XXII COPA DEL MUNDO FIFA QATAR 2022: LA HORA DE LA DECEPCIÓN
Con ustedes, los comentarios del equipo de CINE BRAILLE acerca de la primera Copa Mundial celebrada en el patio de un shopping levantado en medio del desierto: James Ballard se hubiera divertido muchísimo. Treinta y un ilusiones destinadas a derrumbarse cruelmente y un solo ganador. La vida misma.
DÍA +2 / MARTES 20 DE DICIEMBRE - EN EL AVIÓN DE REGRESO
* En el Airbus de Aerolíneas Argentinas en el que los enviados de este portal volvíamos al país desde Qatar nos encontramos con un eufórico Adrián Suar. Charlamos acerca del tremendo potencial ficcional del campeonato que acabábamos de vivir, y nos lamentamos acerca de la gente que se queda afuera de estas conmociones universales porque no les gusta el fútbol. Suar nos dijo que ese distanciamiento también era una buena idea para una ficción audiovisual. "Imaginate una versión de Goodbye Lenin con Capusotto en el papel de un Juan José Sebreli al que los familiares lo engañan diciéndole que Argentina fue eliminada en primera ronda, tras perder con Arabia Saudita, y hacen todo lo posible para que no salga a la calle y vea esa marea humana en plena celebración". Lo dejamos en franca charla con un emir de la familia real Al Thani, miembro de la legación diplomática catarí en Buenos Aires, a quien intentaba convencerlo de que financiara el proyecto.
* A uno de nuestros cronistas le tocó compartir fila de butacas con los empresarios León Stofenmacher y Máximo Cozzetti, según nos dijeron propietarios de una firma contratada por la Asociación del Fútbol Argentino para la gestión de sus requerimientos logísticos. En la charla surgió la preocupación por el futuro de Lionel Messi en el fútbol francés, después de haber derrotado a su representación en la emotiva final. "Esperemos que los cada vez mayores paralelos entre las carreras de Messi y Diego Maradona no se extiendan a su destino después de dinamitar los sueños de la nación que lo hospeda", dijo Stofenmacher mientras saboreaba su té Earl Grey. "Además en la cara del Presidente Macron, que estaba en el palco", agregó Cozzetti, "y amargarle la vida de esta manera a un compañero de equipo que, cada vez más, digita todo lo que pasa en el Paris Saint Germain". "Si Lionel necesita nuestras ayuda, sólo tiene que solicitar nuestra información de contacto al Cheque Tapia", respondió Stofenmacher, enigmático.
* Conversaban animadamente Natalia Oreiro y Víctor Hugo Morales acerca del campeonato de la selección oriental, y el pésimo arbitraje del iraní Faghani en un partido contra Portugal que resultó decisivo para su eliminación. "Hay que revisar si este Faghani no es visitante frecuente a Lago Escondido, el requisito de ingreso de que sus fallos sean un insulto a la Justicia lo cumple con creces", decía Víctor Hugo. "Pasaron el fiscal Molina Pico y el gobernador Gerardo Morales y dijeron que fue un escándalo", agregó Natalia, mientras acariciaba una bolsa de freeshop con, según nos dijera, un perfume y un pedal de guitarras para su esposo Ricardo Mollo.
* Una de nuestras enviadas coincidió con Jorge Rial mientras buscaba sus valijas en la cinta transportadora de equipaje del aeropuerto de Ezeiza. Conversando acerca de cuál sería la repercusión televisiva de una derrota ante Francia, Rial anticipó una mesa de Mirtha Legrand muy entretenida. "La producción encabezada por el nieto hubiera contactado enseguida a Macri, Lib*rman, Sauron, Codesal, Götze, Darth Vader, Voldemort y Sampaoli. La pulseada entre la mala fe y la deshonestidad intelectual por el alma de ese muchacho está tan pareja que debería desempatar la espada del Rey Salomón, cortándola en partes iguales".
DÍA +1 / LUNES 19 DE DICIEMBRE
Yo sé que ahora vendrán notas que nos adoctrinarán con que el destino nacional reside en seguir, o en no seguir, el ejemplo del gambetear de Messi, el raspar del Cuti o las psicopateadas de Dibu. Vayamos acondicionando el penal de Ushuaia para esas personas. (No termino de escribir estas líneas y ya apareció uno de esos infaltables pelotudos subidos a la cumbre de una superioridad moral que sólo ellos perciben). Vayamos despidiendo también con la Copa al más grande relator de fútbol de todos los tiempos, Víctor Hugo Morales, que dio su adiós con el triunfo argentino. Gracias por todo, artista del relato, menos por haberle creado la fantasía a demasiados pelotudos de que podían inmortalizar su nombre si éste quedaba asociado a algún gol histórico, preferentemente con un relato lo más florido posible: sólo vos y unos muy poquitos más podían hacer eso bien. Vayamos también reconociendo que la Copa Mundial 2022 la ganó... el Emir de Qatar, que se salió con la suya. ¿Quién se va a acordar ahora de que en el emirato no hay libertad de expresión ni de asociación gremial, no se respetan los derechos humanos, la vida de un trabajador migrante es barata, brutal y corta?
Llega la hora de coronar a los elegidos, de elegir al equipo del campeonato, que por razones obvias estará constituido principalmente por los jugadores de los cuatro semifinalistas, más algunos muy pocos de los seleccionados eliminados en fases previas, que hayan podido destacarse por sobre la defección de sus equipos. No diferiremos aquí con la FIFA en cuanto al mejor futbolista, Lionel Messi, ni al mejor futbolista joven, Enzo Fernández. Tampoco con la elección del arquero, Dibu Martínez, seguramente el más influyente de todos, con tres atajadas en dos definiciones por penales y un par de momentos decisivos en los segundos finales de los encuentros de Argentina ante Australia y Francia. ¡Y además es el arquero del campeón, que nunca es poco! Sí quiero destacar especialmente al guardavallas marroquí, Bono, y al polaco, Szczesny, dos arquerazos.
En una defensa de cuatro futbolistas este portal elige al marroquí Hakimi, al argentino Otamendi, al croata Gvardiol y al también argentino Tagliafico. El único de los cuatro que parece indiscutible es Hakimi, porque Otamendi venía cumpliendo una actuación descomunal hasta los últimos veinte minutos de la final, en la que provocó un penal evitable y abrió el camino a una remontada francesa que hasta ese momento parecía imposible, Gvardiol era una fija hasta que la pasó muy mal con Messi en la semifinal ¡y de un modo inolvidable! y Tagliafico brilló en los últimos dos encuentros pero era suplente hasta la semifinal, y además perdió la marca del australiano Kuol en una jugada que podría haber enviado a Argentina al abismo de un suplementario totalmente inesperado. Pero los tres tuvieron momentos muy altos también, y que fueron imprescindibles para que sus selecciones llegaran lejos, y además no hay tantos candidatos a ocupar sus puestos. A Otamendi, que sólo fue primer marcador central menos de un tiempo contra Arabia Saudita y el partido contra México, lo elijo en ese puesto para habilitarle el lugar al joven croata, al que seguramente espera un pase a un equipo muy grande en meses. Elijo además como suplentes a los dos firmísimos marcadores centrales de Brasil, Marquinhos y Thiago Silva, al croata Lovren, al marcador lateral derecho inglés Kyle Walker (de gran actuación contra Francia) y al carrilero izquierdo nerlandés Danny Blind, básicamente porque no se me ocurre otro.
Al llegar al mediocampo se presenta la duda de si plantarse con tres volantes, como Inglaterra, Croacia y a veces Argentina, o hacerlo con dos más retrasados y tres adelantados y más bien delanteros, como Francia o Brasil. Si se trata de pararse con línea de tres volantes, elegimos al enorme croata Luka Modric, al brillante volante central marroquí Amrabat y al franco-oriental (?) Antoine Griezmann; si es con cinco volantes, en la línea más retrasada dejamos al croata y al marroquí. Bien podría haber elegido al mediocampo argentino entero: De Paul fue importantísimo en los dos últimos encuentros de su selección pero en los dos primeros estuvo realmente bajo y fue recuperando el nivel partido a partido, Enzo Fernández se lució especialmente en los pocos minutos en que el ingreso de Paredes le permitía adelantarse del puesto un tanto forzado de volante central a la posición donde más rinde y luce su manejo y su pase, y Alexis MacAllister tiene adelante a Griezmann quien, más allá de que tuvo una final muy floja, fue una de las estrellas de la Copa. De todos modos a Enzo y Alexis los considero como suplentes, junto al marroquí Ounahi, al inglés Bellingham y a dos grandes volantes centrales como el brasileño Casemiro y el francés Tchouameni.
Con una formación de tres delanteros, elijo a Lionel Messi, al centrodelantero inglés Harry Kane y a Kylian Mbappé, y como suplentes al marroquí Ziyech, a Julián Älvarez, al inglesito Bukayo Saka, al portugués Bruno Fernandes, al juvenil alemán Musiala, al francés Giroud y a los brasileños Richarlison y Vinicius. Con una formación a la francesa o brasileña, con tres volantes adelantados y un delantero central, mi elección iría por Messi, Griezmann y Mbappé, y Kane arriba. Con varios pasa lo que con Otamendi o Gvardiol: tuvieron sus altas y bajas, y hay que considerar un compromiso. ¿Entrenador de la Copa? Lionel Scaloni no le pudo encontrar la vuelta al increíble segundo tiempo de los sauditas, tardó tres partidos en reconocer que Enzo Fernández y Julián Álvarez no podían ser suplentes, abusó de la receta de esperar muy atrás al rival cuando Argentina estaba en ventaja, y en la final demoró cambios imprescindibles hasta que la diferencia a favor de dos goles se evaporó. Pero acertó brillantemente los planteos iniciales de nada menos que la semifinal y la final, y además sólo él podría haber armado este grupo maravilloso de jugadores campeones, capaces de darlo literalmente todo por sus compañeros y por su divisa albiceleste: qué injusticia sería no elegirlo.
Elegimos también como mejor gol de la Copa en jugada colectiva al de Ángel Di María a Francia, como mejor gol en lance individual al de Richarlison a Serbia en paridad con el del camerunés Aboubakar al mismo rival, y como mejor gol de media distancia al de tiro libre del mexicano Chávez a Arabia Saudita. ¿Árbitro? Tras una primera ronda en la que el VAR estorbó bastante las determinaciones dell juez principal, al punto que más de una vez pareció dictarle un fallo, a partir de octavos de final se vio una intervención más moderada de la asistencia tecnológica, y eso tal vez mejoró la calidad de los arbitrajes. Los argentinos Tello y Rapallini se destacaron como cualquiera que esté acostumbrado a dirigir en Sarandí con Arsenal peleando por no descender o en una Bombonera ardiendo en un superclásico, pero destacaria al juez elegido para la final, el polaco Marciniak, que lo hizo con gran autoridad y sin mayores errores.
DÍA 29 / DOMINGO 18 DE DICIEMBRE
La mejor final de la historia de los campeonatos mundiales de fútbol comenzó después de una ceremonia de clausura en la que todos los participantes cantaron en el idioma universal, el inglés trucho. What a wonderful world de Louis Armstrong se destacó en una serie de números musicales sin estrellas internacionales reconocibles porque, como ya hemos escrito, les repugna que el tapizado de las butacas de los estadios esté hecho de piel de trabajador migrante. El sin dudas brillante número musical del Superbowl de 2004 es justamente famoso porque a Janet Jackson se le vio un pezón mientras cantaba Rock Your Body junto a Justin Timberlake, no porque las estrellas del pop y el rock de la época se hubieran negado a participar en una celebración en el país que acababa de arrasar, otra vez, Irak, y estaba en curso de destruir lo poco que se podía destruir en Afganistán, una de las naciones más pobres del planeta. Dime a qué villano te le animas y té diré qué tan héroe eres.
No estaba presente nuestro presidente Alberto Fernández, que prefirió no asistir, como Raúl Alfonsín a México en 1986, pero sí estaba el demagogo de Emmanuel Macron, el primer mandatario francés, así como estuvo presente el Emérito Prófugo en Sudáfrica en 2010 o Angela Merkel en Brasil en 2014, que fueron a ver una final Mundial CON LA TUYA, contribuyente francés, español, alemán o la por*nga engreída europea que seas, El País de Madrid y el f*rro de Martín Caparrós y la rep*uta que los p*rió.
La mejor final de la historia de los campeonatos mundiales de fútbol se inició con una clara superioridad argentina, ganando cada balón dividido, enloqueciendo a los marcadores laterales franceses con Messi por derecha y (mérito del cuerpo técnico argentino) sobre todo Di María por izquierda. A los 20 minutos Dembelé se dejó desbordar por Fideo y cometió un penal tonto, indiscutible pero perfectamente evitable con un poco de picardía, que es el aspecto del juego en el que todavía Europa tiene que aprender de Sudamérica. Messi ejecutó la falta brillantemente, Argentina 1-0, y nada hacía suponer que sería su último gol del partido, tanto que a los 36 minutos Messi, Julián Álvarez y MacAllister enhebraron un contragolpe para los libros del futuro y Di María marcó el 2-0, cuarto gol suyo en finales de selecciones nacionales tras el de los Juegos de Beijing, el de la Copa América en el Maracaná y el de la Finalissima en Wembley. ¿Partido definido? Por lo pronto, Deschamps, el entrenador campeón del mundo hasta que acabase esta final, apuró dos cambios en pleno primer tiempo y avisó que no se iba a entregar así nomás. Afuera Giroud y Dembelé, adentro Thuram y Muani. La final se fue al entretiempo sin que se notara mayor diferencia. Aún.
El segundo tiempo de la mejor final de la historia de los campeonatos mundiales de fútbol arrancó igual que el primero, con una abismal superioridad argentina, tanto que a los 3 minutos ya Lloris se tuvo que esforzar para detener un remate de De Paul. A los 13 Lloris le volvió a negar el tercero a Julián Álvarez, y ¡a los 25 minutos recién llegó el primer tiro al arco de Francia! y fue de Mbappé por arriba del t ravesaño, en lo que hasta ahí era muy probablemente el mejor partido de la historia de la selección argentina, que no es poco decir. Deschamps sacó a ¡Griezmann! también, mientras Scaloni hacía ingresar a ¡Acuña por Di María! o demoraba el remplazo de jugadores exhaustos como De Paul, tal vez deslumbrado por un partido colosal del novio de la Tini, o lo que sea. Pero el agotamiento empezó a jugar también, la presencia masiva de jugadores frescos del rival también, y Otamendi cometió su primer error grave del certamen: no despejó de primera a la tribuna un pelotazo y tuvo que cometerle penal a Muani, que Mbappé convirtió en gol, por más que Dibu Martínez estuvo a un modelo de guante más grueso de desviar el remate. No habíamos terminado de reaccionar que, 97 segundos después, el a-ni-mal indescriptible de Mbappé empató el partido con una volea colosal. Un empate inesperado en la mejor tradición de las finales de torneos mundiales. Y asi se fueron los 90 minutos reglamentarios.
El primer tiempo suplementario de la mejor final de la historia de los campeonatos mundiales de fútbol mostró a una Argentina decidida a olvidarse de lo perdido y en busca de lo que todavía se podía ganar, ya con Lautaro Martínez por Julián Álvarez y, por fin, tarde pero por fin, Paredes por De Paul. Se fue sin cambios en el marcador hasta los 3 minutos del segundo suplementario, en que un ataque comandado por Messi y Enzo Fernández terminó en remate de Lautaro Martínez y una atajada tan brillante como desafortunada de Lloris, porque el rebote le volvió a quedar a Messi, que adelantó 3-2 a Argentina tras una vacilación arbitral, porque la jugada requirió una verificación a través del VAR. Ya era una final inolvidable, pero faltaba más: un penal para Francia por mano involuntaria de Montiel que Mbappé volvió a convertir en gol, 3-3 con tres goles del parisino a falta de dos minutos para agotar el tiempo de juego. Pero en esos dos minutos hubo tiempo para una atajada im-po-si-ble de Martínez ante un remate potentísimo de Muani, gran acierto de Deschamps al mandarlo a la cancha, y en la jugada siguiente Messi combinó con Montiel y el centro del lateral terminó con un cabezazo desviado de Lautaro, solo ante Lloris. Hubo equipos que en finales de Copa del Mundo remontaron una desventaja para vencer, incluso en la de 1966 los dos equipos remontaron una desventaja parcial, pero nunca hubo una final en que un equipo remontara una desventaja dos veces, una de ella de dos goles, y se requiriera una definición por remates desde el punto del penal. Dicen que una película con héroes es tan buena como su villano: una victoria deportiva es tan buena como tu rival.
La definición por penales no es sólo suerte, ni ahí, pero sí pesa la suerte, y más que en un partido. La prueba: los penales mal pateados que igual son gol. Y en la definición por penales de la mejor final de la historia de los campeonatos mundiales de fútbol convirtieron los dos emblemas de cada conjunto, Mbappé y Messi, Dibu le atajó el remate a Coman, Dybala remató pésimo el suyo pero (lo que decíamos) entró, Tchouameni desvió su oportunidad, y Montiel selló el campeonato con una más de sus definiciones infalibles. Tercera Copa Mundial para Argentina y primera para Messi, que por fin se puede sentar sin complejos a la mesa chica de Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona. (¡Tres argentinos de cinco!). Creo saber por qué nuestros carnavales son tan deslucidos: nuestros verdaderos carnavales son las copas internacionales, continentales y, especialmente, mundiales. Asomate a la ventana, esta nochecita hermosa de finales de primavera, y decime si no tengo razón. Nos merecíamos bellos milagros, y esta vez ocurrieron.
DÍA 28 / SÁBADO 17 DE DICIEMBRE
Tanto Croacia como Marruecos enfrentaron el partido por el tercer puesto con varios cambios: los balcánicos hasta variaron su esquema habitual, pasando del 4-3-3 a un 3-5-2. A los 6 minutos Gvardiol marcó el 1-0, con una palomita hermosa tras una muy buena jugada de pelota parada. Los norteafricanos devolvieron la atención en la jugada siguiente: centro desde la derecha y cabezazo de Dari al gol, aprovechando que Livakovic es un excelente atajador de penales y un muy buen arquero bajo los palos, pero cuando sale del área chica no le funciona el GPS y se pierde. A partir de allí se hizo un partido muy entretenido, de ida y vuelta, con Croacia volcando el desarrollo a su favor a medida que pasaban los minutos, y la defensa de Marruecos sufriendo mucho el jugar más abierta que en los partidos previos. A los 23 minutos Bono le negó el segundo gol a Modric, y a los 28 una gran jugada entre Ziyech y Hakimi no pudo ser capitalizada por En-Nesyri. A los 41, Croacia desequilibró el marcador con un golazo de Orsic al ángulo del segundo poste del arquero marroquí. El complemento fue igual de intenso pero, tal vez por el cansancio acumulado en un mes de competición, se perdió bastante en claridad en ambos equipos. El tiempo pasaba y uno quería que empatara Marruecos, no por ellos sino para que este campeonato tan entretenido durase un poquito más. A los 41 Kovacevic remató desviado una gran acción personal, y en la última jugada del partido En-Nesyri cabeceó apenas arriba. El árbitro Al-Jassim pitó el final, y fue así que Croacia acabó por tercera vez en el podio en seis participaciones en ronda final de Copas del Mundo: puede que miren a las otras naciones de la antigua Yugoslavia, que unidas nunca pasaron de un cuarto puesto, como diciendo "el problema eran ustedes ¿vieron? ".
