. La productora de estos shows en Brasil, enésima prueba del interés de García por hacerse un lugar allí, era Ivone de Virgiliis, la mánager de los Paralamas.
Herbert Vianna de los Paralamas grabó en ION en octubre de 1988 su participación vocal en Zocacola, tema que estaba a medio componer casi desde el inicio de la década. Las idas y vueltas de la pareja de Charly y Zoca comenzaron a consistir en idas cada vez más largas y vueltas cada vez más espaciadas, y tal vez es por eso que la relación de Charly con Brasil comienza a reducirse a alguna actuación esporádica y a la mediación de los que entonces ya eran sus amigos, como Herbert. El 9 de agosto de 1989 Charly se presentó por primera vez en Brasilia, en el marco del II Festival Iberoamericano de Arte y Cultura, en el que también participaron Mercedes Sosa y Fito Páez, y a los pocos días hizo su debut en una ciudad a la que entonces sólo había ido a grabar: San Pablo, en Disco Dama Xoc.
Damos un salto a 1994: en abril Paralamas graba El vampiro bajo el sol, con música y participación en teclados de Fito y un solo de guitarra de Brian May. Herbert nunca ocultó que escribió la letra pensando en Charly: juzguen ustedes mismos. En diciembre, Río volvió a ser el refugio de Charly tras unos días difíciles, en este caso los de una nueva internación. Aquella que motivó esta inolvidable respuesta a Susana Giménez cuando la diva de la TV le preguntó qué fue lo primero que hizo después de salir de la clínica: "no te lo puedo decir porque por eso me internaron". En una entrevista concedida a la revista Noticias, anunció que la próxima etapa en su obra sería la banda Cassandra Lange, que tocó todo el verano de 1995 y poco más. Se hizo una escapada a Brasil a fines de febrero para tocar el piano en Saber amar de, sí, Paralamas, una pista extra de Vamo Batê Lata, donde participa también el saxofonista Ernie Watts, y Mauricio Barros toca órgano Hammond.
En la crónica de los años salvajes de quien ya estaba a punto de convertirse en el artista Say No More tiene un lugar especial el Festival Río Cult del 15 de diciembre de 1995. Charly había armado su banda con el Negro García López en guitarras, Celeste Carballo en coros, Juan Bellia en teclados, Rinaldo Rafanelli en bajo, Fernando Samalea en batería y Érica y Ulises Lo Salvo en la sección de cuerdas. Viajó a Río el día de su presentación, pero su consumo de whisky del free shop generó problemas con los quisquillosos agentes de Migraciones, que no tuvieron mejor idea que burlarse de él en portugués coloquial, ignorando que Charly lo entendía perfectamente. La discusión escaló, y terminó con el músico obligado a pasar la noche en el hotel del aeropuerto, para ser deportado en el primer vuelo del día siguiente a Ezeiza. En lo que sería casi una escena de This is Spinal Tap si no hubiera sido dramática para quienes la vivieron, la banda quedó precisamente en banda, sin que nadie se quisiera hacer cargo de sus gastos y sin dinero. ¡No los dejaban salir del hotel! Tuvo que intervenir Ivone de Virgiliis, que se hizo cargo hasta de los gastos menores.
Las próximas actuaciones en Brasil fueron en Río Grande do Sul. El 9 de febrero de 1996 tocó en el Festival Planeta Atlántida, en el balneario Xangri-Lá, en una fecha que incluía también a los ominipresentes Paralamas y a Mamonas Assassinas. La banda de apoyo estuvo formada por Juan Bellia en teclados, Rinaldo Rafanelli en bajo, María Gabriela Epumer en guitarras y voces y Fernando Samalea en batería. Fue un verdadero viaje relámpago, porque el 10 Charly tenía una actuación contratada en ¡Neuquén!
Nuestro recorrido sigue el 12 de junio de 1997 en la Discoteca Opinião de Porto Alegre. Fue el debut de la banda que lo acompañó hasta casi las grabaciones de Influencia, poco más de cuatro años: María Gabriela Epumer en guitarras, Érica y Ulises Lo Salvo en la sección de cuerdas, Mariela Chintalo en saxo y voz, Diego Murray Dubarry en teclados y ocasionalmente bajo, y los bateristas Mario Serra y Gabriel Said. Participaron como invitados Juanse y Herbert Vianna en Rap de las hormigas, y el recital es destacable por un sorprendente intermedio barroco del tema de apertura, No toquen, y por recuperar una canción sensacional raramente visitada por García en vivo, Siempre puedes olvidar.