¿Qué decir del Argentina-Francia de mañana? Las dos selecciones llegan muy confiadas a una final que hace meses parecía perfectamente posible pero que por momentos, sobre todo en la primera fase, pareció también quedar en el limbo de lo que pudo ser y no fue. En Argentina hay dudas de si alinear cinco defensores para lidiar mejor con Mbappé, cuatro volantes para marcar mejor a Griezmann o tres delanteros para que Di María aproveche la debilidad en la marca de Theo Hernández: la solución sería que Argentina pueda presentar trece jugadores, de otro modo habrá que asumir riesgos y pensar mejor el planteo. Seguramente estas dudas son mero ruido mediático: Scaloni ya debe tener todo claro. No creo que lo afecten rumores con pinta de fake news elaboradas en el campamento francés como la ausencia por lesión de Giroud, la cantidad de futbolistas franceses con gripe de camello, el pie de atleta que aqueja a Pavard, el codo de tenista que no deja dormir a Rabiot, o el culo de cajero bancario que pone en duda a Ariola. ¡Bilardo es argentino, Deschamps!
De no padecer lesiones o enfermedades de último momento, Francia alineará seguramente un equipo igual o al menos muy similar al que eliminó a Marruecos. Espero una Francia que, como siempre, intentará ganar el partido con el mínimo esfuerzo, regalando la iniciativa si es preciso, y confiando en sus individualidades y su juego de equipo. Las chances están muy parejas. La verdad, mañana a las 12 de Argentina, sobre el verde césped.
DÍA 27 / VIERNES 16 DE DICIEMBRE
Mañana se juega el partido por el tercer puesto, una especie de final de la ronda de perdedores que, llamativamente, Argentina nunca jugó: o no pasó los cuartos de final, o llegó a la final. El encuentro entre Marruecos y Croacia nos da la oportunidad de disfrutar por última vez de un partido de esta Copa Mundial sin la angustia de que nuestro equipo participe de él: es el último espectáculo de Qatar 2022, porque lo del domingo es otro dominio de los asuntos humanos que no se deja definir precisamente por la palabra espectáculo. Al menos para los partidarios de la selección argentina en los cinco continentes y, uno cree, tampoco para los franceses.
El Chapa Regragui presentó un equipo muy pícaro para llevar los partidos al terreno que le convenía, el de emboscar al rival en su propio campo y salir rápidamente de contragolpe. El arquero Bono está entre los mejores de la Copa, Amrabat es un volante central que el mes próximo debería estar jugando en un equipo mucho mejor que la Fiorentina, y su ala derecha es tan buena que el equipo parece desbalanceado, casi asimétrico: el ala del lateral Hakimi, el volante Ounahi y el falso delantero Ziyech. La ausencia de un delantero con gol se hizo notar en la semifinal con Francia, veremos qué pasa mañana. Croacia, el subcampeón mundial vigente, hizo un muy buen torneo: veteranos como Modric, Perisic o Lovren abandonan el escenario de los campeonatos mundiales por la puerta grande. Otros puntos altos fueron un arquero con personalidad como Livakovic, un defensor de la calidad de Gvardiol y los experimentados Brozovic, Kramaric y Kovacic. Croacia eliminó a Bélgica, a Brasil y a los sorprendentes japoneses explotando hábilmente los errores del adversario, ya fuere replegándose al ser atacados o manejando la pelota cuando podía recuperarla. Dadas las características de los dos equipos, así como el antecedente del 0-0 de la fase de grupos, puede ser un duelo que se prolongue hasta los dramáticos penales, a menos que Marruecos salga a buscar la victoria para sus miles de fanáticos presentes... y su adelantamiento le abra la puerta a los europeos. El árbitro será el local Abdulrahman Al-Jassim, quien sin brillar ni con una pasada de WD40 fue lo más destacable que presentó la liga catarí en este torneo, y con eso debería estar todo dicho.
Mientras tanto, en los medios argentinos se especula con cómo marcar a Mbappé, pero se le dedica poco espacio a qué hacer con el oriental (?) Griezmann. Sospecho que Scaloni, Aimar, Samuel y Ayala no caerán en esa omisión imperdonable. Por algo unos son unos y otros son otros. También es la temporada alta de entrevistas al profesor de catequesis de Dibu, la dentista de Enzo Fernández, la vecina del abuelo paterno del Huevo Acuña, el cuñado de la querida del tío materno de la mujer de Scaloni. Hasta les preguntan cómo debe formar Argentina. Extraordinario.
En otro orden de cosas, se desmintió que Elon Musk y Jeff Bezos se hagan presentes en la final: fuentes habitualmente bien informadas aseguraron a este portal que temen que algún episodio fortuito, como un espontáneo o un pelotazo desafortunado, revele al mundo que en realidad son Kang y Kodos. Sí estará presente Mauricio Macri, quien por lo demás mañana le hará entrega a su órgano oficial de difusión, el diario La Nación, del Premio Mauricio Macri al Periodismo Independiente.
DÍA 26 / JUEVES 15 DE DICIEMBRE
La Copa Mundial que los emires de Qatar compraron con el Presidente de Francia de intermediario. Las inversiones con que los cataríes pagaron ese favor, por caso y sólo para nombrar una, comprar el París Saint Germain. Julio Grondona diciéndole a Cherquis Bialo que "todos estos van a terminar presos", pero que no le importaba porque él iba a estar muerto. Media FIFA terminó presa cuando él ya no estaba entre nosotros. Los trabajadores nepalíes, bengalíes, indios, paquistaníes, filipinos, egipcios, sirios, palestinos, que murieron para que el mundo disfrutara de una Copa Mundial brillante. Las polémicas en Europa acerca de asistir a una Copa en un país en el que no se respetan los derechos humanos, polémicas que no existieron para asistir a campeonatos celebrados en potencias que habían arrasado Panamá o Irak, o que asesinaban a sus opositores envenenándolos con polonio 210. La fantasmal mascota, la ceremonia inaugural, la tradicional hospitalidad de los pueblos árabes que llevó a Qatar a presentar un seleccionado para que sus rivales se lucieran goleándolo. El arranque de Mundial goleador del ecuatoriano Enner Valencia, tan exuberante como la verba desatada del entrenador Gustavo Alfaro. Una nueva Copa, la vigésimosegunda, estaba en marcha.
Los futbolistas iraníes negándose a cantar su himno nacional, en protesta contra el régimen policíaco de su casta clerical. La lesión del arquero iraní Beiranvand, que detuvo el partido Inglaterra-Irán por más de diez minutos. Los seis goles que los ingleses le marcaron a su pobre suplente Hosseini. Los dos que le marcó Taremi a Pickford, avisando que Inglaterra tenía sus debilidades. El entrenido empate Estados Unidos-Gales. El VAR protagonista de un Argentina-Arabia Saudita insólito. Los cinco minutos de furia con que los sauditas dieron vuelta el partido con Argentina y conmovieron al mundo, empezando por sus rivales. El aire a Lawrence de Arabia del sagaz entrenador francés de los sauditas, Hervé Renard. El “a la gente le digo que confíe, no les vamos a dejar tirados” de Messi. La goleada francesa a Australia, tras arrancar perdiendo. La lesión de Lucas Hernández, remplazado por.. su hermano Theo. El movido 0-0 entre Croacia y Marruecos en el que nadie sospechó que terminarían volviendo a encontrarse para definir el último escalón del podio mundialista. La hora en que Alemania debió golear a Japón y sólo vencía 1-0, la media hora en que el tifón del Oriente se llevó puesto al equipo con la casaca más respetada del fútbol de Europa. Los engañosos siete goles de España a Costa Rica. La esforzada victoria de Bélgica ante los entusiastas canadienses. El planteo timorato con el que Uruguay comenzó el partido con Corea del Sur y probablemente rifó su clasificación. El festejo de Valverde al... sacar un balón al lateral en mitad de cancha. Los entretenidísimos Portugal-Ghana y Brasil-Serbia. El último gol del legendario artillero Cristiano Ronaldo en Copas del Mundo. El golazo de Richarlison. La enésima lesión de Neymar en Mundiales. Las dudas por el futuro de la selección argentina en la Copa, la tranquilidad de Scaloni, la fe del plantel.
La victoria de Irán ante Gales en los últimos minutos. La expulsión del arquero galés Hennessey, una excepción en un torneo muy limpio. El empate entre Ecuador y Países Bajos, el día en que Van Gaal felicitó a Alfaro. El empate que los norteamericanos le sacaron a los orgullosos ingleses, para ampliar un insólito invicto mundialista entre ambas selecciones a tres partidos. La prensa deportiva argentina haciéndonos mirar con otros ojos la idea de los campos de trabajo rurales para citadinos de la dictadura de Pol Pot. La afortunada victoria de Polonia ante Arabia Saudita, con un tanto de ese goleador extraordinario aunque bastante vano que es Lewandowski. El excelente duelo en el más alto nivel que nos regalaron Francia y Dinamarca y terminó con victoria gala. Los nervios del primer tiempo de Argentina-México, el psicodrama leproso de Messi y Scaloni contra Martino y Scoponi, los memes con la pesadilla de un gol de Rogelio Funes Mori, el golazo de Messi que fue grito con puño apretado, el golazo tremendo de Enzo Fernández para decir presente en Copas Mundiales, el respiro de la victoria en un partido que podía definir una eliminación tempranísima e insólita. Ariel Senosiain como excepción en un panorama televisivo paupérrimo. La incomprensible derrota nipona ante Costa Rica. La victoria de Marruecos ante Bélgica, para certificar que una generación legendaria de futbolistas belgas entraba a salir de escena, y otra generación legendaria empezaba a pasar a la historia de Marruecos, de África y del mundo árabe. La goleada croata ante Canadá, primera función estelar de Luka Modric. El 1-1 entre España y Alemania que dejó a los peninsulares convencidos de su valor y a los teutones al borde de la despedida. El brillante, entretenidísimo 3-3 entre Camerún y Serbia temprano en una mañana argentina, el de la maravillosa jugaza colectiva que culminó Mitrovic y el del golazo de Aboubakar. Los cinco goles de Corea del Sur-Ghana. El golazo del brasileño Casemiro para quebrar sobre la hora a los duros suizos. El respeto excesivo de los uruguayos a los portugueses, el festejo del ególatra incontrolable y en definitiva insoportable de Cristiano Ronaldo intentando adjudicarse un gol de Bruno Fernandes, el penal bochornoso que el iraní Faghani le cobró a Josema Giménez y definió el partido, la bronca de Cavani con el temor reverencial a los adversarios de su entrenador Alonso.
La eliminación de Ecuador ante un equipo senegalés golpeado por las ausencias pero en definitiva superior. La goleada inglesa a Gales en un clásico británico y la victoria norteamericana ante los iraníes en un partido con una carga geopolítica muy pesada. La victoria de los franceses con divisa tunecina ante los excesivamente relajados franceses con divisa tricolor, la victoria australiana ante Dinamarca que clasificó a un equipo de la confederación de Asia a octavos de final. La demorada victoria argentina ante Polonia en un partido de dominio abrumador, el día del penal atajado por Szczesny a Messi, el día en que Alexis MacAllister y Julián Álvarez se postularon al conocimiento de una audiencia mundial. El gol olímpico que Szczesny le sacó a su compañero juventino Di María, el día de su enésima lesión en Copas Mundiales. Los memes con la condición maléfica de Mauricio Macri, respondidos por sus partidarios con una decisión que nunca mostraron ante acusaciones mucho más sólidas y graves pero que, tal vez, no afectaban tanto a la autoestima del ex mandatario, en lo que se parece mucho a un retrato de su psiquis. El golazo descomunal de tiro libre de Chávez a los sauditas, el día de la eliminación de México por ser incapaz de golear a los sauditas. El tenso 0-0 entre croatas y belgas, el día en que Lukaku agotó los modos del infortunio y del error, el último partido en Copas Mundiales de estrellas como Eden Hazard o De Bruyne. La victoria de Japón ante España, otra vez con un segundo tiempo furioso tras estar en desventaja, y que llenó de elogios al entrenador Moriyasu y de preguntas a su colega Luis Enrique. El gol de Tanaka luego de una pelota ganada por Doan al límite extremo del campo de juego que se discutió por horas y que sacó a Alemania de los clasificados. Los tres minutos en que las simultáneas derrotas española y alemana dejaban a ambos conjuntos afuera del Mundial. La reacción de orgullo que llevó a Alemania a marcar tres goles en un rato y retirarse del campeonato con al menos una victoria. La épica corrida de Son Heung-Min para darle el gol a Hwang Hee-Chan en tiempo adicionado y clasificar milagrosamente a Corea del Sur a octavos de final, en perjuicio de un Uruguay que se acordó muy tarde de De Arrascaeta y de que el coraje es también arriesgar. La despedida mundialista de héroes como Luis Suárez, Cavani, Godín, Cáceres, Muslera. El tenso encuentro entre los serbios y los kosovares con casaca suiza, el del golazo de Freiler. La clasificación a la ronda final de al menos un equipo por confederación. El VAR intrusivo que por suerte se llamó a reposo en la fase decisiva. Los minutos adicionados en los partidos de primera fase como si estuvieran tarifados y los sueldos y viáticos de Infantino o Macri dependieran de ello.
La adrenalina de los partidos en que quien pierde se va. La victoria de los Países Bajos ante unos Estados Unidos que siguen haciendo progresos. El triunfo argentino ante Australia, abierto por Messi cuando nadie más que él podía hacerlo. El jugadón del lateral Behich que salvó en el área chica Lisandro Martínez y el gol de Kuol que evitó Dibu Martínez en la última jugada del encuentro, para recordarnos que a veces ni una superioridad notoria exime de la angustia cuando el marcador es estrecho. La facilidad con que Francia se sacó de encima a los limitados polacos, con dos golazos de Mbappé dedicados a los cultores de la simetría: uno en cada ángulo del arco de Szczesny. El festejo de Lewandowski por un gol que no ponía en discusión el resultado pero sí agasajaba su ego de goleador implacable. La goleada inglesa a Senegal. El intenso Japón-Croacia que se definió recién en los penales, por una actuación consagratoria del arquero Livakovic. La facilidad pasmosa con que Brasil se sacó de encima a Corea del Sur. El golazo de Richarlison en una jugada en que los defensores centrales Marquinhos y Thiago Silva jugaron de volantes ofensivos. El regreso de Neymar. El baile de los futbolistas con Tite, cuando todavía se agendaba un Hexacampeonato el 18 de diciembre. La goleada de Portugal a Suiza con tres goles del remplazante de Cristiano Ronaldo, que tuvo que sobrellevar la hazaña de Ramos desde el banco de suplentes. Bengalíes, paquistaníes, indios, indonesios, peruanos, napolitanos, catalanes, irlandeses, escoceses, festejando con los colores celeste y blanco: el soft power argento que todavía no aprendimos a cultivar como se debe.
Cuartos de final: entonces quedaron cuatro. El partido de los bravos croatas contra un Brasil superior. El partido conmovedor de ese crack que es Luka Modric. La inexpugnable zaga de Lovren y El Enmascarado Gvardiol. El golazo de Neymar en tiempo suplementario. El cumpleaños del Scratch en los últimos cinco minutos, las pérdidas ridículas de balón, el gol de Petkovic de contragolpe, la salvada de Livakovic en la última jugada del partido, elmenino Rodrygo rifando el primer penal de la definición, la categoría de Casemiro y Pedro, el poste traicionero que condenó a Marquinhos a ingresar para siempre en la memoria colectiva y le dio pasaje a semifinales a los veteranos subcampeones mundiales. Amrabat, Bono, Ounahi, Hakimi, Ziyech sacando del torneo a estrellas portuguesas que nunca constituyeron un equipo. La despedida de las Copas Mundiales de Cristiano Ronaldo,máximo goleador de la historia del deporte... y uno de los mayores egocéntricos que hayan existido. El partidazo al máximo nivel entre Inglaterra y Francia, definido por un penal fallado por uno de los mejores jugadores del Mundial, Harry Kane. El gran torneo de Giroud, Rabiot, Tchouameni, Bellingham. La consagración de Antoine Griezmann ya no como goleador y armador, sino ahora como jugador completísimo.
El picante duelo Argentina-Países Bajos por las declaraciones gratuitas de Van Gaal que agrandaron aún más a Messi. El gol de Molina tras una habilitación imposible de Lio. La escapada del Huevo Acuña que acabó en penal y gol de Messi con dedicatoria a Van Gaal. La selección nerlandesa convertida en el AeroBanfield de Falcioni con el sucesivo ingreso de un gigante tras otro. El error de Argentina de ceder el terreno para que los lanzadores rivales se aburrieran de tirar centros. El descuento de cabeza de Weghorst. Las tarjetas amarillas que el árbitro español Mateu Lahoz repartía casi por tic, los interminables minutos que adicionó. La brillante ejecución de Koopmeiners de la jugada preparada por Van Gaal que acabó en el inmerecido empate de otra vez Weghorst. Los nervios del suplementario, el carácter del suplementario, el dominio total del segundo tiempo suplementario en el que Argentina debió haber marcado tres o cuatro goles. La angustia de los penales, el hostigamiento de los civilizados europeos a los bárbaros sudamericanos cada vez que se adelantaban a ejecutar un penal, las dos atajadas de Dibu que cimentaron el triunfo, el grito de puño apretado luego de que Lautaro Martínez convirtiera su remate y clasificara a Argentina entre los cuatro mejores. El quemirá y el andapayá bobo que pasaron a la inmortalidad que confiere el puro amor popular. El enésimo ejercicio de impostación de superioridad moral tilinga de esos verdaderos medios oficiales del gobierno de Mordor que son Clarín y La Nación. La sobreactuación de El Chiringuito para recordarnos que nuestro periodismo deportivo tal vez ni siquiera alcance una meta tan a su medida como ser el peor del mundo. El carnaval toda la vida en las calles argentinas por una victoria muy grande en un diciembre dulce y festivo que será inolvidable.
La semifinal Argentina-Croacia que empezó pareja y se decidió apenas Argentina se puso 1-0. El pase de Enzo Fernández para el pique de Julián Álvarez y el penal del arquero rival que convirtió Messi. La corrida digna de Kempes de Julián Álvarez, de área a área, para el 2-0 que derrumbó los sueños croatas. El partido imperial de Otamendi y Tagliafico, la clase de Enzo Fernández, el tino de MacAllister. La jugada maradoniana de Messi que redujo a la impotencia a uno de los mejores defensores del torneo como Gvardiol y acabó en el 3-0 de Álvarez. La despedida de los Mundiales de Luka Modric. El festejo argentino para su segunda final en tres Mundiales. las calles llenas, la larga noche templada de cánticos y brindis. La parejita de La Plata besándose en el semáforo. La restante semifinal Francia-Marruecos, que pareció definida a los 4 minutos por el acrobático gol de Theo Hernández. La chilena al poste de El Yamiq que mereció ser el gol del empate. La gambeta a velocidad imposible de Mbappé que terminó en el gol de Muani. La final del domingo, que esperamos con la alegría que da la ilusión y la tristeza anticipada porque será el adiós de Lionel Messi a las Copas Mundiales.
Todos estos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Pero no mientras vivamos nosotros.
DÍA 25 / MIÉRCOLES 14 DE DICIEMBRE
¡Con qué paz interior se mira por TV una semifinal de Copa Mundial estando ya clasificado a la final! Hoy los dos equipos llegaban disminuidos al encuentro. Ya se sabía desde antes del certamen que las bajas de Francia eran muy pesadas: Benzema, Pogba y Kanté, a las que se sumó la virtual desafectación de Pavard por problemas disciplinarios y la repentina gripe que dejó a Rabiot y Upamecano sin semifinal. Por su parte, Marruecos perdió a su zaguero Aguerd en el calentamiento preliminar, y empezó el partido con el capitán Saïss al límite de su capacidad física. En el balance, pareciera que Francia era la selección más afectada, pero fue al revés.
A los 4 minutos Griezmann se le escapó a su marcador y habilitó a Mbappé en el área marroquí. Hubo una serie de rebotes y la pelota le cayó a Theo Hernández, quien con una pirueta remató venciendo a Bono y señalando el 1-0. Lo más difícil estaba logrado: abrir el marcador temprano y no dejar que Marruecos se luciera manejando el 0-0, como había hecho con éxito contra España y contra Portugal. A los 11, Lloris desvió un gran remate desde lejos de Ounahi, y a los 16 respondió Giroud con un remate que pegó en un poste. En esa jugada quedó claro que Saïss no estaba para seguir participando de un partido de esta importancia y que muy probablemente ni siquiera debería haberlo comenzado. Pero ya entonces Francia estaba en ventaja, y Alá no atiende esos llantos.
La salida de Saïss permitió al entrenador marroquí, el Chapa Regragui, ajustar el planteo a un 4-3-3 más afín al tanteador. La Francia de Deschamps, que nunca se esfuerza mucho más de lo estrictamente necesario, se replegó y se dedicó a esperar que Marruecos se descubriera. A los 35 minutos Tchouameni robó una pelota en el medio e inició un contragolpe en el que habilitó sucesivamente a Mbappé y a Giroud, y los norteafricanos se salvaron dos veces por poco. Cerró el período inicial una hermosa chilena al poste de El Yamiq, para confirmar que el partido tenía un favorito claro pero de ninguna manera estaba cerrado.
En el complemento Francia volvió a salir a esperar. Marruecos llegaba muy bien hasta el área adversaria donde, no es novedad, le faltaba peso: así y todo, hubo un par de salvadas extremas del fondo francés. Un contragolpe conducido por Mbappé acabó con un quite del excelente volante central marroquí Amrabat que es para exponer en una galería de arte. En la segunda mitad del complemento, Francia equilibró el trámite, y a los 33 una fantástica jugada individual de Mbappé terminó con Kolo Muani marcando el 2-0 casi con el arco libre: el partido estaba terminado. En el tercer minuto adicionado, Koundé salvó en la línea un remate de Ounahi: hubiera sido justo que Marruecos recortara la diferencia.
Los norteafricanos apuntan ahora a un tercer puesto histórico, con la tranquilidad de que lo ya hecho alcanza para que en su país sea recordado por siempre. Los franceses se enfrentan a una final inédita, bien que muy previsible por más que en en algún momento de la primera fase abundaron las sorpresas, y apuestan a la hazaña de repetir campeonato en forma consecutiva, como Italia en 1934 y 1938 y Brasil en 1958 y 1962. Además irían por subirse al escalón de las selecciones que ganaron tres Copas del Mundo. Algo a lo que también apuesta su rival del domingo, Argentina.
DÍA 24 / MARTES 13 DE DICIEMBRE
Los usuales fuegos artificiales del comienzo de cada partido en la Copa de Qatar contrastaron, más que acompañaron, el arranque bastante opaco de la semifinal entre las selecciones de Argentina y Croacia. Los dos equipos estudiándose, prestándose el balón para tomarse un tiempo para acomodar las marcas y medir las fuerzas rivales. Paredes de volante central sumó un jugador al mediocampo argentino para controlar a esa gran línea media de Kovacic, Brozovic y Modric, y además liberó a Enzo Fernández para asociarse con Messi y Álvarez. La primera jugada de peligro llegó recién a los 24 minutos del primer tiempo: un remate de media distancia de... Enzo Fernández, que desvió el arquero Livakovic. Respondió a los 30 Perisic con un remate que se fue alto y cuya presencia en esta memoria del partido es más bien un gesto de buena voluntad. Sí cabe mencionar la jugada siguiente: un gran pase de... Enzo Fernández a Julián Álvarez encontró a la defensa croata abierta, y el arquero croata se llevó puesto a Julián cuando intentaba definir por sobre su cabeza. El árbitro italiano Orsato marcó el penal, que Messi convirtió en gol rematando alto a la izquierda del grandote Livakovic. Ahí pareció que se le acabaron los argumentos a los europeos, que parecieron sin resto físico después de dos partidos de 120 minutos y con un muy opaco Modric. Pero lo peor para ellos estaba por venir.
Porque, a los 38, el equipo croata ejecutó un tiro de esquina desde la derecha de su ataque jugando la pelota hacia atrás, Brozovic tiró un centro al área que rozó en Álvarez, despejó Otamendi de cabeza, y la pelota le quedó a Messi quien, marcado por el propio Brozovic, alcanzó a pasársela a Julián, que arrancó desde su propio campo un contraataque rapidísimo, acompañado por De Paul y Molina. Julián encaró a los despavoridos zagueros croatas usando a sus dos compañeros como distracción, pasó entre sus rivales favorecido por dos rebotes oportunísimos y definió ante la salida del arquero para el 2-0: una corrida superficialmente maradoniana que parece más bien una versión libre del gol de otro cordobés, Mario Kempes, para poner 2-1 el marcador de la final de la Copa Mundial de 1978. Al primer tiempo después le quedó un cabezazo de Alexis MacAllister que salvó Livakovic con una atajada tremenda, pero ya estaba terminado con el gol de Álvarez. No sabíamos entonces, aunque los audaces lo sospechaban, que también estaba terminado el partido.
En el segundo tiempo el entrenador Dalic hizo tres cambios en un rato, mandando al terreno de juego todos los delanteros que tenía a mano y encomendándose a San Davor Suker. Croacia manejó la pelota en esos primeros minutos, o más bien Argentina se la cedió y se dedicó a esperar la oportunidad de cerrar el resultado. A los 12 minutos un remate de Messi tras una pared con Fernández generó una nueva salvada de Livakovic. A los 16 ingresó Lisandro Martínez por Paredes, de muy buena actuación, acomodando así la defensa a la horda de atacantes del adversario. El pasaje de Argentina a la final del domingo se selló a los 23 minutos, cuando Mad Max Messi recibió de, otra vez, Julián Álvarez, recostado sobre el sector izquierdo de la defensa croata y se llevó a la rastra hasta el fondo de la cancha a fuerza de amagues y velocidad a Humungus Gvardiol, ridiculizando a lo Boateng al mejor defensor cental del campeonato junto a Otamendi. ¡Si pareció que Gvardiol lo seguía a Messi por Flow! Lio lo desbordó y le cedió el gol a ¡otra vez más! Julián Álvarez: con el 3-0 se terminó el partido. ¡Quién es Haaland, se preguntan hoy en el Manchester City!
Scaloni hizo varios cambios para permitirle descansar a algunos jugadores, Messi caminó casi la totalidad de los veintipico minutos que restaban, y Zlatko Dalic hasta remplazó a Luka Modric, enorme jugador que se fue aplaudido hasta por los espectadores argentinos. Dibu Martínez desvió un tiro libre de Perisic, Alexis MacAllister remató desviado un gran pase del ingresado Dybala, Lovren se perdió el descuento en un tiro libre, pero ninguna de esas incidencias hubiera cambiado mucho el desarrollo de la semifinal. Croacia al partido por el tercer puesto del sábado, Argentina a la final del domingo, Messi a culminar la mejor lejos de todas sus Copas del Mundo, Tagliafico al podio de los mejores jugadores de un partido en el que no hay futbolista argentino que no haya jugado al menos muy bien, y Julián y Enzo a la consagración entre las figuras del torneo. Un Muñeco sonríe todavía un poco más que todos los demás argentinos.
DÍA 23 / LUNES 12 DE DICIEMBRE
Un día menos para el final de la mejor Copa Mundial en muchísimo tiempo. (¿Desde México '86?). No quiero dejar pasar de largo una idea extraordinaria que ayer expresó Jorge Valdano en TyC Sports: el gran problema de la España de este torneo, y por extensión yo agregaría desde el retiro de los héroes de 2010, es que asume más riesgos en el arco propio que en el rival. Mucha salida suicida de abajo desde el fondo, en cualquier circunstancia y a como dé lugar, y en especial nula capacidad de desequilibrio en los últimos veinte metros. Philipp Lahm, el gran defensor de las selecciones alemanas y del Bayern Munich, completó la idea con una dosis extra de sarcasmo: dijo que "en España los colegiales no necesitan usar sus mochilas como postes para jugar al fútbol". Si hay un problema que Argentina, Brasil, Portugal, Francia, Inglaterra, no tienen es precisamente ése: espejos en que mirarse no les faltan a los amigos españoles.
Si el Mundial fuera un campeonato de liga (que no lo es) así quedaría la tabla disputados los cuartos de final, con más de una sorpresa: primero Francia con 12 unidades, escoltas Países Bajos y Marruecos con 11, luego Inglaterra, Brasil y Argentina con 10, y Portugal con 9. Con apenas, atemorizantes 7 puntos, los mismos que Japón que se fue hace rato, Croacia. Ah, el valor de ganar los partidos que hay que ganar, la misma historia de siempre. El contraste ente los equipos de Van Gaal y de Dalic es hasta obsceno.
Mañana, en el estadio de Lusail, se juega la primera semifinal. Para tomar nota: Croacia arrancó perdiendo con Canadá, con Japón y con Brasil, y terminó ganando los tres partidos, ya sea en los 90 minutos contra los canadienses como en la definición por penales en los otros dos casos. Nunca empezó ganando, nunca perdió la cabeza cuando iba perdiendo: un equipo al que no le sobra gol pero no le faltan ni carácter ni paciencia, muy difícil de hallarlo mal parado, muy compacto, y con un Luka Modric en modo imperial. Enfrente, la selección argentina: otro equipo al que no le falta carácter, ganador en la disputa por la pelota dividida, acostumbrado a cambiar de planteo en medio de los partidos si (como sucede más veces de lo que nos gustaría) el enfoque inicial del cuerpo técnico falla. Tiene además al mejor Lionel Messi que han visto las Copas del Mundo, lo que no es poco decir; tiene un arquero ganador, centrales sólidos, un mediocampo versátil que encontró en medio de la competencia porque no le funcionó el que venía de la Copa América 2021, y recambio en la delantera. Argentina es favorita, aunque por menos diferencia de la que nos gustaría.
El miércoles se disputa la otra: el campeón mundial y mejor equipo del mundo, Francia, ante la revelación afroárabe, Marruecos. Hay un candidato obvio: la escuadra gala está bastante por encima de españoles aficionados a jugar sin arcos y portugueses cuya capacidad técnica no pudo compensar una organización táctica escuálida. A Francia le costó bastante superar a un par, Inglaterra, aunque es costumbre de ese equipo, desde la Copa anterior ganada en Rusia, esforzarse solamente lo necesario. Esperamos también que, cualquiera fuese el resultado, el McDonald's del Obelisco de París (?) sobreviva a los festejos. De los franceses que hinchan por Francia y de los franceses hijos de norteafricanos que hincharán por Marruecos.
DÍA 22 / DOMINGO 11 DE DICIEMBRE
Se abre la última semana de competencia y empieza a haber un aire como a semana final de febrero, a final de las vacaciones. Nunca más habrá para estas tierras un torneo mundial en las semanas finales de la primavera: lo que estamos viviendo es único e irrepetible. Como cada instante de la vida, en realidad. Y también se acerca el momento del que hablamos ya al comienzo de estas crónicas, hace ya un mes: culmina esta prueba, la mejor Copa del Mundo en varias décadas, en la que treinta y un ilusiones están destinadas a derrumbarse cruelmente, y habrá un solo ganador. La vida misma.
Nunca hay que confundir a la ilusión con un pagaré, decía Wimpi y citaba Dolina. Y a própósito de lo dura que es la decepción cuando sobreviene, creo que debería repetir palabras que escribí en medio del Campeonato Mundial de 2014, porque creo que explica la magia de un torneo así, que es mucho más que un simple campeonato de fútbol. Se titula Vivir sólo cuesta vida y lo publiqué el 12 de julio de 2014. O sea, el viernes anterior a la final entre Argentina y Alemania.
"El otro día se comparaba el poco lucido encuentro Argentina - Holanda con partidos del torneo local, por la común ausencia de situaciones de gol. Creo que es un error, pero no porque la semifinal del pasado 9 de julio haya sido un derroche de fútbol ofensivo, sino porque rigen dos patrones de medida totalmente diferentes. Y no porque en un Mundial estén los mejores del mundo, que es una verdad menos obvia que antes: después de todo, la calidad de los participantes en una Champions League no es radicalmente inferior. No, una Copa del Mundo es otra cosa porque es un certamen que se celebra cada cuatro años".
"Me explico. Perderse de ganar tres campeonatos locales es quedarse tres años sin festejar. (En Argentina, hasta la última y extraña reforma del calendario futbolístico, apenas un año y medio). Pero acumular frustraciones durante tres Mundiales es perder casi una década. Es ver pasar de largo una o dos generaciones enteras de futbolistas. Desde 1990, última vez que llegamos a la final, los argentinos ya vimos desfilar sin hacer historia en una Copa del Mundo a tres generaciones: la de Batistuta, Simeone, Redondo, Cáceres, Balbo, Astrada; la de Ortega, Verón, Crespo, Ayala, Sorín, Gallardo, Almeyda; la de Saviola, Aimar, Riquelme, Cambiasso, Gaby Milito".
"Cuatro Mundiales son dieciséis años. En dieciséis años se puede pasar de estudiante secundario a padre de familia, profesional independiente, dueño de un comercio, inquilino destacado del penal de Batán. Se puede pasar de la miseria a la fortuna, o recorrer el camino contrario. Se puede cambiar de pareja decenas de veces. Se puede cambiar la orientación sexual, o más bien admitirla. Volver la mirada cuatro o cinco Mundiales atrás es acordarse de los que hoy no están; pensar en dentro de cuatro o cinco Mundiales, por qué no en una hipotética Copa Mundial Uruguay - Argentina 2030, es pensar en los que acaban de nacer o están por hacerlo y la verán ya adolescentes. Es pensar en si nosotros mismos estaremos entonces quejándonos de un mal pase o un fallo arbitral, o gritando un gol o una salvada sobre la línea. Es pensar que en aquellos años recordaremos con nostalgia unos festejos como los del pasado miércoles o, quién sabe hoy, a esta hora, como los de mañana".
"Por algo los antiguos griegos medían el tiempo contando los años pasados tras los últimos Juegos Olímpicos".
DÍA 21 / SÁBADO 10 DE DICIEMBRE
Ya más tranquilos después de la montaña rusa emotiva de ayer y ya clasificados a semifinales, hoy pudimos disfrutar de otro partido entrenido más de este campeonato con sólo partidos entretenidos, el que disputaron Marruecos y Portugal. Los norteafricanos del Chapa Regragui salieron a disputar el partido más arriba que con España, asumiendo el riesgo inherente a esa mayor ambición, tanto que a los 4 minutos Bono tuvo que salvar a su equipo de un cabezazo de João Félix. El primer tiempo tuvo un trámite disputado pero sin chances de gol hasta los 42, cuando una salida apresurada del arquero Diogo Costa ante un centro llovido al área grande le permitió al sevillista Youssef En-Nesyri poner en ventaja a Marruecos. Antes de que llegara el entretiempo, un centro de Bernardo Silva se cerró y pegó en el travesaño del arco defendido por Bono: la más clara para Portugal.
El segundo tiempo fue diferente, porque Marruecos se refugió en su campo y a menudo en su área, a dar una clase de cómo se defiende. Con Amrabat y con el capitán Saïss que salió lesionado. Con un ala derecha brillante formada por Hakimi, el incansable Ounahi y Ziyech. Con Bono, de rol tan decisivo como su colega Costa, pero por razones opuestas. El arquero portugués casi regala el 2-0 en una mala salida en una pelota parada, y enseguida entraron Cristiano Ronaldo y Joao Cancelo para equilibrar mediante la calidad individual lo que el entrenador Fernando Santos no podía equilibrar tácticamente. Portugal tuvo sus chances, entró Rafael Leão por un Gonçalo Ramos que terminó siendo flor de un día de octavos de final, Aboukhlal se perdió un gol imposible en un contragolpe aislado sobre la hora, Cheddira se fue expulsado, y Pepe falló el gol del empate en un tiro de esquina que fue la última jugada del partido. Portugal se vuelve a casa, con un Cristiano Ronaldo destruido porque se fue su última oportunidad de brillar en una Copa Mundial: un ególatra que tenía con qué, porque el derecho a la egolatría no se pide, se gana, y vaya si lo hizo el máximo goleador de la historia del fútbol mundial. Marruecos es el primer clasificado a semifinales de esta Copa que no necesitó ganarse ese derecho en los penales, y el primer equipo africano y primer equipo del mundo árabe en llegar a una instancia tan avanzada de una Copa Mundial.
Más tarde llegó el momento del clásico europeo Inglaterra - Francia, que muy predeciblemente resultó el mejor partido de lo que va del torneo. Sí, ha habido partidos entretenidísimos, pero protagonizados por meros serbios o cameruneses, y en este encuentro de cuartos de final se enfrentaban dos de las mejores selecciones del mundo. Francia llegaba como campeona mundial vigente, Inglaterra con un equipo de jóvenes que tal vez alcance su punto máximo de rendimiento en la próxima Copa, pero en el trámite muy parejo no se notaron las diferencias. Griezmann jugó un partidazo, Harry Kane se hizo un festín con Upamecano, Pickford y Lloris tuvieron ocasión de lucirse por igual, Mbappé dio la sensación de regular esfuerzos, y ese gran delantero que es Giroud sabe todo lo que hay que saber en el área. Abrió el marcador Tchouameni con un bombazo de media distancia, empató en el segundo tiempo Kane de penal, desniveló Giroud cabeceando un centro maravilloso de Griezmann, hubo protestas y roces para que el árbitro brasileño Sampaio no extrañase la Copa Libertadores y, para coronar un partido tremendo, Kane falló un segundo penal faltando cinco minutos, y Rashford remató apenas desviado un tiro libre en la última jugada del partido. Inglexit, por un lado, Francia a semifinales a encontrarse con Marruecos en un partido que tensará la ya de por sí tensa vida en las banlieues. Nos quedamos sin ver, eso sí, a Griezmann y Dier tomando mate en el círculo central: qué siesta la de los productores de yerba mate del Cono Sur.
Para el final, unas palabras acerca de las repercusiones del durísimo Argentina - Países Bajos de ayer, con tantos momentos sorprendentemente maradonianos del capitán Messi. Bien podría suceder que la respuesta estuviera en esta cita de un escritor que no podría ser más argentino: "el cabalista de Jerusalén, Isaac Luria, en el siglo XVI propaló que el alma de un antepasado o maestro puede entrar en otra para confortarla o instruirla", escribió Jorge Luis Borges en su artículo El acercamiento a Almotásim, que es de 1936.
DÍA 20 / VIERNES 9 DE DICIEMBRE
A primera hora, esta muy entretenida Copa de Qatar 2022 nos regaló un excelente Brasil - Croacia, un 1-1 definido por penales que fue 0-0 por más de cien minutos y que sin embargo no nos dejaba levantarnos del asiento ni para ir al baño. El planteo de Croacia, dadas las limitaciones físicas de un plantel veterano que había tenido que superar octavos de final jugando dos horas, fue hasta audaz en el primer tiempo: le discutió la posesión de la pelota a nada menos que los ases brasileños, tanto que la repartió en lapsos iguales. En el complemento tal vez sintió el rigor del esfuerzo físico, y Brasil controló claramente terreno y balón, pero las situaciones de gol no abundaron: mérito de la excelente defensa de los europeos y de la rapidez con que el Scratch recuperaba la pelota apenas los croatas se las arreglaban para controlarla. El tiempo suplementario arrancó en la misma tesitura hasta que, tras una hermosa pared con Paquetá, Neymar se le escapó a Sosa, eludió a Livakovic y abrió el marcador justo al cierre del primer período complementario.