En 1998 Paralamas le grabó una muy buena versión de Viernes 3 AM en portugués, para su disco Hey Na Na. En el siglo XXI la relación de Charly con Brasil se debilita aún más: como ya lo hicimos notar, la sostienen los Paralamas. El 4 de mayo de 2000 toca con sus amigos brasileños en su presentación en La Trastienda, en los temas Rap de las hormigas y Heroin de Sumo, en una actuación en la que participó también Ricardo Mollo. El 25 de enero de 2003 se presentó en el ATL Hall de Río de Janeiro, bancando a Paralamas pero, en especial, a Herbert Vianna, tras el accidente aéreo que lo dejó en silla de ruedas. Charly se invitó solo, luego de que en un programa de Radio Continental lo cruzaran al aire con Herbert. Tocaron Qase um segundo y Rap de las hormigas. Hasta escribió o más probablemente dictó una nota para La Nación que se puede leer acá. El 11 de mayo de ese año, en el Gran Rex, Paralamas retribuyó la visita, y otra vez estuvo Charly presente. Esta vez le tocaba a él y a Argentina servir de refugio en el mundo, por un rato, a su amigo brasileño.
La última visita que tengo registro es la de noviembre de 2011 a Buzios, en compañía de su novia Mecha Iñigo, tocando en bares con músicos locales, bebiendo caipirinhas y tomando sol. Lo que le dijo entonces a un notero local tal vez cuente como un resumen de sus ideas acerca de la vida artística en el país vecino: "adoro la música brasileña, el ritmo del samba y la introspección de la bossa nova, que me recuerda al tango, sus letras profundas, de cómo habla de las miserias humanas. De lo moderno, solo Paralamas".
[Agregado del 13/05/23: en 2013, un seleccionado de músicos brasileños formó la banda Panamericana, que planeaba interpretar clásicos del rock de Argentina y Uruguay en portugués, como Barro tal vez de Luis Alberto Spinetta, En la ciudad de la furia de Soda Stereo, Mariposa tecknicolor de Fito Páez, Capitán América de Las Pelotas o Pasajera en trance de Charly. El supergrupo que integraron Dé Palmeira (ex Barão Vermelho), Dado Vila-Lobos (ex Legião Urbana), Charles Gavin (ex Titãs) y Toni Platão (ex Hojerizah) realizó algunas actuaciones en vivo y grabó en 2014 el álbum Sur. Una interpretación de Pasajera en trance se puede ver y escuchar aquí].

 

NOTAS
(1) Renata colaboraría más tarde con otras recordadísimas puestas en escena de presentaciones de Charly y sus bandas, como la del álbum Bicicleta de Serú Girán en el Estadio Obras en 1980, la de Yendo de la cama al living en el Estadio de Ferro Carril Oeste en 1982, la de Piano Bar en el Luna Park en 1985, y la del espectáculo Líneas Paralelas en el Teatro Colón en 2013, además del vestuario de la presentación en el Estadio de Ferro Carril Oeste en 1991 y el arte de tapa de discos como Música del alma y Bicicleta.
(2) En la performance televisiva que Jorge Lanata trató a duras penas de conducir en mayo de 2000, Charly dice “mi arma es lo que la memoria guarda", un verso de Saudade dos aviões da Panair del álbum Minas de Milton Nascimiento (“que a arma é o que a memória guarda”). La coda de Suicida, tema grabado en Río de Janeiro en 1987 para Parte de la religión pero editado recién en el disco siguiente, Cómo conseguir chicas, de 1989, es una cita de Fé cega, faca amolada, también de Minas. Y, durante muchos años, una de las decoraciones de la sala del departamento de Charly era un póster con la tapa de Clube da Esquina.
(3) La pequeña, sí, comunidad, estaba integrada por Charly, David, la pareja de David María Peselj o La Sueca, los pequeños hijos de David y María, y un par de amigos, Daniel Morano y Adrián Lacana. Zoca solía viajar cada tanto desde Belo Horizonte. Y más tarde llegaron un adolescente Pedro y Moro, su esposa Regina y el bebé Juanito.
(4) Oscar López dice que tal vez fue él quien introdujo a sus compañeros a la cocaína, que era una droga que en el ambiente del rock parecía hábito de viejos tangueros, que la consumían para recuperarse luego de haber bebido demasiado whisky. Paul McCartney recuerda haberla comenzado a consumir con una idea similar: para despabilarse después de haber fumado marihuana. López la conocía desde sus días como empleado del boliche tanguero Caño 14.