Brasil tenía ante sí quince minutos con un rival cansado y en desventaja, y parecía avecinarse una goleada, injusta por el desarrollo del partido pero muy posible por la aptitud de los jugadores brasileños para el contragolpe. Pero en los últimos minutos los brasileños no controlaron la pelota como era lo lógico y hasta lo más sencillo para un equipo de esa capacidad técnica, e incluso padecieron un par de pérdidas ridículas, impropias de una selección candidata a ganar una Copa del Mundo. Tan malos fueron esos minutos que Croacia empató en una excelente jugada de ¡contragolpe! culminada por Bruno Petkovic. Faltaban sólo tres minutos, y los croatas replicaron el error del adversario, permitiendo que el rival controlara el juego y hasta dispusiera de un tiro libre por una falta evitable, y que acabó en desesperado despeje de Livakovic tras un rebote. En la tanda de penales, que no son sólo suerte pero en los que la suerte pesa aún más que en otros lances del juego, Tite mandó a rematar primero a Rodrygo, y todos supimos que una moneda estaba en el aire: el joven delantero del Real Madrid podía lucirse con una definición de crack o fallar estrepitosamente... y fue lo último, entregándole mansamente la pelota a Livakovic. Más llamativo es que Rodrygo haya sido la primera elección cuando las posteriores ejecuciones de Casemiro y Pedro fueron una demostración de clase. Todos los remates croatas terminaron en la red, alguno con bastante suerte porque pasó a centímetros de los pies del arquero Allison, y el destino quiso que un gran defensor como Marquinhos decidiera la clasificación... acertándole al palo derecho. Brasil a casa en cuartos de final por segundo campeonato mundial consecutivo, Neymar regresa sin la consagración que su calidad exige, y los subcampeones mundiales siguen camino a una nueva semifinal, tras dos agotadoras batallas de 120 minutos y definiciones por penales sucesivas. Esta banda de veteranos que parecen personajes de una película bélica de Tarantino o Peckinpah se merecen el máximo respeto del mundo, y la certeza de que, cualquiera que sea el resultado, estarán a la altura.
Por cierto: Croacia participa de Copas Mundiales desde 1998. Ya alcanzó un subcampeonato, un tercer puesto y una semifinal más. Mucho mejor que participantes tradicionales de los campeonatos mundiales como Chile, Colombia, México, Portugal, Bélgica, Rusia, Polonia o Dinamarca.
¿Qué decir del infartante Argentina - Países Bajos? En un primer tiempo trabadísimo, de estudio, sacó ventaja Argentina gracias a un pase colosal de Messi que capitalizó Molina. Un penal algo tonto de Dumfries a Acuña fue convertido por Messi, y con el 2-0 Argentina decidió facilitarle las cosas al rival tirándose atras, cediendo el dominio de la pelota, cometiendo faltas tontas que el lamentable árbitro español Antonio Mateu Lahoz parecía estar esperando, y ni siquiera marcando a los lanzadores adversarios cuando quedó claro que Van Gaal apostaba a la notoria superioridad nerlandesa en el juego aéreo. Llegó el descuento de Weghorst, llegó el empate increíble en la última jugada de los diez minutos adicionados gracias a unt tiro libre genial de Van Ga... Koopmeiners enviado al fondo de la red de Dibu Martínez otra vez por el pesadillesco Weghorst, y la definición pasó a los dos tiempos suplementarios. El primero pasó casi sin darse cuenta, en el segundo, Scaloni mandó a la cancha a Montiel y Di María, y Argentina fue en busca de la victoria y se perdió tres veces el gol del triunfo: un tiro en el palo de Enzo Fernández, un intento de gol olímpico de Di María y un remate de Lautaro Martínez que se desvió en un defensor. En la definición por tiros desde el punto del penal, Dibu Martínez brilló atajando dos y Lautaro Martínez convirtió el penal decisivo, nada que llame la atención: si es 9 de diciembre, seguro que un Martínez define un partido importantísimo. La selección invicta de algo limitados nerlandeses del bilardiano Van Gaal a casa, Argentina a una semifinal para la que va a tener que mejorar mucho táctica y estratégicamente, y Mateu Lahoz a Lago Escondido, a encontrarse con otros jueces de su misma calaña.
Nos quedamos sin espacio ni energía para los dos encuentro de cuartos de final de mañana. Atrapa la atención el tremendo Inglaterra - Francia de pronóstico reservadísimo, aunque hay una luz de ventaja para la experiencia del campeón del mundo. En el otro, los sorprendentes marroquíes del Chapa Regragui (?) enfrentan a la constelación de estrellas portuguesas, con arbitraje del argentino Facundo Tello. Marruecos, Portugal, árbitro argentino: tres vértices de un triángulo que expone una ausencia: la de España.
DÍA 19 / JUEVES 8 DE DICIEMBRE
En la redacción de CINE BRAILLE nos reunimos este feriado a la tardecita, después de una tarde veraniega inolvidable en La Feliz, a vaciar todas y cada una de las botellas de vino blanco frío de la heladera de la redacción y disfrutar del fresco del balcón. Uno de nuestros redactores notó que Argentina, Brasil, Francia y Portugal, la mitad de los clasificados a cuartos de final y los cuatro equipos a priori más poderosos, ya perdieron un partido en esta Copa y, de ser campeones, no lo serían en forma invicta. Eso no es una novedad, pero no es algo frecuente: campeones que sufrieron una derrota, siempre en fase de grupos por razones obvias, han sido Alemania Occidental en 1954 y 1974, Argentina en 1978 y España en 2010. Aquella Argentina además empató un partido, con lo que fue un campeón estadísticamente pobre, aunque no tanto como Italia en 1982, que igualó sus tres partidos de primera fase. Pero los partidos que había que ganar sí o sí los ganaron, que es lo que se premia.
Una de las redactoras, que abominaba de estos días sin partidos, propuso que la FIFA organizara una ronda de perdedores con los eliminados en primera fase; si no con todos, al menos con los equipos con más historia. Una Copa de Honor disputada, digamos, entre Alemania, Bélgica, Dinamarca y Uruguay. ¡No entendemos cómo a Gianni Infantino se le escapó este mecanismo de extracción de plusvalía! Si es por encontrar un auspiciante, proponemos que se llame Copa Pepsi.
En la entrada del 12 de junio de nuestra cobertura de la Copa Mundial 2006 escribimos esto: "No hay que olvidar que, en los hechos, éste no es el Mundial de Alemania: es el Mundial de la FIFA en Alemania. Lo que ha generado más de una protesta de los alemanes pero, en fin: súbanse los pantalones y a llorar a la cervecería, muchachos. La FIFA es una corporación más, una corporación que vende fútbol, o más precisamente, los (multimillonarios) derechos de televisación y de publicidad consiguientes. Por cierto, la publicidad de los estadios mundialistas es una buena pintura de una economía mundial dominada por unos pocos centenares de megacorporaciones. (Cierto que faltan empresas automotrices y - ¡nada menos! - petroleras, pero son organizaciones que en general no pautan en certámenes de fútbol). Hay una empresa ligada al relativamente reciente fenómeno de Internet (Yahoo!) y viejas socias de la FIFA (Coca-Cola, Adidas). Hay mayoría de empresas norteamericanas (Coca-Cola, McDonald's, Mastercard, Yahoo!, Budweiser, Gillette), unas cuantas europeas (Adidas, Philips, Deutsche Telekom, Postbank) y una creciente participación de multinacionales asiáticas (las japonesas Toshiba y Fuji, la coreana Hyundai, la aerolínea de bandera de los Emiratos Árabes Unidos). ¿Latinoamericanos? Sigan participando. ¿Chinos? Esperen uno o dos mundiales más...". En la entrada del 23 de junio de la nota de la Copa 2010 hicimos lo mismo. ¿Qué cambió en estos años? Esto merece unas líneas.
Hay socios de la FIFA que ya son costumbre, como la corporación alemana Adidas, la surcoreana Hyundai, o las norteamericanas McDonald's, Budweiser, Visa, o Coca-Cola y otras marcas de su imperio como Powerade o Costa Coffee. Notamos las inevitables empresas cataríes, Qatar Airways, Qatar Energy, Ooredoo, GWC Logistics. Como preveíamos en 2006, los chinos se han venido con todo: el diversificado conglomerado Wanda, la empresa de lácteos y helados Mengniu, la corporación de productos electrónicos Hisense / Ronshen, los smartphones Vivo y los vehículos eléctricos Yadea. Entre las novedades hay firmas norteamericanas como YouTube o los snacks Cheetos de Pepsi, la empresa japonesa de instrumentos musicales BOSS, y varias originarias de países del Sur: la aplicación singapurense Crypto.Com, las firmas indias BYJU'S de tecnología educativa y la química UPL, la casa de apuestas griega Betano, la fintech brasileña Nubank, la empresa mexicana de telecomunicaciones Claro, el correo colombiano Inter Rapídísimo, y una empresa argentina que estableció su sede en Luxemburgo, Globant. Los cambios con respecto a 2006 son notorios, y no sólo involucran a los productos publicitados.
Mañana comienzan los cuartos de final: se verá si por fin los mejores equipos dan el salto de nivel imprescindible para ganar la Copa. Hasta aquí los candidatos parecieron guardarse algunas bazas, lo que, sumado a la notoria evolución de las selecciones más débiles, contribuyó a que viéramos un torneo casi siempre entretenido: cuesta encontrar partidos que hayan sido aburridos de principio a fin. La fase abre con un Brasil - Croacia, una batalla táctica de primer nivel entre Tite y Zlatko Dalic, en especial si los croatas logran resistir al menos una hora el asedio brasileño. De todos modos hay un favorito claro y ni hace falta decirlo. El otro partido de mañana es el duelo entre las selecciones de Argentina y los Países Bajos: La sinécdoque de "Scaloni contra Van Gaal" no nos entusiasma, más bien lo contrario: nos parece un partido mucho más parejo y cerrado de lo que nuestra prensa y nuestro público exterioriza. De todos modos, uno de los equipos cuenta con un tal Lionel Messi, una carta ganadora si las hay, y esa diferencia es una forma de favoritismo. Otra vez la verdad, como diría Angelito Labruna, estará sobre el verde césped.
DÍA 18 / MIÉRCOLES 7 DE DICIEMBRE
Primer día sin partidos desde que comenzó el torneo, primer día en que el vacío y el sinsentido de la existencia se despiertan con nosotros y nos dicen "hola, bien jugado estos días, pero ya lo sabés, te podés olvidar un rato de nosotros pero siempre volvemos, porque no nos vamos a ir nunca, más bien pasará que un día te vamos a llevar con nosotros". Buen momento para analizar brevemente a cada uno de los seleccionados presentes, ordenándolos como si fuera un campeonato con formato de liga y empezando por los que han sumado más puntos, los líderes. Lo primero que llama la atención es que ningún equipo sumó el puntaje ideal hasta octavos de final, algo que no es común en Copas del Mundo, tanto que no pasaba desde 1994.
Diez puntos han sumado Inglaterra y Países Bajos, tres victorias y un empate cada uno. Los ingleses tienen un poder de gol impresionante y un ataque con variantes y mucho juego asociado, pero concedieron dos goles en el debut contra Irán, y habrá que confirmar si la debilidad defensiva de ese día es un simple episodio en un partido controlado o un problema fundamental. Los nerlandeses no han mostrado debilidades pero no han tenido un camino muy complejo hasta cuartos de final, así que habrá que ver cómo reaccionan el viernes ante el desafío de Argentina.
Nueve puntos sumaron Portugal, Francia, Brasil y Argentina, todos con una derrota sorpresiva ante un rival inferior, que empaña una sucesión de victorias. Portugal parece sustentarse más en un plantel riquísimo que en un juego colectivo aceitado, pero su goleada ante los siempre complicados suizos los postula como un candidato muy fuerte. Francia es el campeón mundial, derrotó con autoridad a Dinamarca en el partido más difícil de los que le tocaron, y da la sensación de estar en condiciones de repetir el lauro de 2018. Brasil parece tenerlo todo, de ensamble colectivo e individualidades desequilibrantes a defensa sólida y riqueza de plantel, y es todo un desafío encontrarle un punto débil. Argentina es el que menos convenció de los grandes candidatos, el que pareció más lejano a su techo, y a menudo dio la sensación de que el cuerpo técnico no acertaba con el planteo ideal de un encuentro si no era por el riesgoso método de prueba y error. Pero tener la potencialidad para mejorar nunca es una mala noticia habiendo superado ya la mitad de un certamen, y cuando aguardan los partidos decisivos.
Ocho puntos sumó Marruecos, la única sorpresa de cuartos de final: un equipo sólido, que se agrupa bien en defensa y sabe golpear de contragolpe ante rivales superiores, pero que también tiene capacidad para jugar ofensivamente. Siete unidades sumó Japón, el mejor de los que no superaron la fase de octavos de final: una gratísima sorpresa, con una ambición y tenacidad digna de equipos con más historia, y con varios jugadores fogueados en ligas importantes de Europa. Seis reunió Croacia, la campaña más discreta de los clasificados a cuartos de final, con una sola victoria y tres empates. El subcampeón mundial vigente es un equipo veterano y lleno de mañas, capaz de complicar a cualquiera, y va a ser un adversario muy difícil para los candidatos brasileños
También con seis unidades encontramos a Senegal, Australia y Suiza. Los senegaleses superaron la valla de un grupo donde tenían un solo rival para clasificar, Ecuador, y después cayeron estrepitosamente ante Inglaterra, por más que en la primera media hora del partido parecieron capaces de sostener el desafío. De todos modos, es bastante para un equipo que perdió a su estrella y jugador desequilibrante meros días antes de la Copa. Australia superó a Dinamarca en su zona y cayó dejándolo todo ante Argentina, y se puede dar por satisfecha con su evolución. Suiza tuvo una buena fase de grupos, perdiendo ajustadamente con Brasil y superando a Serbia y Camerún, pero perdió por goleada ante Portugal y pareció próximo a tener que jubilar a la generación que la hizo ser presencia habitual en campeonatos mundiales.
Cinco puntos sumaron España y Estados Unidos, una cosecha pobre para los campeones mundiales de 2010 y lógica para uno de los coorganizadores de la de 2026. Los chavales de Luis Enrique aprobaron la materia de controlar el balón y obligar al rival a correr de un lado al otro para defenderse, pero reprobaron otras como abrir esas mismas defensas generando desequilibrio individual, sorprendiendo con un pase largo tras varios cortos o abriendo un partido cerrado con un cabezazo en una jugada de pelota parada. ¡Ni hablar de sus problemas para marcar goles jugando sin delanteros! Los norteamericanos dieron un paso adelante rumbo a la próxima Copa en cuanto a orden colectivo, pero les sigue faltando lo más difícil: calidad individual.
Cuatro puntos reunieron los dos peorcitos de octavos de final, Polonia y Corea del Sur. Los polacos parecieron resignados al destino que les había reservado el sorteo, que era sufrir sucesivamente a Argentina y a Francia, y parecieron contentarse con pasar la ronda inicial: igual tampoco pareció que tuvieran material como para apuntar más alto. Corea del Sur le planteó un partido de igual a igual a Uruguay, perdió con Ghana en un encuentro muy entretenido, derrotó sorpresivamente a un Portugal demasiado relajado, y no tuvo oportunidad alguna ante Brasil: tendrán que seguir trabajando mucho. Por su parte, Son Heung-Min confirmó la calidad que demuestra semana a semana en el Tottenham..
Con cuatro unidades aparecen también los menos malos entre los eliminados en primera fase: Alemania, Ecuador, Camerún, Uruguay, Túnez, México, Bélgica. A los 15 minutos del segundo tiempo de su debut ante Japón, la idea de una eliminación alemana en primera ronda parecía inconcebible: habrá que rever la última media hora del partido repetidas veces para entender qué le pasó a un equipo que había jugado muy bien y que merecía golear. A partir de ahí la Mannschaft no se recuperó más: empató con España con la camiseta, pero sufrió insólitamente que Costa Rica, un rival limitado, le diera vuelta el partido, y sólo pudo ganarlo en los diez minutos finales. ¿La Maldición del Maracaná, tal vez? Como en el caso de España, en Alemania se espera un debate acerca del estilo de juego de la selección y de la orientación general de su fútbol. La omnipotente selección alemana de la segunda mitad del siglo XX parece que ya no existe más.
Ecuador, Camerún y Túnez hicieron papeles dignos considerando las fuerzas con que contaban. Uruguay volvió a tropezar con el excesivo respeto a su arcaica tradición de refugiarse en la defensa y renunciar a dominar la pelota y el terreno, hija de tiempos más pobres en calidad individual que el actual. ¡Cómo no vas a ir al frente con Valverde, Bentancur, De Arrascaeta, Darwin Núñez! De México no se esperaba demasiado y nada dio: de todos modos, no se entiende cómo no goleó a los sauditas cuando necesitaba eso para pasar de ronda y dejar afuera a los aún más discretos polacos. Bélgica perdió la clasificación cayendo ante Marruecos: en el empate ante Croacia dejó todo en la cancha y bien podría haber ganado. De Bruyne tuvo la ocurrencia de hablar de un plantel demasiado veterano, y eso generó bastante ruido en la convivencia interna del plantel y en la prensa belga, pero tal vez no estaba demasiado alejado de la verdad. Se despide en Qatar en 2022 una generación que asomó en Brasil en 2014 y brilló en Rusia en 2018: la del propio De Bruyne, Eden Hazard, Lukaku, Vertonghen.
Apenas tres unidades amarrocaron Ghana, Arabia Saudita, Irán y Costa Rica. Todos ganaron un partido en la Copa Mundial, algo que, salvo los ghaneses, es más de lo que se esperaba de ellos. Ghana demostró tener un ataque interesante pero una defensa pésima, y así mejor no esperar resultados en la alta competencia. Arabia Saudita le ganó a Argentina en su debut: el resultado más extraordinario de su historia, con lo que las derrotas posteriores ante los meros polacos y mexicanos parecieron un retroceso. Dentro de veinte años, los sauditas recordarán la victoria y nadie se acordará de las caídas, así que su modesto balance es sin embargo muy positivo. Y Costa Rica fue goleada por españoles y alemanes pero venció a los sorprendentes japoneses, bien que en un partido en el que pateó una sola vez al arco. Han tenido mejores campeonatos mundiales los ticos, como el de 1990 o el de 2014.
Un solo punto fue la cosecha de tres seleccionados europeos como Dinamarca, Serbia y Gales: no hay dudas de que los campeonatos continentales europeos son fútbol al máximo nivel... siempre que consideremos sus ocho-diez mejores seleccionados. Es interesante el ejercicio de pensar en qué posición terminaría cualquiera de estos tres equipos en la aterradora eliminatoria sudamericana: Dinamarca clasificaría pero tercera o cuarta, Serbia tal vez también, pero Gales estaría para competir con Bolivia o Venezuela por el último puesto. ¡Y en Europa hay decenas de representativos aún más flojos! El resultado de Dinamarca tal vez sea un accidente, el de Serbia un producto de un equipo con un ataque de primer nivel pero una defensa tragicómica, el de Gales es esperable. Mucho té y torta galesa, y a esperar tiempos mejores.
Sin puntos, cerrando la tabla, Canadá y Qatar. Los canadienses al menos pueden enorgullecerse de un buen funcionamiento y lamentarse por un sorteo que les asignó una zona dificilísima, y ya haber clasificado es un paso adelante rumbo a la Copa que coorganizará con Estados Unidos y México en 2026. ¿Qatar? Nunca se malgastó tanto dinero en un seleccionado de fútbol. Lamentable papel: digan que con el sportwashing el gasto ya está pagado.
DÍA 17 / MARTES 6 DE DICIEMBRE
Al mediodía, Marruecos y España. El desarrollo era completamente previsible: los españoles con la pelota, tocando y tocando, y los marroquíes refugiándose en defensa, marcando con determinación y esperando que se presentase la ocasión para salir en contragolpe. Pero lo que no sé si era previsible es la facilidad con que Marruecos iba a controlar el partido, al punto que casi no hubo situaciones de gol claras. Sí, España alcanzó un porcentaje de tenencia del balón escandaloso, pero lo logró básicamente tocando en mitad de cancha, de un lado al otro, sin poder acercarse al área de Bono, el marroquí hincha de River y admirador del Burrito Ortega. Por su parte, los norteafricanos arriesgaban la posibilidad de un resultado histórico y un esfuerzo colosal aplicando en modo funtamentalista la doctrina de salir jugando por abajo desde atrás, un punto flojo del excelente planteo táctico europeo del entrenador Walid Regragui, un entrenador que asumió el cargo tres meses antes de la Copa. ¡Hablemos del proyecto y del trabajo a largo plazo!
En Marruecos, además de las estrellas como ZIyech o Hakimi, se lució el volante central Amrabat: ubicación, quite, buen pase ¿qué más se puede pedir en el puesto? En España, la medida del fracaso del planteo la dan los cambios de Luis Enrique: afuera los juveniles que participan muy bien del circuito de juego pero parecen muy fuera de posición como delanteros, adentro un goleador como Morata o futbolistas capaces de generar desequilibrio individualmente, como los morenos Iñaki Williams y Ansu Fati. No extrañó que Fernando Rapallini, de buena actuación, pitara el final de los 90 minutos con el marcador en cero. El tiempo suplementario no mostró grandes cambios: España continuó tocando lejos del área, Marruecos se tiró aún más atrás, y hasta abandonó definitivamente la táctica suicida de salir jugando desde su área siempre: un juicio acerca de su pertinencia. Sarabia, que remplazó a Williams faltando tres minutos al sólo fin de participar en la definición por tiros desde el punto del penal, tuvo la situación más clara de los más de 120 minutos de juego en la última jugada, entrando solo por la derecha y estrellando su remate en el palo izquierdo de Bono.
En la tanda de penales, el de Sarabia, justo el que entró por ser especialista, pegó en el palo, y Bono se los atajó a Soler y Busquets, mientras que Unai Simón hizo lo propio con el de Benoun, y Hakimi le dio la victoria a su equipo picándola, el único jugador de los tres del PSG que patearon en esta definición que no falló. El 3-0 final envió a casa a España a ver cómo sale un semifinalista de un partido entre... sus vecinos Marruecos y Portugal, imposible mayor crueldad. Da que pensar en cierta frase de Luis Enrique de hace unos meses, justo él, un tipo inteligente y medido: "no creo que a las selecciones europeas nos haga falta jugar contra las de otro continente". Dicho por el entrenador de un equipo que perdió con Japón, fue eliminado por Marruecos y ni siquiera pudo medirse con un rival sudamericano, da que pensar. Y no sólo en España: ¿es inteligente la idea de los europeos de agotar las fechas de amistosos jugando entre ellos? ¿Qué puede aportar un amistoso con Letonia, Bulgaria, Eslovenia, Finlandia, Israel, a seleccionados que después son sorprendidos por, no ya Argentina o Brasil, sino por Marruecos, Japón o Australia?
Marruecos se convirtio así en el cuarto equipo africano en llegar a cuartos de final de una Copa Mundial, tras Camerún en 1990, Senegal en 2002 y Ghana en 2010, así como el primero del mundo árabe. Por su parte España, desde que festejó el campeonato en 2010, no le pudo ganar a un solo rival europeo o sudamericano por Copas del Mundo, y fue eliminada en dos Mundiales consecutivos en partidos en que gozó de con porcentajes de posesión de pelota históricos, que jamás se reflejaron en el marcador. Si no ven dónde está la falla, no entiendo nada.
A segundo turno se cruzaron Portugal y Suiza. El entrenador Fernando Santos mostró un carácter blindado al remplazar al ególatra de Cristiano Ronaldo por el joven Gonçalo Ramos, del Benfica, que así debutaba como titular. Repito, remplazando a Cristian Ronaldo, el jugador más importante que dio Portugal en toda su historia. ¿Y Ramos? Abrió el marcador con un remate fortísimo al primer palo de Sommer, desde ángulo cerrado, a los 17, puso el 3-0 a los 5 del segundo tiempo, el 4-1 y primer triplete de un jugador en esta Copa a los 21 y, ya en un exceso de protagonismo, hasta dejó solo al suizo Akanji con un cabezazo a destiempo para que el rival descontara. Pepe cabeceando en un tiro de esquina, Raphael Guerreiro en un contragolpe y Rafael Leão con un hermoso remate a colocar cuando el partido terminaba redondearon un 6-1 sensacional, que demuestra que Portugal es un rival temible. Y que ya ni siquiera necesita de su mayor estrella: más bien todo lo contrario. Ahora que su impresinante trayectoria entra en el declive final, el entrenador no sabe cómo sacárselo de encima para que deje de arruinar la dinámica del grupo con su egocentrismo.
DÍA 16 / LUNES 5 DE DICIEMBRE
Japón y Croacia abrieron la jornada de octavos de final. El partido comenzó con la habitual y furiosa presión alta nipona, que ya tuvo una situación de gol a los dos minutos, un cabezazo desviado de Taniguchi en una jugada de pelota parada. A los 7 falló Tomiyasu y Perisic tuvo la oportunidad de abrir el marcador, pero salvó a Japón el arquero Gonda. Hacia los 25 minutos Croacia emparejó el trámite, que siguió siendo intenso, pero ninguno de los dos equipos mostraba la lucidez necesaria como para desequilibrar el marcador. Hasta que a los 40 Kamada remató desviado, y a los 43 Maeda recogió un rebote de una segunda jugada tras un tiro de esquina y marcó el 1-0, y así se fueron al entretiempo. En esos 15 minutos hubo comentarios elogiosos acerca del equipo japonés en todos los idiomas: esta Copa señaló, tal vez, el definitivo egreso de Japón del Tercer Mundo del fútbol. Varios de los que simpatizamos con ellos tal vez nos debiéramos preguntar, si esa notoria evolución continúa, si no estaremos incubando un Godzilla del fútbol. Por lo pronto, en este torneo Japón pareció por momentos ser la Alemania que tal vez ya no es. ¡Insólitamente, el único adversario que lo pudo domar fue Costa Rica!
Nada cambió al comenzar el segundo tiempo: a los 30 segundos Kamada remató desviado y se perdió el 2-0. Pero a los 10 minutos igualó Perisic, y el resultado se convirtió en una moneda al aire. A los 12 el arquero Livakovic le sacó el gol a Endo, y a los 17 Gonda evitó el de Modric. Promediando el complemento, comenzó a primar el cansancio y el miedo a quedarse afuera de la competencia: ambos equipos bajaron la intensidad de su juego y dejaron de asumir riesgos. Los croatas tuvieron las últimas chances de evitar el desempate en tiempo de juego suplementario, en los pies de Budimir y Perisic, ambas fallidas.
En la media hora añadida imperó la misma tónica del segundo período, con un mayor protagonismo de los europeos. Llamó la atención el remplazo de Luca Modric, una señal de alerta de que el veterano as del Real Madrid está al límite de su resistencia física. Minamino tuvo la situación de gol más clara de todo el suplementario. negada por Livakovic, y Majer tuvo la última, rematando desviado. En los tiros penales, el arquero croata se convirtió en héroe, atajándole sus remates a Minamino, Mitoma y Yoshida, y más allá de que Livaja marrara el suyo acertándole al palo, fue un 3-1 que dejó a los curtidos subcampeones del mundo en competencia, a los japoneses eliminados pero gozando de la aclamación general, y a los argentinos convencidos de su soft power: como se demostró en varios partidos como éste, nuestro repertorio de canciones de cancha conquistó el mundo.
A la tarde fue el turno de la exhibición de Brasil, con Corea del Sur de comparsa: bailaron Kim, Kim, Kim, Kim y Kim... como Kim Basinger. Arrancó con la calma del que se sabe en una dimensión superior, que por decantación de jerarquía el resultado llegaría solo, y a los 6 minutos ya estaba ganando con su primer remate al arco: gol de Vinicius, y se difundió como un perfume la sensación de que se podía estar ante una jornada histórica para los, todavía, apenas pentacampeones. A los 12 aumentó Neymar de penal, a los 28 Richarlison culminó una jugada circense marcando el tercero, el mejor gol de la Copa, y a los 35 Lucas Paquetá cerró el marcador. El del primer tiempo, porque Paik marcó un golazo de fuera del área en el segundo tiempo para un 4-1 final que resultó un premio a la vergüenza deportiva coreana. El regalo del segundo tiempo del Scratch mirando el partido desde las reposeras, con caipirinhas y queijos na brasa, va a tener que ser pagado con una actuación gratis de BTS en la playa de Ipanema, amigos surcoreanos.
Mañana hay una especie de clásico entre dos vecinos que se detestan, Marruecos y España. (Bueno, como si hubiera vecinos que no se detestaran). Los norteafricanos llegaron a esta instancia ganando una zona compartida con el subcampeón y el tercero de la Copa de Rusia 2018, sin perder un partido y dando una imagen de solidez, liderados por jugadores probados en las mejores ligas europeas como Hakimi o Ziyech. España llega después de humillar a Costa Rica, amagar con repetir el baile con Alemania y terminar empatando un partido ganable, y perder sorpresivamente con Japón un partido que se planteaba para ganar goleando. La explicación de la bipolaridad de España debe buscarse en la juventud de su muy dotado plantel, al que le cuesta tan poco superar a los rivales y ponerse en ventaja que, tal vez, pierde la noción de que está en una Copa Mundial y no hay torneo más difícil que éste. Hay un favorito pero, dada la tendencia de España a caer en ese narcisismo del que se sabe superior y parece más interesado en florearse que en asegurar el resultado, no es imposible una sorpresa.
Por la tarde, se cruzan Portugal y Suiza. Los portugueses ganaron un grupo muy duro, no sin llevarse el chasco de una derrota ante los indomables sucoreanos, y deberían ser favoritos claros. Pero tal vez la riqueza del plantel está muy por delante de su solidez colectiva, y hay rumores de una interna complicada, con algunos referentes cansados de las veleidades de estrella del ya veterano y ya raramente decisivo Cristiano Ronaldo, un personaje que lleva la egolatría a un nuevo nivel. Entre los suizos no parece haber pasado el tiempo: como en 2018, se basan en un gran arquero como Sommer, un defensor de experiencia como Ricardo Rodríguez, los dos cracks de origen kosovar, Xhaka y Shaqiri, y otros integrantes de aquel plantel como Embolo, Schär, Seferovic, Akanji o Freuler. Le jugamos un boleto a la sorpresa helvética, sabiendo que el candidato firme es Portugal.
DÍA 15 / DOMINGO 4 DE DICIEMBRE
Promedia ya un torneo entretenidísimo que pronto entrará a salir, y llega el tercer partido de octavos de final. En un mediodía de domingo Francia salió a pasar por encima a Polonia desde el minuto inicial. Algunos buenos contragolpes polacos aliviaban cada tanto un asedio francés que prometía cumplir con los pronósticos de que era el partido más desparejo de la fase. Giroud falló con el arco libre en la más clara de Francia; en la más clara de Polonia, Lloris, Theo Hernández y Varane salvaron en la línea de gol, uno tras otro, dos remates a quemarropa sucesivos de Zielinski y uno de Kaminski tras un gran desborde de Bereszynski. Pero a los 43 minutos Mbappé asistió a un Giroud que se desmarcó brillantemente y la selección gala se puso en ventaja: el goleador se transformó en el máximo anotador de la historia de su selección, el mismo que, en un giro extraño del destino, fue importantísimo en el título obtenido en Rusia hace cuatro años pero no marcó ni un solo gol. ¡El centrodelantero de una selección campeona del mundo! Sobre la hora Kaminski tuvo una chance de empatar que salvó Lloris. Los equipos se fueron al entretiempo con un resultado esperable pero un trámite menos desnivelado que lo previsible: me quedó la sensación de que Polonia, como Australia, respetó más a Argentina que a Francia.
En el segundo tiempo hubo un tiro libre de Griezmann que salvó Szczesny, un gol de chilena de Giroud anulado por el juez venezolano Jesús Valenzuela por supuesta falta al arquero que hizo añorar los "¡Senemeeee!" de Mariano Closs, y a los 28 minutos, tras una jugada de peligro en el área de Lloris, Francia salió rápido en un contragolpe con Giroud al comando que acabó en un golazo por remate al ángulo de Mbappé, quien luego anotó el tercero sobre la hora, esta vez con un disparo al otro ángulo, por espíritu de simetría. En tiempo añadido, Valenzuela sancionó uno de esos penales que se cobran ahora por manos involuntarias, lo que no es culpa del referí sino del reglamento. Lloris atajó el remate muy sobrador de Lewandowski pero adelantándose; en la segunda ejecución fue gol, y la estrella polaca pudo festejar haber marcado dos goles en Copas del Mundo. Sus compañeros no estaban como para compartir esa alegría puramente personal: se iban del certamen sin que nadie los vaya a extrañar. Los franceses siguen adelante, a paso de triunfadores, y ahora esperan rival.
A la tarde llegó el encuentro entre Senegal e Inglaterra. Los dos equipos apostaban a la presión alta para generar el error del adversario en la salida por abajo, cosa que ambos lograron. Senegal pareció más cómodo con el partido en la primera media hora, llegando con peligro al arco de Pickford con una corrida solitaria de Dia y remates de Sarr y del propio Dia. Pero a los 38 minutos un perfecto contraataque inglés terminó en pase de Bellingham a Henderson: 1-0 y golpe de escena muy fuerte. Empezó a dominar Inglaterra, y al cierre del primer tiempo, por otro contragolpe, llegó el esperado primer gol de Harry Kane y 2-0. Un equipo inglés que hace honor a la historia y al ethos de su nación: práctico, directo, y si te distraés te roba la billetera tres veces antes de que te des cuenta, como lo pueden testimoniar desde los bengalíes hasta los irlandeses, pasando por los zulúes... y los argentinos. En el segundo tiempo llegó a los 12 minutos el gol de Bukayo Saka quien, pese a ese nombre tan africano, juega para Inglaterra, y se acabó el partido. Inglaterra mostró una contundencia que asusta, y ahora se prepara para un sensacional duelo con Francia el próximo sábado. Los fantasmas de Juana de Arco, Luis XIV, Luis XV, Napoleón, anhelan revancha.
El lunes 5 al mediodía llegará el turno de Japón y Croacia, el partido más inesperado de octavos de final. Los japoneses merecen todo respeto, tras haber derrotado a dos potencias como Alemania y España después de haber comenzado en desventaja, con un fútbol intenso, desinhibido y ofensivo, sobre todo en los complementos, cosa que habrá que verificar si no es parte del plan de juego. Los veteranos croatas, subcampeones mundiales, tienen la ventaja de la historia y del prestigio de sus futbolistas de clase probada. Hay un favorito, pero no sabemos si las sorpresas niponas acabaron o recién empiezan.
Por la tarde, se cruzarán Brasil y Corea del Sur en otro de los partidos con favorito evidente. La derrota con Camerún empañó la creencia universal en el excelente nivel de los relevos de Brasil, aunque tal vez una cosa sea que jueguen todos juntos y otra muy diferente que dos o tres de ellos ingresen en el equipo titular. El Scratch es sólido en defensa, tiene ¡tres! arqueros brillantes, tiene como eje de la marca en mitad de cancha a un jugadorazo con técnica de delantero como Casemiro, tiene a un goleador como Richarlison y a un as del desequilibrio individual como Vinicius, y por si fuera poco vuelve Neymar: es muy difícil así. Los coreanos del sur, por su parte, emergieron del grupo más parejo de todos como escoltas de Portugal, al que derrotaron con una jugada final inolvidable, y apuestan a conmover al mundo con su fútbol como ya hicieron con su música, su cine y su cocina. Esto pinta más difícil.
DÍA 14 / SÁBADO 3 DE DICIEMBRE
Y los octavos de final empezaron por fin con el encuentro entre las selecciones de Estados Unidos y los Países Bajos y la ejecución de sus himnos, momento en el que extrañamos a Enrico Pallazzo. El viejo zorro de Louis Van Gaal se reservó la carta del contragolpe cediendo la pelota y el terreno al bisoño equipo norteamericano, cuyo orden e intensidad van parejos con su falta de capacidad técnica para fabricarse espacios con gambetas o paredes frente a un rival que lo espera. Además los nerlandeses marcaban la salida norteamericana para que, por descarte, recayera en el limitado central Zimmerman: no por nada John Lennon ya nos había dicho que no creía en él. A Van Gaal casi le sale mal de entrada, con una clara situación de gol de Pulisic que salvó Noppert, el muy alto arquero de los Países Bajos, pero el planteo era inteligente: en el primer ataque serio llegó el gol de Depay. La presión de los norteamericanos se fue diluyendo a medida que avanzaba el período inicial, y sobre su fin llegó el 2-0, por obra de Blind.
El complemento comenzó igual, pero fue poniéndose más interesante a medida que se agotaba el tiempo. El arquero yanqui Turner tuvo dos tapadas sucesivas espectaculares ante sendos remate de Koopmeinder y Depay. Los defensores nerlandeses despejaron dos veces en la línea de gol, con Noppert vencido. Faltando 15 minutos para el final, un afortunado remate de taco de Wright le dijo al suspenso que todavía no se fuera del estadio, que todavía tenía su lugar. Parecía que se venía el empate, parecía que se confirmaba que no hay partidos terminados antes de tiempo en esta Copa, pero apenas cinco minutos después Dumfries sentenció el encuentro. Adiós invicto de Estados Unidos, adiós representativo norteamericano, a seguir trabajando: dejaron una muy buena impresión pero, tal vez, nunca los norteamericanos se fueron tan rápido de un país del Medio Oriente. Mientras tanto, Países Bajos espera en cuartos de final a....
... Argentina, que derrotó a Australia por un engañoso 2-1 que debió ser un cómodo 3-0 y estuvo al borde de ser un 2-2. ¿Que cómo fue eso? El partido arrancó con una asfixiante presión alta australiana y una marcación por momentos áspera. Argentina apostó a la paciencia, un poco porque no le quedaba otra ante la actitud del rival, y otro poco porque el impacto físico de la sucesión de partidos se empezaba a sentir. Promediando el primer tiempo hasta empezó a animarse Australia ante la impotencia de los campeones de América, pero a los 35 minutos Messi abrió el marcador con un remate muy justo y el partido se le comenzó a abrir a Argentina. Por cierto: era el noveno gol de la Pulga en Copas del Mundo, con los que superaba a Diego Maradona y quedaba a un tanto del máximo artillero connacional en estos campeonatos, Gabriel Batistuta, y además, sorprendentemente, su primer gol en fases de eliminación directa en tales torneos.
El segundo tiempo comenzó con un cambio muy rápido, el de Lisandro Martínez por el Papu Gómez, golpeado: inteligentemente, Scaloni armó una defensa de tres jugadores y liberó a los laterales para la ofensiva. Un sofocón de Dibu Martínez tras un mal pase atrás de Otamendi recordó al mundo del fútbol los peligros de una interpretación fundamentalista de la mera táctica de salir jugando del fondo, y quien hubiera debido tomar nota es el arquero australiano Ryan, que cuatro minutos después se enredó con la presión de De Paul y le terminó regalando el gol a Julián Álvarez: 2-0 y todo listo para un show argentino. Bueno, puede fallar: los limitados pero tesoneros australianos descontaron con un afortunado remate totalmente fuera de contexto de Goodwin, que se desvió en Enzo Fernández y descolocó a Dibu Martínez. Cinco minutos después, un jugadón maradoniano del lateral Behich, gambeteando argentinos uno tras otro hasta enfrentar a Dibu, fue salvado por un despeje de Lisandro Martínez que se debería haber gritado como un gol, o al menos igual que el bastante vendehumo quite del oriental Valverde en mitad de cancha en el partido contra Corea del Sur. A Argentina la salvó un gran partido de su defensa y uno más de los tantos días extraordinarios de Lionel Messi, cuidando la pelota cuando hacía falta, apilando rivales como en sus mejores días de juventud, regalándole un gol al ingresado Lautaro Martínez para una reivindicación que no se produjo, rematando a colocar y fallando por poquito. El gol que cerrara el partido estaba al caer... pero esto es fútbol, y en la última jugada del encuentro al juvenil Kuol le quedó el empate servido, y Dibu se hizo más grande que nunca para bloquearle el remate. Con atajadas así se ganan Mundiales. Con entrega como la de De Paul, que había tenido un par de partidos iniciales pobrísimos, también. Hoy la noche templada será festejo en toda Argentina, marcará para siempre que las Copas Mundiales son para esta época del año. Lástima que nunca más pasará. Linda la tradición de junio y julio, pero esto es mil veces mejor. ¡Cómo vas a comparar!