(5) [Agregado del 04/08/22] Escuchando Tigresa, hermosa canción de Caetano Veloso de 1977 que no es imposible que Charly conociera, me sorprendí con algunas de sus frases. La mujer sobre la que canta el narrador fue parte del elenco de la ópera rock Hair y le "conta, sem certeza, tudo o que viveu, / que gostava de política em 1966 / e hoje dança no Frenetic Dancing Days". A mí me hace acordar al arco narrativo de Demoliendo hoteles, pero aún más al de Rap del exilio, con su protagonista que seguía a Perón, "tenía tres libros y una foto del Che", se tuvo que exiliar en Madrid y Nueva York y ahora "tengo mil años y muy poco que hacer" y se arenga... a ir a bailar. Y además, la Tigresa se propone "que tudo vai mudar / porque ela vai ser o que quis, inventando um lugar / onde a gente e a natureza feliz vivam sempre em comunhão / e a tigresa possa mais do que o leão", que a mí me recuerda poderosamente la idea del Piano Bar. No sé, a lo mejor es pura proyección, Test de Rorschach, pero ustedes dirán.
Dicho sea de paso, la Tigresa es un personaje ficticio, pero Zezé Motta y Sônia Braga no serían inocentes de la imputación de haber inspirado a Caetano, siquiera en parte. Al respecto pueden consultar esta página.
 
LECTURAS RECOMENDADAS
Un día en la vida de: El coqueto aerodinámico rrokamrol color caramelo de Rom. Claudio Kleiman. El Expreso Imaginario No. 76, noviembre de 1982. Recuperado en el sitio Mágicas Ruinas.
No digas nada: una vida de Charly García. Sergio Marchi. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1a. edición 1997.
I´m Zorry. The Gourmet Rock Tour. Fabián Von Quintiero. Editorial Planeta. Buenos Aires, 2014.
Esta noche toca Charly. Un viaje por los recitales de Charly García (1956-1993). Roque Di Pietro. Gourmet Musical Ediciones. Buenos Aires, 2017.
Entre lujurias y represión. Serú Girán: la banda que lo cambió todo. Mariano Del Mazo. Editorial Sudamericana, Buenos Aires 2019.
Esta noche toca Charly. Un viaje por los recitales de Charly García. Tomo II: Say No More (1994-2008). Roque Di Pietro. Gourmet Musical Ediciones. Buenos Aires, 2021.
Felicidad garantizada. Mariano Del Mazo. La Agenda, diciembre de 2021.
 
ALGUNAS OTRAS NOTAS ACERCA DE CHARLY GARCÍA EN ESTE SITIO
García en el Polideportivo. Charly García en el Estadio Polideportivo de Mar del Plata, octubre de 2002.
Extraña influencia. Charly García y Fito Páez en el Estadio Polideportivo de Mar del Plata, marzo de 2003.
La grasa de las capitales no se banca más. Nota acerca del disco de Serú Girán, mayo de 2005.
Kill Gil, en su versión filtrada por Internet, mayo de 2007.
Cinco trucos armónicos de Charly García.
Vindicación de La Hija de la Lágrima.
La dictadura de 1976-83 contada con canciones de Charly García
Charly García y La Máquina de Ser Feliz.
Diccionario de influencias en la música de Charly García, de la A a la Z. Nota de junio de 2017.
Tango (2 x) 4. Acerca del disco Tango IV de Charly García y Pedro Aznar.
Yo ya soy parte del mar. Artículo de mayo de 2018 acerca de la célebre batall... nota de La Opinión de 1977 que enfrentó a Charly y David Lebón con tradicionalistas como Osvaldo Pugliese, Edmundo Rivero y Ariel Ramírez.
Charly García entre las focas y el Casino en La Feliz. Nota de marzo de 2019 acerca de la relación de Charly con Mar del Plata.
Pizza con fernet: Charly García en Córdoba. Nota de abril de 2019 acerca de Charly García y su a veces muy áspera relación con Córdoba.
* No soy un extraño: Charly García y Nueva York. Artículo de mayo de 2019 acerca de la Gran Manzana en la vida de Charly.
* Spinetta y García: total interferencia. Nota de mayo de 2023 sobre la relación entre ambos próceres del rock latinoamericano.
* Cuando Say No More le cantó a Sui Generis. Nota de setiembre de 2023 acerca del retorno del dúo en 2000, para su obra Sinfonías para adolescentes.