Los octavos de final continúan el domingo al mediodía de Argentina con el encuentro entre Francia y Polonia, presumiblemente el más desparejo de la fase. Francia además llega descansada porque el entrenador Deschamps alineó a todos los suplentes que pudo en el último partido de primera fase, el de la derrota ante los franceses hijos de tunecinos. A Polonia la vimos replegarse sobre su área para defender un 0-2 ante Argentina, y por cierto deficientemente. Hay un antecedente por la Copa de 1982, la victoria de Polonia en el encuentro en que se disputaba el tercer puesto, pero aquella Polonia no sólo era otra desde el punto de vista de su organización política y socioeconómica comunista: era una selección que estaba entre las mejores del mundo en ese entonces. Y no sé si los Lato, Boniek, Buncol, Zmuda, Szarmach o Smolarek de hoy no golearían a esta selección polaca, aún dando la ventaja de ser todos sexagenarios o septuagenarios y de que Smolarek hace una década que está muerto.
Para coronar un domingo de Copa Mundial, a las 16 llega el turno de Inglaterra y Senegal. Los ingleses ostentan la mejor campaña hasta el momento de las 32 selecciones participantes en el campeonato, y tienen un plantel riquísimo en estrellas, sobre todo del medio hacia adelante. Los senegaleses se quedaron sin su estrella Mané al filo de la Copa, y tal vez ya se den por hechos con llegar a octavos de final: si eso los relaja de más o los libera se verá una vez más, como diría Angelito Labruna, sobre el verde césped.
DÍA 13 / VIERNES 2 DE DICIEMBRE
La jornada de cierre de la primera ronda abrió con los dos partidos del Grupo H, los encuentros entre Portugal y Corea del Sur, dirigido por el argentino Facundo Tello, y Uruguay y Ghana. Los portugueses empezaron ganando enseguida con gol de Ricardo Horta, quitándole aparentemente todo interés a ese duelo. (Grave error). En el otro pasaba lo contrario: pintaba que no había que perderse un segundo, porque al referí alemán Daniel Siebert se le ocurrió inventar de la nada un penal a favor de Ghana, por supuesta falta del arquero Rochet al siempre peligroso Kudus. Cualquier mano es penal, cualquier contacto es falta: lo que es cualquiera es el criterio para arbitrar en esta Copa Mundial. Pero por suerte para los orientales la ejecución de André Ayew fue una de las peores de las que se tenga registro, para festejo en especial de Valverde, que se lo gritó al mismísimo Siebert. Uruguay pareció fortalecido con la incidencia, y salió a buscar más decididamente el gol: Salisu evitó sobre la línea un gol de Darwin Núñez, una más de las repetidas fallas de la defensa ghanesa terminó en gol de De Arrascaeta, y el propio jugador del Flamengo aumentó con un golazo seis minutos después. La clasificación parecía encaminada para Uruguay, y no asustó tanto como debiera el empate surcoreano, obra de uno de sus genéricos defensores Kim tras un rebote en un tiro de esquina. Llegó el entretiempo, y los espectadores estábamos satisfechos con el espectáculo ofrecido por los cuatro equipos. No sabíamos que faltaba lo mejor.
Corea del Sur estaba a un gol de clasificar, Uruguay a un gol de obligar a los surcoreanos a tener que ganar por dos tantos de diferencia. El destino empezó a jugar sus cartas una a una. Siebert se negó a sancionar penal ante una presunta falta de Amartey sobre Darwin ni ante un llamado del VAR, una falta que era, de mínima, mucho menos discutible que la de Rochet que sí sancionó. Fernando Santos empezó a dar descanso a algunos de los mejores jugadores portugueses, Diego Alonso remplazó a su goleador De Arrascaeta por más que otro gol le daba una ventaja casi decisiva, y el reloj se fue acercando lentamente al fatídico primer minuto adicionado por Tello. Entonces el vengador enmascarado Son Heung-Min recogió un rebote luego de un tiro de esquina a favor de Portugal y emprendió una corrida memorable de 70 metros hasta que, rodeado por cuatro rivales, hizo la pausa justa para dejar solo frente al arquero Diogo Costa a Hwang Hee-Chan, que marcó el gol de la victoria y de la impensable clasificación del equipo de la tierra del K-pop, donde seguramente será recordado como es recordado en Argentina el bastante parecido gol de Maradona y Caniggia a Brasil en Turín en 1990. A Uruguay le quedaban diez minutos para marcar el tercer gol que no había podido convertir en casi una hora de juego, pero chocó contra una enorme atajada de Ati ante un cabezazo de Cavani, contra su propia impericia para pensar con la mente fría en tiempo de corazones calientes, y contra la locura que lo invadió cuando Siebert tampoco cobró penal ante una falta contra Cavani que, la verdad, pareció más bien una avivada del delantero del Valencia, sólo que se han señalado penales aún más flojos de papeles, incluso en este mismo partido. Tal vez a Uruguay le facturaron haber eliminado a Ghana en 2010 con la famosa salvada de Luis Suárez con la mano: algo así como una sobreactuación del juego limpio. Andate a cagar, FIFA.
Portugal se convirtió así en el nuevo miembro del club que fundara Argentina y la uniera con España y Francia, el de los candidatos que clasifican pese a perder un partido en fase de grupos ante un rival mucho más débil. Ghana se volvió a casa pensando en que necesita defender tan bien como ataca. Corea del Sur apenas puede creer su suerte, y ahora se prepara a jugar un encuentro de octavos de final ante ¡Brasil! Y Uruguay enfrenta el final del ciclo de varios héroes como Cavani, Luis Suárez, Godín, Muslera, Coates, Cáceres, por no hablar del avaro insensato de Diego Alonso: un sueño de toda una vida, dirigir a la selección de tu país, convertido en poco más que un interinato de un año. Desde este portal avisamos a Marcelo Gallardo y el Tigre Gareca que se aseguren de tener buena señal en sus smartphones en los próximos días.
A la tarde se cerraba el Grupo F, con los suplentes de Brasil enfrentando a Camerún y un Suiza - Serbia muy picante porque, aparte de definir un clasificado, enfrentaba a los serbios con una selección repleta de hijos de emigrados en la que descollaban dos descendientes de kosovares, Xhaka y Shaqiri: las heridas de las guerras tribales que desintegraron Yugoslavia no han cicatrizado en dos décadas. Los dos partidos fueron electrizantes. Serbia por fin pudo contar con el juventino Vlahovic, que venía de una lesión, y el goleador pagó con un gol importantísimo, para pasar a ganar 2-1 tras un gol inicial de Shaqiri y el empate de Mitrovic. Sólo que los suizos no se quedaban atrás: empataron al cierre del primer tiempo a través de Embolo y desequilibraron el marcador en su favor con un gol de Freuler. En eso llegó una noticia conmocionante: el gol de Aboubakar para Camerún, que ganaba 1-0 después de haberse salvado no menos de media docena de veces de que Brasil se pusiera al frente en el tanteador. Un gol más de Suiza o de Camerún hubiera producido el inesperado, demencial resultado de que Brasil fuera segundo de los helvéticos. Hasta para este Mundial de locos era una locura demasiado grande, y no sucedió. Sí hubo más goles desperdiciados por los brasileños y un par de amagos de riña general entre los kosovares de casaca suiza y los serbios por las cuitas balcánicas de ayer, de hoy y de siempre. Si hay una próxima guerra del fútbol, seguro va a estallar en el sudeste de Europa. Ah ¡sumemos a Brasil al club de Portugal, Argentina, España y Francia, clasificados y candidatos pero con una derrota medio papelonera en fase de grupos!
Mañana ¡ya comienzan los octavos de final! A las 12, se enfrentan las selecciones de Estados Unidos y los Países Bajos. De todos los partidos de esta fase, parece aquel en el que sería menos sorpresivo un eventual batacazo, dicho esto con las reservas a las que nos obligan algunos resultados insólitos. El progreso de los norteamericanos parece haber alcanzado, tras muchísimos años y miles de millones de dólares gastados, el punto en que hay que tomarlos en serio, y los nerlandeses pasaron de ronda sin brillar en un grupo bastante flojito. Pero con nombres como Gakpo, De Jong, De Ligt, Van Dijk, incluso un físicamente disminuido Memphis Depay, que su rival ni sueña igualar, el favoritismo está del lado de los naranjas.
A las 16, llega la hora de un Argentina - Australia que, por suerte para nosotros, es un partido de fútbol y no de rugby o hóckey sobre césped, donde perdemos seguido. Lo más cercano a un antecedente es aquel doble duelo de 1993 por el repechaje rumbo a la tristemente célebre Copa Mundial de 1994, aquel de la selección de Basile intervenida por Julio Grondona con oportuno empleo de Maradona y Balbo, aquel del café veloz y del involuntario desnudo frontal televisado del Colorado MacAllister en una nerviosa madrugada de domingo. Aquellos días la selección de Australia alineó a Graham Arnold de delantero, que es hoy su entrenador. Y promete dar más sorpresas con este representativo de una federación con disforia geográfica: están ahí nomás de la Antártida y son parte de Oceanía pero están afiliados a la federación continental de Asia.
De dar crédito al periodismo deportivo argentino, algo que conviene no convertir en hábito, Di María no está bien físicamente. ¿Quién lo remplazará? Entre la ansiedad de los medios acreditados y la guerra de fake news que Scaloni le plantea a los entrenadores rivales nos quedamos con la seguridad de que Argentina alineará a once futbolistas, y que es favorita ante un adversario empeñoso y ordenado, pero que ante el único rival poderoso que enfrentó, Francia, se comió cuatro goles. Igualmente, ante el último rival asiático que jugamos perdimos, les recuerdo: fue hace diez días.
DÍA 12 / JUEVES 1o. DE DICIEMBRE
Al mediodía la clausura del Grupo F nos proponía dos partidos interesantes: el que enfrentaba a Marruecos y Canadá, y el duelo entre el subcampeón 2018, Croacia, y el tercero, Bélgica, segundo además en el ránking de la FIFA, futbolero escalafón de cuya validez sospechará el lector antes de que acabe este mismo párrafo, si no es que no lo hacía antes. A los 10 segundos de juego ya hubo una situación clara de gol para Croacia, a los 4 minutos Ziyech ya había puesto en ventaja a Marruecos aprovechando un error grosero del arquero Borjan, y esa intensidad fue la tónica de ambos partidos. Croacia dominó pero los belgas emparejaron, y en el segundo tiempo fueron un alud hacia el arco de Livakovic, lo que no significó que Courtois no sufriera en los contragolpes. El palo, el arquero croata, un quite colosal de Gvardiol, un día en el que Lukaku agotó las posibilidades del infortunio, le negaron a Bélgica el gol que hubiera evitado que varios de sus grandes jugadores se despidieran para siempre de las Copas del Mundo en un partido de fase de grupos. El 0-0 es injusto pero porque los dos equipos merecieron concretar aunque sea un par de todas las oportunidades de gol de las que dispusieron. Los subcampeones croatas sostuvieron el concepto universal de que es un equipo al que es mejor evitar: la paradoja es que lo deberá sufrir la mejor selección del Grupo E, porque con el empate los croatas terminaron segundos de...
... Marruecos, que venció 2-1 a una Canadá que demuestra buenos fundamentos pero a la que le falta calidad individual y pornerle fin a la fiesta de cumpleaños en la que su defensa vivió la Copa, que fue claramente su punto débil. A los 23 del período inicial los marroquíes ya tenían dos goles de ventaja, y más allá del descuento a los 40 gracias a una jugada desafortunada de su defensor Aguerd, su triunfo nunca pareció correr riesgo. Marruecos entero festeja haberse coronado como el mejor en un grupo con dos de los tres mejores equipos de la Copa anterior. Por lo pronto, África se asegura dos equipos entre los dieciséis que definirán el certamen mundial, repitiendo la marca de 2014, y todavía puede mejorarla a través de Ghana y Camerún, aunque es más fácil decir eso que conseguirlo. Canadá puede irse de Qatar sabiendo que tiene una buena base, pero que todavía tiene que trabajar mucho si quiere hacer un buen papel en la Copa que coorganizará en 2026.
A la tarde cerraba la zona E, con los partidos entre España y Japón y entre Alemania y Costa Rica. Es imposible entender la locura que fueron esos dos partidos si no se los cuenta en paralelo. A los once minutos de comenzados ambos encuentros, las dos selecciones europeas ganaban bien 1-0, encaminaban su clasificación, y parecía que todo lo que restaba era una competencia entre ambas por comprobar cuál de las dos convertía más goles. Así se fue el primer tiempo, con algunos momentos en los que los chavales españoles parecieron no tomarse muy en serio al rival. El segundo tiempo arrancó con el rápido empate de los japoneses, cuyo corazón está fuera de toda duda: Doan aprovechó el enésimo exceso de suficiencia de los defensores españoles. Pero allí no se detuvieron: fueron agresivamente a buscar la victoria, y a los 6 desnivelaron con una jugada polémica: ¿la pelota no había salido íntegramente del campo antes del esforzado centro de Doan para el gol de Mitoma? Para ese momento, Japón se adjudicaba el grupo y relegaba a España a la condición de escolta. Y no sólo eso: eliminaba a Alemania.
Unos pocos minutos después un contragolpe costarricense empató el partido, hundiendo aún más a los teutones pero sin cambiar los equipos clasificados. Eso sucedió a los 25 del complemento: un nuevo gol de Costa Rica en una jugada confusa en el área chica adversaria dejó ¡a los costarricenses segundos y a españoles y alemanes, cuatro títulos mundiales y seis continentales entre ambos, eliminados! El mundo del fútbol se vio conmovido hasta sus cimientos por tres minutos, los que demoró Haverz en empatar, gol que no mejoraba mucho la situación de su equipo pero sí bastaba para volver a ubicar a España en el segundo puesto de la zona, relegando a los centroamericanos ¡por diferencia de gol! A partir de entonces, la vergüenza de los alemanes los llevó a ponerse 4-2, pero los goles que necesitaban ya no los tenían que marcar sus futbolistas sino los de Luis Enrique, así como el mencionado gol de Haverz había sido el de la clasificación de España. Para ese entonces los peninsulares monopolizaban la pelota; las estadísticas finales marcaron un tan asombroso como ineficaz 82 % de posesión. El final del duelo hispano - japonés proyectó a los vencedores al primer puesto de la zona, a los derrotados a un segundo lugar que tal vez no lamenten demasiado a juzgar por los rivales que le propone, y a los alemanes a su segunda eliminación en primera ronda consecutiva, un fracaso que con certeza se hará sentir. Una vez más Enttäuschung, Fehler und Frustration! ¿La Maldición del gol de Götze, la Maldición del Maracaná acaso, un trabajo de una bruja brasileña en venganza por el 1-7? ¿No era que los europeos armaron la Copa Europea de Naciones porque no necesitaban jugar amistosos ni contra Brasil o Argentina? ¿Ni siquiera les hacía falta tener referencias de cómo era enfrentar a Marruecos, Japón o hasta los Estados Unidos? No vaya a ser que a partir de 2023 nos vengan a pedir por favor a los sudamericanos que juguemos algún amistoso con ellos...
Para mañana tenemos a primera hora Corea del Sur - Portugal y Ghana - Uruguay, la definición del Grupo H. Los portugueses, clasificados, sólo pueden perder el liderazgo de la zona por una derrota ante los surcoreanos y una goleada ghanesa ante Uruguay, dos resultados no muy probables. La clasificación de los otros tres depende de carambolas con, básicamente, victoria propia y resultados ajenos, y además a Ghana la beneficia un empate y que Portugal no se deje vencer: con ese enfoque básico se pueden prever los planteos de los cuatro. El partido a ver está claro: es el de nuestros vecinos rioplatenses. A ver si estás a la altura, bó, a ver si te sacás ese complejo de equipo chico propio de épocas mucho menos felices que éstas. Dale Uruguay, que si pasás tenés la chance de volver a enfrentar a Brasil en una Copa del Mundo.
Finalmente, en la tarde del viernes, se cierra el Grupo G y con él la fase de grupos, una forma de felicidad hecha de partidos a cada rato y todos los días que extrañaremos por tres años y pico. Brasil - Camerún tiene el atractivo de un improbable batacazo africano pero, más bien, el de ver a este equipo de Brasil lucirse y disfrutar de sí mismo, y Suiza - Serbia es el verdadero partido a mirar: los suizos, que llevan siglos viviendo de cálculos y de especular, tienen dos resultados a favor, y a los técnicamente muy buenos serbios sólo les sirve la victoria. Todo nos indica que será un cierre digno a una primera fase con muchos partidos entretenidos gracias a una paridad notoria. En octavos de final ya tendremos oportunidad de ver qué seleccionado es el que está listo para dar el salto de calidad que distingue a los verdaderos candidatos.
Stephanie Frappart
DÍA 11 / MIÉRCOLES 30 DE NOVIEMBRE
Abriendo la jornada de competencia, por el Grupo D se jugaron Francia - Túnez y Dinamarca - Australia. De mantenerse los empates iniciales, Francia ganaba el grupo y Australia era segunda. Fue así que Dinamarca salió al ataque desde el minuto inicial, y casi todo el partido se jugó en el campo australiano, aunque eso no significó que abundaran situaciones de gol. El otro encuentro era casi un partido entre franceses, porque los tunecinos alinearon de entrada seis jugadores nacidos en Francia pero que eligierron representar a la tierra de sus padres o abuelos. Deschamps le dio descanso a nueve titulares y se notó, porque ese once improvisado jamás pudo controlar el partido, que dependió en todo momento de que los tunecinos se las arreglaran para concertar una jugada que terminara con su primer gol en el torneo. A los 13 minutos del segundo tiempo un arresto individual de Khazri marcó el 1-0 para los norteafricanos y los clasificaba a octavos de final por primera vez en su historia, pero casi no hubo tiempo para que lo disfrutaran porque, enseguida, una corrida solitaria y una definición exquisita de Leckie pusieron en ventaja a Australia.
A partir de ahí, los dinamarqueses dependían de marcar dos goles para clasificarse, los tunecinos de que se produjera uno solo de esos goles, y los australianos de que no hubiera ninguno. Mientas tanto Deschamps empezaba a hacer entrar titulares uno tras otro, de Griezmann a Mbappé, porque una cosa es descansar jugadores y otra es perder un partido, aún si perder o ganar no hiciera ninguna diferencia. Los tunecinos se defendían como podían mientras rogaban por el gol que necesitaban en la otra cancha. Schmeichel fue a cabecear en un par de tiros de esquina a favor, sin recompensa, como casi siempre. Griezmann mandó la pelota al fondo de la red en la última jugada del encuentro, pero no fue gol por un fuera de juego determinado correctamente por el VAR: uno de esas infracciones que son evidentes... pero sólo en la repetición de la TV. Punto a favor para el discutido sistema, por una vez. Francia terminó ganadora de su grupo, con una derrota que le demostró que sus suplentes no están a la altura de sus titulares, al menos si varios de ellos juegan juntos. Australia festeja estar clasificada por segunda vez en su historia a octavos de final, Túnez puede vanagloriarse de haber derrotado al campeón del mundo y haber rozado el milagro de pasar de ronda en un grupo durísimo, y los prolijos pero poco efectivos dinamarqueses terminan insólitamente últimos y con un solo punto. Los Mundiales a veces dan sorpresas, y éste también aporta una certeza: no se podrá negar que es un campeonato muy entretenido.
A las 16 horas de Argentina llegó la definición del Grupo C. Messi y sus escuderos necesitaban ganarle a Polonia para no depender del otro partido, y salieron decididos a hacerlo. Volvió la presión implacable al rival, que se hizo extrañar en los dos primeros partidos. Volvió la movilidad en ofensiva, otra ausencia imprevista. Jugó bien De Paul, una novedad en esta Copa. Enzo Fernández de volante central y Julián Álvarez en el ataque justificaron sobradamente su aparición en el equipo titular, se afirmó Alexis MacAllister, Otamendi y Romero anularon a nada menos que Robert Lewandowski, nadie desentonó, y que el primer tiempo terminara 0-0 pareció un exabrupto, más allá de la sobresaliente actuación del arquero Szczesny, que incluyó atajarle a Messi un penal muy mal sancionado. ¡Si la infracción de Szczesny a Messi era falta, también deberían haberlo sido la de Neuer a HIguaín, la de Weverton a Paulo Díaz o hasta la caricia de Pinola a Benítez, para nombrar polémicas que conocemos todos! Simultáneamente México y Arabia Saudita también igualaban sin abrir el marcador, y todo estaba como era entonces.
En el segundo tiempo, Argentina desequilibró al minuto de juego, por una gran jugada entre los ex Boca Molina y MacAllister, y a partir de ese momento fue cuestión de ver cuántos goles más iban a llegar. En el otro partido, que nadie que no fuera saudita o mexicano estaba mirando, Henry Martin y Luis Chávez pusieron en ventaja a su representativo y a tiro de clasificación con un par de goles más, fueran mexicanos o argentinos. Otra gran jugada. esta vez entre los ex River Enzo Fernández y Julián Álvarez, puso a Argentina 2-0 arriba y a los del Tata Martino a un gol de clasificar. ¿Polonia? Más allá de un cabezazo de Glik apenas desviado como única jugada de peligro en todo el encuentro, cuidó el 0-2 (!) demostrando una fe tal vez fuera de lugar en la calidad de la defensa saudita. Pero si faltaba un gol más en esa zona no iba a ser ni de Argentina, que se perdió dos o tres, ni de México, que no pudo, ni de Polonia, que no sabía cómo, sino de Arabia Saudita. Así, Argentina terminó envalentonada y ganadora de la zona, Polonia clasificada a octavos de final pese a ser el peor equipo de los cuatro y el peor de los dieciséis que decidirán la competencia, México evitó su karma con la eliminación en octavos de final fracasando en alcanzar esa instancia, y Arabia Saudita muy feliz de haber competido de igual a igual siempre y de haber conseguido la victoria más importante de su historia.
Mañana a las 12 la Copa Mundial nos propone Croacia-Bélgica y Canadá-Marruecos, para clausurar un Grupo F más cerrado de lo que podía presumirse, al menos si uno confía mucho en el nombre de las selecciones o de los futbolistas. Con sendos empates clasifican croatas y marroquíes, en ese orden, así que los belgas están obligados a vencer. Pero una victoria belga clasifica a Croacia sólo si a la vez hay un triunfo de Canadá, así que en el campamento de los subcampeones mundiales vigentes tampoco hay espacio para jugar el partido con excesiva suficiencia. Los canadienses no merecen irse de esta Copa sin un punto, pero los dioses del fútbol no suelen condescender a la contemplación de merecimientos.
Y a la tarde, por el Grupo E, llega el turno de los duelos España-Japón y Alemania-Costa Rica. Ni japoneses ni alemanes se repusieron de la conmoción del debut: los orientales desperdiciaron la ventaja de una victoria histórica al perder en forma increíble el partido siguiente contra el rival más débil del grupo, y los europeos empataron ante España pero estuvieron lejos de parecerse al brillante equipo de la primera hora del encuentro ante Japón. Insólitamente, España puede quedar eliminada si pierde 0-1 o por dos goles de diferencia ante Japón y los alemanes repiten o superan el 7-0 español a Costa Rica en el primer partido de la zona. Todo está dado para que España se adjudique el grupo y Alemania la escolte, un resultado acorde a las expectativas. Se daría un resultado esperable... insólitamente, para lo que vimos. La verdad, una vez más, sobre el verde césped.
El partido entre costarricenses y alemanes ofrece además una circunstancia histórica: Stephanie Frappart, francesa, será la primera mujer en arbitrar un encuentro por una Copa Mundial de equipos masculinos mayores de fútbol. Que lo haga en Qatar tampoco es para pasar por alto.
DÍA 10 / MARTES 29 DE NOVIEMBRE
Y terminó la competencia en el Grupo A. El encuentro entre Senegal y Ecuador comenzó con predominio de los africanos, que se fue diluyendo rumbo a uno de esos empates que son marca de fábrica de los equipos de Gustavo Alfaro. Al mismo tiempo, la selección de los Países Bajos se tomaba con calma su trámite ante la de Qatar. La diferencia abismal entre los dos equipos no se notó en el marcador hasta que promedió el primer tiempo, cuando Gakpo marcó su tercer gol en el campeonato tras una linda pared con Klaasen entre los conitos con la casaca catarí. Al cierre del período inicial Ismaila Sarra marcó un golazo de penal, falta bien cobrada (¡pedí un deseo!) y así Ecuador se veía fuera de octavos de final. En el complemento, el elenco de Alfaro salió decidido a empatar el partido y Senegal repitió el error ecuatoriano del primer tiempo: intentar manejar el trámite cediendo la pelota, algo que ninguno de los dos equipos hizo bien. Tanto que empató Ecuador con un gol de Caicedo tras un tiro de esquina, y la clasificación cambiaba de manos. Senegal volvió a la carga y desniveló enseguida a través de Koulibaly, en otra jugada de pelota parada. En los últimos minutos los sudamericanos se quedaron sin ideas y llenaron de centros el área de Mendy, sin modificar el marcador. Mientras tanto, una gran jugada colectiva nerlandesa había terminado en gol de De Jong, así que Países Bajos se adjudicó la zona, Senegal clasificó segundo, Ecuador se volvió a su casa y Qatar obtuvo la certificación oficial de haber cometido el papelón más grande de un local en Copas del Mundo. Las butacas vacías en los estadios a pesar de concurrencias engrosadas a fuerza de ¡hinchas pagos! demuestran que no parece importar demasiado. En cuanto a sus futbolistas, tal vez los desarmen, como al estadio 974 y sus contenedores.
Más tarde cerró el Grupo B, con el resultado lógico: Inglaterra primera, un competidor genérico segundo que fue Estados Unidos, y los otros dos armando las valijas antes de los diez días de competición. Los galeses alcanzaron a mantener la engañosa igualdad unos cincuenta minutos, hasta que Rashford marcó el primer gol de tiro libre de la Copa, regalaron el segundo en la jugada siguiente, recibieron un tercero cuando aún quedaban casi medio tiempo, y se salvaron de una goleada bochornosa. Inglaterra se afirma como candidato a fuerza de goles, aunque el empate con Estados Unidos y los dos goles que recibió de los limitados iraníes son otros tantos signos de alerta. Por ahora, con lo mostrado alcanza. Por ahora.
En el otro duelo de la zona, los norteamericanos se pusieron en ventaja con gol de Pulisic en un encuentro parejo, en el que al menos mostraban intención de ir al frente. Irán salió en el complemento a buscar el gol que lo dejara en carrera, algo que nunca llegó. El pueblo iraní seguramente tiene cuestiones más importantes de la que preocuparse que esta eliminación en primera ronda.
Mañana, por el Grupo D, se cruzan al mediodía argentino Francia-Túnez y Dinamarca-Australia. Los franceses, ya clasificados, probablemente se tomen el partido como excusa para hacer reposar a los más cansados y darle rodaje a los que necesitan jugar. Los tunecinos, por su parte, necesitan ganar y esperar un empate en el otro partido: la parte más difícil es la que depende de ellos. (A menos que los galos experimenten un inesperado sentimiento de culpa con su pasado de metrópoli colonial, y decidan regalar el resultado. Hay muchos tunecinos y sus descendientes en Francia, además: sería como clasificar a un segundo equipo francés, uno que represente a sus arrabales). En el otro encuentro, los dinamarqueses necesitan ganar, a los australianos les sirve el empate salvo una poco esperable victoria tunecina, y el desarrollo parece predecible. Los nórdicos son favoritos, pero por cierto ya se demostraron incapaces de derrotar a los tunecinos en el debut. Todo depende de Eriksen, Schmeichel y su gente.
A las 16, a sufrir con el Grupo C: Argentina-Polonia y Arabia Saudita-México. Decía Wimpi, citaba Dolina y nos vemos obligados a recordar aquí que la ilusión no es un pagaré. En este portal no nos asustan los ordenados aunque muy timoratos polacos: nos asusta lo poquito que vimos de Argentina hasta ahora. Habrá que saber sufrir, relojear el marcador del otro partido, y esperar una iluminación de nuestro gran trío de ataque o, por una vez, una del entrenador, que se anime a poner en el verde césped a los que están bien y no a los que le dieron una Copa América hace ya un largo año y medio. Para De Paul el partido tiene aspecto de última oportunidad: esperemos que su presencia no implique, con la ausencia de algún futbolista de presente más calificado, la última oportunidad de la selección toda. Soltate, calmate, animate, Rodrigo; también dependemos todos de un buen partido tuyo. Argentina es favorita, pero asintomática.
Los sauditas clasifican ganando, los mexicanos necesitan ganar y chequear el resultado del otro partido para saber si además necesitan golear: puede salir un encuentro vibrante, sólo que estaremos mirando el otro. (Salvo que nos haga sufrir tanto que la ansiedad nos obligue a huir hacia este duelo de equipos de casaca verde). Recuerdo al pasar las burlas en redes sociales de argentinos a mexicanos: sólo quisiera sañalar que una clara victoria de México y una derrota o aún un empate argentino nos eliminan en primera ronda. Vibras de 2002, fuera.
Detalle estadístico interesante: en la Copa de 2018 había seis clasificados a octavos de final y ocho eliminados al final de la segunda fecha de la fase de grupos. En 2014, cinco clasificados y cinco eliminados. En este campeonato, hay apenas tres clasificados y dos eliminados. Refleja una sensación que quienes vimos la mayoría de los partidos ya teníamos: la gran mayoría de los partidos son parejos, creo que porque subió el nivel de los equipos más flojos. Que son, primero y lejos de los demás, Qatar, un fracaso millonario; y en segundo orden, Costa Rica, Gales, Australia e Irán. Canadá bien puede terminar el torneo con menos puntos que alguna de esas selecciones, pero mostró un buen funcionamiento y muchos buenos minutos ante adversarios tan calificados como Bélgica y Croacia, y no creo que merezca formar parte del pelotón de los reprobados con entusiasmo.
DÍA 9 / LUNES 28 DE NOVIEMBRE
Los dos partidos con menos cartel del día fueron entretenidísimos, gracias a que se enfrentaron buenos ataques con defensas flojitas. Por el Grupo G, Serbia y Camerún terminaron 3-3, con ambos equipos alternándose en la ventaja parcial, y con una reacción final camerunesa que hizo honor a su mote de Leones Indomables. El tercer gol de Serbia fue una obra de arte de su ataque, con Mitrovic coronando un festival de pases; el segundo de Camerún fue una definición exquisita de Aboubakar, haciendo pasar de largo a un defensor y picándola por sobre el arquero Milinkovic-Savic, y fue salvado por el VAR, porque el juez de línea lo había anulado erróneamente por fuera de juego. ¡Contémosle todas al VAR, para ser ecuánimes! Los europeos sintieron el golpe del 3-3 de Choupo-Moting, y el resultado terminó siendo justo. No le convino a ninguno de los dos: a Camerún le resta un partido de pesadilla ante Brasil, a Serbia un duelo con Suiza en el que sólo les cabe ganar. Los dos tienen que mejorar mucho en defensa.
Por la zona H Ghana derrotó 3-2 a Corea del Sur en otro partido vibrante, en el que estuvo en ventaja por dos goles, se dejó empatar y terminó ganando sin controlar casi nunca el juego: al menos tiene mucho gol, sobre todo con Kudus, que es algo que compensa casi cualquier deficiencia. ¡Igual sería mejor que no terminaran todos sus partidos con 2 o 3 goles en contra! Los coreanos del sur comprobaron, por su parte, que es más sencillo producir producir en serie bandas pop de línea de montaje que competir en una Copa Mundial. Pese a una arremetida final en la que se perdieron el cuarto gol antes del tercero, terminaron derrotados y muy frustrados. Esto vale para sus jóvenes hinchas y no sólo para ellos: bienvenidos al baño de realidad que son siempre los torneos mundiales de fútbol. Una Copa Mundial es mucho más difícil que cualquier torneo, mucho más que una Copa de Asia. O una Copa América.
Después llegó la hora de un cerradísimo Brasil - Suiza por el Grupo G. A Brasil le anularon un gol de Vinicius por un fuera de juego, una infracción milimétrica parecida a la que terminó en la anulación del golazo de Montiel contra Palmeiras en San Pablo en la semifinal de Copa Libertadores de 2020. ¡Karma vibes! El partido se la abrió a Brasil en el segundo tiempo, cuando Suiza se tiró definitivamente atrás. Cuando parecía que la ausencia por lesión de Neymar se pagaba caro, llegó el golazo de Casemiro. ¡La figurita verdaderamente difícil de este Mundial es la del seleccionado capaz de parársele de manos a este Brasil tan completo, técnicamente riquísimo y física y tácticamente inferior a nadie! Una última reflexión: en algún idioma que se escriba con ideogramas, la palabra para "morfón" debe ser la misma que para "Vinicius". Después nos ponemos de acuerdo si ese idioma es el japonés, el coreano o el minoico.
Para terminar el día se cruzaron Portugal y Uruguay por el Grupo H. El partido se planteó, previsiblemente, con un Uruguay esperando a Portugal y apostando a salir rápido de contragolpe. Entiendo que el entrenador Alonso, que tendría más claro que nosotros que un empate le caía mejor al rival que a su equipo, apostó a llegar al menos 0-0 a los 15-20 minutos del segundo tiempo y, a partir de ahí, dar el paso adelante con cambios, pero le salió hasta por ahí nomás, en razón de un gol de Bruno Fernandes que Cristiano Ronaldo, genio y figura, se quiso bolsiquear. Uruguay, lanzado al ataque, y Portugal, copiando el planteo cauteloso que el rival acababa de descartar, armaron un momento de partido en el que el empate oriental pareció cercano y era merecido: con un rebote en el área que capturó Luis Suárez y desvió apenas, y un remate de media distancia de Maxi Gómez que se estrelló en el palo izquierdo de Diogo Costa. Pero Portugal ajustó las marcas, la ofensiva uruguaya se fue diluyendo, y sobre la hora un penal mal sancionado marcó un 2-0 que clasifica a Portugal y obliga a Uruguay a vencer a Ghana. No lo hará sin atacar, Diego Alonso querido, basta de arquetipos míticos que en esta época no tienen razón de ser.
Mañana comienzan las definiciones. Por la tercera fecha del Grupo A, se enfrentan simultáneamente a las 12 Países Bajos y Qatar y Ecuador y Senegal. Los locales, ya eliminados, buscarán al menos despedirse de esta Copa sin un nuevo papelón. Los nerlandeses tienen todas las cartas para ganar el grupo, porque en el otro encuentro los ecuatorianos no enfrentan a una comparsa sino a los senegaleses, que necesitan una victoria para pasar de ronda. Un partido es mucho más parejo e interesante que el otro, pero en ese otro puede haber un festival de goles si los nerlandeses tienen ganas. El espectador sabrá qué hacer.
A las 16 se define el Grupo B: se enfrentan Inglaterra con Gales y Estados Unidos con Irán. Un empate en el partido entre seleccionados británicos y una victoria iraní deja a los asiáticos líderes de la zona y a Inglaterra segunda, y no son resultados disparatados, así que yo no estaría seguro con que está todo encaminado aquí. De todos modos lo más probable es un triunfo inglés para adjudicarse el grupo y que el segundo sea el vencedor del partido con más carga geopolítica de la Copa. Por lo pronto los iraníes, que cuentan con la ventaja de que les sirve el empate, ya ganaron en el partido por la Copa de 1998 en Francia. Y si se da el improbable batacazo de que Gales venza en su último partido por zona de grupos, se abre un panorama en el que puede pasar cualquier cosa.
Una última reflexión para ese comentario de fútbol audiovisual, verbal o escrito que suele reposar en ideas tan manoseadas como la técnica sudamericana, el orden táctico de los europeos o la inocencia de asiáticos y africanos: ¡así cómo no va a terminar casi todo el periodismo remplazado por una IA redactora en menos de una década!
DÍA 8 / DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE
¡Los nipones se asustaron de ganar y dejaron pasar el tren bala! En el primer partido del día y por el insólito Grupo E, los costarricenses patearon una sola vez al arco y se llevaron una victoria inesperada por 1-0, ante un equipo de Japón cuyo permafrost pectoral, o tal vez exceso de suficiencia post-victoria inaugural, le costaron carísimo. A Arabia Saudita tal vez le pasó lo mismo: así como hay equipos que pelean por no descender y le ganan a Boca o River y pierden la categoría al ser derrotados por literalmente cualquiera, así estos dos ejemplos asiáticos de no tener claros cuáles son los partidos que no se pueden perder. Además, dejar viva a Alemania una vez que la tenías en el piso...
Luego, por la zona F, se enfrentaron los algo veteranos pero casi siempre brillantes belgas ante los duros marroquíes, que perdieron a su gran arquero, el fanático riverplatense Bono, por una descompostura al filo mismo de comenzar el encuentro. Fue un partido muy parejo y trabado, en el que Marruecos casi se pone en ventaja por un gol de Ziyech correctamente anulado (¡pedí un deseo!) por intervención del VAR. En el segundo tiempo, animados ante el fracaso de los europeos por superar su vallado defensivo, se pusieron en ventaja con una jugada calcada de la del tanto anulado, un tiro libre de Sabiri desde un lateral en el que un atacante obstruye la visión de Courtois. La impotencia belga (no pun intended) fue coronada por un segundo gol de contragolpe sobre la hora, urdido entre Ziyech y Aboukhlal. El grupo quedó abierto a cualquier cosa, porque los canadienses no parecieron menos que ninguno de sus rivales y los croatas son siempre complicados. Este plantel de Bélgica, que se postuló a la consideración mundial en 2014, tuvo su punto justo en 2018 y en este 2022 parece en declive, algo que por cierto ya verbalizó nada menos que Kevin De Bruyne. Durísimo Mundial estamos viendo, competitivo a un nivel alto: el equipo que lo gane se llevará un título que vale muchísimo.
Al mediodía, por el Grupo F, se cruzaron croatas y canadienses. Los de América Bien del Norte se pusieron en ventaja con un gol madrugador de Alphonso Davies, el primero de su representativo en Copas Mundiales. Siguieron varios pasajes llamativos de dominio canadiense ante un rival calificado táctica y técnicamente, hasta que Croacia emparejó el trámite, empató por gol de Kramaric tras gran pase de Perisic, y desniveló por intermedio de Livaja. En el segundo tiempo amainó la tempestad física de los de Canadá y la diferencia de calidad individual se hizo notar: Kramaric marcó el 3-1 con un golazo, y sobre la hora Majer un exagerado 4-1. La victoria croata le permite encarar con tranquilidad un partido muy duro ante una Bélgica que se tiene que jugar el todo por el todo, y la derrota de Canadá suma un nuevo eliminado. Un detalle para anotar: el inglés John Herdman, entrenador de este muy inteligente equipo canadiense, que mostró bastante más de lo que dejan traslucir sus resultados, construyó su carrera dirigiendo equipos femeninos.
Un España - Alemania con, además, uno de los equipos que viene de golear 7-0 y otro de perder y necesitar un buen resultado ¿cómo no va a llenar el estadio? ¿Cómo no va a tener a la reventa ardiendo? ¿Qué hiciste, FIFA? Sí, el primer tiempo decepcionó un poco las elevadas expectativas, porque Alemania no podía llegar claramente al arco de Unai Simón y España, más allá de un remate hermoso de Dani Olmo que salvaron entre Neuer y el travesaño, pareció más interesada en tocar y dormir el partido que en ganarlo. Años de ver campeonatos de selecciones nos acostumbraron a que, si podés pisar a Alemania, pisala, jamás la perdones, ni aún a esta Alemania en la que la contratación de Pep Guardiola en el Bayern Munich pareció un símbolo de que algo se había roto. Siempre la Mannschaft comerció con la verticalidad, el despliegue, la tenacidad ¿pero el tiqui-tiqui? ¿Cuándo? Hasta me imagino un Studio Fußball con un Horst Hrubesch y un Berti Vogts indignados, pidiendo volver a "la nuestra". Enttäuschung, Fehler und Frustration!
El segundo tiempo arrancó con el ingreso de Morata, un centrodelantero clásico, y le salió bien a Luis Enrique para abrir el partido. O más bien corrigió un problema de falta de profundidad: uno se pregunta por qué se insiste con falsos nueve que le salieron bien a Guardiola en el Barcelona porque tenía a Messi y casi nunca más. Desde ahí los chavales se tiraron atrás, dejaron agrandar a Alemania, omitieron pisar la cabeza de un rival que se arrastraba en el piso... y Alemania empató, incluso esta Alemania descafeinada de esta tercera década del siglo XXI. Sí, empató Fullkrug, claro. España se perdió clasificar hoy mismo y dejar a un nombre histórico dependiendo de que los suplentes españoles no se dejaran derrotar por los japoneses para seguir en la Copa. Es como ir a tocarle el culo al karma: qué hiciste, España, no sabés a quién dejaste vivo. Tus chavales seguro que no, si tal vez ni se aten los cordones solos. Pero los mayorcitos... ay, España. Alemania, por su parte, lleva una sola victoria en sus últimos cinco partidos en Mundiales, y una derrota y un empate en dos partidos en una Copa Mundial, su peor desempeño junto con el de... 1938. Igual, es cuestión de derrotar a Costa Rica y esperar que los nipones no derroten a España. Qué te hicieron, Alemania. Si además jugaste una primera hora de Qatar 2022 brillante. Qué te hicieron, Alemania.
La fecha de mañana la abrirán tempranito Camerún y Serbia por el Grupo G, los dos derrotados en el debut. Se espera que los serbios, que jugaron contra Brasil en plan reducción de daños, den un paso al frente y demuestren que están en esta Copa para algo más. Los cameruneses demostraron estar algo por encima de las muy bajas expectativas que había en la previa, y es probable que planten resistencia. Luego llegará el turno de las selección de Corea del Sur y Ghana, por el durísimo y muy parejo Grupo H, con pronóstico reservado.
Al mediodía llegará el turno de un muy interesante Brasil - Suiza, ambos líderes en el Grupo G. Los antecedentes mundialistas, que raramente pesan salvo cuando son exteriorización de una diferencia de categoría constitutiva, muestran sorprendentemente que los suizos están invictos ante el Scratch, con un sensacional 2-2 de visitantes en 1950 y el 1-1 de 2018 en Rusia. Brasil pierde a Neymar por lesión, una vez más, pero ese plantel lleno de estrellas puede superar hasta semejante ausencia, y son claros favoritos ante un predecible cerrojo y un gran arquero como Sommer.
Cerrarán la jornada Portugal y Uruguay por el Grupo H, otro partido de pronóstico reservado. Los portugueses tuvieron un debut mucho mejor, pero mostraron algunas debilidades defensivas alarmantes, y los orientales aman llegar a los partidos de punto, hasta tal vez lo aman demasiado y más allá de si les conviene o no: a Uruguay lo suelen complicar mucho los partidos ante equipos más débiles, en los que está obligados a ser protagonista. De los dos equipos, por cierto, no es a Uruguay al que le queda mejor el empate. Si no se arma un partido trabado por sendos planteos cautelosos, puede llegar a ser muy entretenido.
DÍA 7 / SÁBADO 26 DE NOVIEMBRE
Me dicen que a las 7 jugaron Túnez y Australia, por un torneo mundial de fútbol en Qatar. ¿En serio? ¿Está chequeado eso? ¿Alguien estaba despierto el sábado a esa hora como para confirmarlo? Dicen que hubo un solitario gol de Mitchell Duke, que Túnez se arruinó la chance de clasificar porque ahora le toca apenas Francia, y que Australia puede ir por el milagro con Dinamarca, para el que le alcanza un empate. ¡Todo incomprobable!
A las 10, se enfrentaron por el Grupo C Arabia Saudita y Polonia. El encuentro arrancó con superioridad saudita, hasta el golpe del tanto de Zielinski. Un penal inexistente casi impuesto por el VAR al árbitro brasileño Wilton Sampaio le dio a los árabes la chance de empatar, pero en realidad resaltó las condiciones de ese arquerazo que es el juventino Szczęsny, con una doble salvada ante el remate de Al Brikan y el todavía más difícil rebote recogido por Al Burayk. Los sauditas, básicamente el Al Hilal dirigido por nada menos que Ramón Díaz más un par de refuerzos, siguieron buscando el empate y chocando contra Szczęsny, aunque el travesaño y el palo los salvaron de lo que en definitiva llegó tras un error en la salida, el segundo gol polaco, por medio de Lewandowski: primer gol del crack polaco en campeonatos mundiales.
Al mediodía hubo un partidazo que nos mostró cómo se juega al mejor nivel mundial: Francia - Dinamarca, Grupo D. El dominio inicial de los dinamarqueses no asustó a los galos, que tuvieron sus chances de pasar al frente con Rabiot, con un remate de Griezmann que desvió Schmeichel, y con otro de Mbappé que terminó en la tribuna. Respondió Cornelius en un excelente contragolpe, y así se fue un primer tiempo muy entretenido pero sin goles. En el segundo tiempo Francia tuvo un par de chances hasta que por fin pasó al frente, con un gol de Mbappé tras sensacional doble pared con el lateral Theo Hernández. El estratega Deschamps apostó claramente al contragolpe con el cambio de Thuram por Giroud, pero puede fallar: empató Dinamarca con un gol de cabeza de Christensen en un tiro de esquina. Lloris le sacó la victoria a Lindstrom, Rabiot tuvo su oportunidad, hasta que Mbappé le dio el triunfo a los 41 minutos del segundo tiempo y la clasificación a octavos de final al campeón. Tres goles de Mbappé en dos partidos: junto con el ecuatoriano Enner Valencia, goleador de la Copa.
A las 16, el plato fuerte del día por el Grupo C: Argentina se jugaba no tener su peor fracaso histórico en Copas Mundiales, ante un México acostumbrado a perder con la albiceleste pero que llegaba con la ventaja de un empate en el debut. El primer tiempo fueron los peores 45 minutos del certamen por buena diferencia, instantáneamente olvidados a medida que se jugaban, con los mexicanos cómodamente acurrucados en defensa y los argentinos paralizados por los nervios, o tal vez exagerando la nota con la idea de jugar con la cabeza fría, muy lentos física y sobe todo mentalmente. Otro partido que tácticamente se jugaba como quería el rival, con una Argentina que no se parecía en nada al equipo de la Copa América en actitud y velocidad. Con los cambios, Scaloni terminó de desarmar por necesidad su equipo fetiche, el que perdió a Lo Celso por lesión antes de comenzar la Copa, a Paredes apenas se notó ante Arabia Saudita que no estaba al nivel de un campeonato mundial, y todavía se resiste a prescindir de un De Paul que está para cebarle mate a Messi y no mucho más. Entró Enzo Fernández, que se impuso por simple y arltiana prepotencia de trabajo, para pasar a la selección a nafta. Gracias a un mínimo error de la defensa mexicana que le dio el espacio justo a Messi para sacar un tiro justísimo, Argentina se puso 1-0, México vio de repente que el esfuerzo de más de una hora se iba al demonio, y el partido cambió radicalmente. Scaloni prescindió de Di María, Lautaro y Alexis MacAllister, armó una defensa de cinco jugadores y un equipo que no se había visto nunca en la cancha, y se apoyó en Palacios, Enzo y Julián Álvarez para darle un tan reconocible como poco esperado color riverplatense a su selección argentina. Sobre la hora Enzo marcó uno de los mejores goles del Mundial, el 2-0 ubicó a Argentina de nuevo en carrera, y una nueva Copa comienza.
Mañana, a las 7 de un domingo, para los que sigan de largo solamente, Japón y Costa Rica por el Grupo E, en un partido más interesante de lo que parecía antes de la Copa, gracias a la histórica victoria de los japoneses sobre los alemanes. ¿Volverán a ganar, como parece muy probable, y pondrán en problemas a Alemania e incluso a España? La respuesta mañana, no como la de la prepaga a Neymar, que fue ayer: le avisaron que, durante las Copas Mundiales, la cuota se le centuplica.
A las 10, Bélgica y Marruecos por el Grupo F, a tiempo para las medialunas con mate o café. Va a ser interesante ver a un muy buen equipo como el belga intentar superar el acertijo de los marroquíes, que los croatas se revelaron incapaces de resolver. A las 13, a punto para los primeros choricitos del asado o la picadita y el vermú antes de los ravioles y por la misma zona, Croacia enfrenta a Canadá. Ambos equipos estuvieron por debajo de sus expectativas en sus respectivos debuts. De los croatas se espera más, como es lógico en un equipo lleno de muy buenos jugadores, pero los canadienses superaron gran parte del encuentro a nada menos que Bélgica, y ambos pueden darnos un muy lindo partido.
Cerrando el programa del domingo y la competición por el Grupo E, nada menos que un España - Alemania, con los españoles agrandados después de un 7-0 y con los alemanes obligados a reaccionar después de una derrota inicial muy dolorosa. Ya era el mejor partido de la ronda inicial el día del sorteo: no hay manera de que no lo sea en plena competencia. Pero no lo fue así para el público asistente a la Copa, que no llenó el estadio. Basta de campeonatos mundiales en sedes ridículas, paren de chocar la calesita por favor. Un Don Julio Grondona, un Don, la vio bien clara, manga de muertos sin alma de la FIFA.
DÍA 6 / VIERNES 25 DE NOVIEMBRE
Tempranito, Gales e Irán nos dieron un partidazo para acompañar el mate con galletitas. Los iraníes se reinvindicaron: jugaron sin ese fundamentalismo defensivo hijo del temor reverencial que los hizo arrodillarse ante los infieles ingleses, y dominaron un partido que debieron definir mucho antes. Los galeses, un entusiasta cambalache de cracks que supieron jugar en el Real Madrid y futbolistas de la cuarta división inglesa, dejaron el alma en la cancha, pero los dioses del fútbol se las devolvieron (?). Un golazo bien anulado en el primer tiempo y una triple salvada anal en el segundo (una colaboración entre los dos palos y el arquero Hennessey) dejaban en partido a Gales... hasta los fatídicos minutos finales. A los 85 se fue expulsado el golero por una falta inevitable como último hombre: la tarjeta roja a Hennessey dejó a su equipo sin GNC (?). En el octavo minuto de adición llegó un hermoso remate esquinado de media distancia del defensor Rouzbeh Cheshmi, y en el último un gol de contragolpe de Ramin Rezaeian. Un 2-0 que deja a los iraníes en carrera: a jugarse la clasificación en el partido final ante sus archienemigos hijos del Gran Satán. Partido caliente, con un antecedente mundialista en 1998, que favoreció a los asiáticos. A los galeses, mucho té y mucha torta (?) y a jugársela contra Inglaterra, esperar que Irán no gane, y la calculadora para la diferencia de gol.
A las 10, llegó la esperada derrota de Qatar ante Senegal. Pese a mejorar algo con respecto a su debut, se confirmó como el anfitrión de peor rendimiento de la historia de las Copas Mundiales. Para peor, se vieron claros en las tribunas, algo muy poco frecuente en torneos de este nivel. ¡Y pensar que recurrieron a pagar hinchas! ¡Basta, FIFA, basta de romper todo, basta de torneos en sedes absurdas! Un error grosero del defensor catarí Khoukhi le sirvió el primer gol a Boulaye Dia, luego un cabezazo de Diedhiou en jugada de pelota parada puso 2-0 a los senegaleses, descontó Muntari para darle un celebrado primer gol a Qatar en Copas Mundiales, y Ahmadou Bamba Dieng cerró el marcador. Un 3-1 que convierte al local en el primer eliminado de la Copa (!) y vuelve a poner en carrera a los africanos, que deberán jugarse la vida ante un Ecuador que los espera con las cartas a favor...
... porque en el partido siguiente obtuvo un celebrado empate 1-1 ante Países Bajos, siendo superior durante buena parte del trámite y revelando no tener complejos para enfrentar a las potencias. El tempranero golazo de Gakpo dejó a los muchachos de Van Gaal en la posición de cederle la iniciativa a Ecuador y especular con el contragolpe, sólo que nunca les salió bien. Ecuador ya había estado un par de veces a punto de empatar un partido en el que no había razones que justificaran su desventaja, hasta que a los 4 del segundo tiempo Enner Valencia recogió el rebote de una colosal atajada del gigante Noppert a un remate de Estupiñán y marcó su tercer gol en la Copa, simultáneamente logrando la muy poco frecuente marca de haber sido el autor de los últimos seis goles de su selección en Copas del Mundo. Ni el ingreso de un Memphis Depay en clara inferioridad física mejoró las chances nerlandesas, que hasta estuvieron a punto de pasar a perder cuando Gonzalo Plata estrelló un remate en el travesaño. Un empate justo aunque algo generoso con el fútbol mostrado por la selección de los Países Bajos, que de todos modos debería ganar la zona una vez cumplido el trámite de derrotar a los pobrísimos cataríes. Queremos creer, que no se diga.
En Inglaterra - Estados Unidos vimos a unos norteamericanos parados por momentos con línea de seis en el fondo, al menos hasta que los ingleses se dieron cuenta de que no enfrentaban una repetición del debut con Irán, y poco a poco se fueron animando hasta adueñarse del trámite y hasta parecer que estuvieron más cerca del triunfo: tuvieron la situación de gol más clara, un remate al travesaño de Pulisic. El 0-0 final deja a los ingleses casi clasificados aunque no a salvo de terminar segundos si se dan los resultados, y a los norteamericanos con chance de clasificar si derrotan a Irán, o aún si empatan y los ingleses vencen a los galeses. Los ingleses se habrán ido cantando "vamo' a quemar la Casa Blanca / como en 1812" (?), y a nosotros nos queda la conclusión, tras la levantada iraní de hoy y varios de los partidos vistos, que esta Copa Mundial revela una clara mejora en el nivel de las selecciones con menos historia, presuntamente más flojas, y eso implica un mejor nivel general del torneo.
Mañana sábado, la jornada mundialista comenzará con el muy poco prometedor Túnez Australia del Grupo D, con favoritismo para los africanos, que al menos le empataron dignamente a los dinamarqueses. Los australianos mostraron progresos pero siguen muy lejos, algo que quedó muy expuesto debido a que le tocaron los campeones franceses. Que quien se levante a esa hora o siga de largo del viernes después me cuente qué tal fue.
A media mañana llegará el turno de Polonia y Arabia Saudita, por el Grupo C. Los polacos no mostraron gran cosa en su partido debut, y hasta ahora parecen mucho más cerca de sus muy grises antecedentes de las Copas del Mundo de este siglo que de su generación dorada de los años setenta y comienzos de los ochenta. Los sauditas, por su parte, vienen de conmover al mundo derrotando a Argentina, y habrá que ver si pueden confirmar que son un equipo serio o fueron flor de un día. Del único día del año en que llueve en sus desiertos natales.
Al mediodía llega un gran partido, Francia y Dinamarca por el Grupo D. Este año jugaron dos veces por la Liga de las Naciones de Europa y las dos veces ganaron los dinamarqueses, los herederos del célebre Tomate Mecánico de 1986 (?), lo que por cierto no quiere decir gran cosa: como sentenciara para siempre el poeta brasileño Pedro Nava, "la experiencia es un faro que ilumina hacia atrás. Hacia adelante todo continúa oscuro". De todos modos, son favoritos Mbappé, Griezmann, Lloris, Pavard, Rabiot, Giroud y demás cracks galos.
A las 16 del sábado, el partido de las pesadillas: Argentina va por reivindicarse frente al México del Tata Martino... y para más morbo, Rogelio Funes Mori, que arranca el partido desde el banco, sino ya podemos decir que empezamos 0-1 abajo, sólo porque los argentinos estamos acostumbrados a quedarnos cortos imaginando el peor escenario posible. (Martino, Scaloni, Messi, Lisandro Martínez: es un drama leproso este encuentro). Si Argentina recupera la memoria, debería resolver el partido. Si no ha podido salir del shock del martes, no hay sonda que registre el fondo del pozo al que puede caer. ¿Los mexicanos? Es difícil tomar en serio a un equipo cuya figura lleva por nombre Hirving (?).
DÍA 5 / JUEVES 24 DE NOVIEMBRE
La quinta jornada, última de la primera fecha, arrancó con el debut de Camerún y Suiza por el Grupo G, con el arbitraje del argentino Facundo Tello. Otro partido intenso más, tal vez tirando más a "discreto", para continuar con el viejo sistema de calificaciones de El Gráfico. Los suizos sacaron la ventaja de una uña que anunciábamos ayer gracias a un jugador con nombre de personaje de Star Wars, Breel Embolo: por primera vez en la historia de los campeonatos mundiales, un futbolista le convierte un gol al país en el que nació. El 1-0 final es un paso importante para Suiza y la octava derrota consecutiva para los cameruneses en Copas del Mundo, la peor racha vigente de la historia. Además fue una derrota en el día del debut en una Copa: sólo gano en 1990... frente a la selección argentina campeona de 1986. Gracias Sensini y gracias Pumpido por el blooper compartido que acabó en el gol de Omam Biyik, gracias doctor Bilardo, que en ese partido no dejó macana sin cometer: cinco defensores con nulo juego ofensivo ¡y Claudio Caniggia en el banco!
Promediando la mañana llegó un amargo y luchado 0-0 entre Uruguay y Corea del Sur, dos equipos con más miedo a perder que ganas de ganar. En los primeros 15 minutos Uruguay pareció el de los Mundiales de casi siempre, un equipo al que enfrentamos con un equipo improvisado entre los primeros once que juntamos y nos cede la pelota para jugar al contragolpe. Parecían haber cambiado desde que asumió Diego Alonso. Tal vez, pienso, haya sido más consecuencia del planteo más agresivo de Corea que de la decisión de Uruguay. Dicho sea de paso, hay que exportar apellidos a Corea: no puede ser que sean todos Kim, como literalmente todos los defensores titulares que presentó. Uruguay marcó bien a la estrella enmascarada Heung-min Son, una prueba de lo lejos que está llegando en el mundo el culto a las sagas de superhéroes, y tuvo las dos mejores chances de marcar: un cabezazo al palo de Godin en el primer tiempo y un gran remate de media distancia otra vez al palo de Valverde en los últimos minutos del partido. Llamaron la atención los escasos minutos para Nico De La Cruz y los nulos para De Arrascaeta, así como que un gran cabeceador como Darwin Núñez jugara por afuera. Los dos entrenadores se fueron preocupados a ver qué pasaba en el otro partido del Grupo H...
... en el que se enfrentaban Portugal y Ghana. En el primer tiempo hubo un dominio total de Portugal, que mereció irse en ventaja, y al que no le cobraron un gol de Cristiano Ronaldo anulado por una falta inexistente. En el segundo tiempo el partido se hizo más parejo, Ghana llegó con un par de remates de lejos de Kudus, pero a los lusitanos le devolvieron el robo del primer tiempo regalándoles un penal ridículo, que CR7 convirtió en gol: el primer futbolista que marcó al menos un tanto en cinco Copas Mundiales consecutivas. Messi estaría en ese nivel si hubiera convertido al menos un gol en 2010. ¡Cómo olvidar aquel insólito encuentro con Nigeria, en el que el arquero Enyeama se aburrió de abortarle goles! Por cierto, detrás del arco en el que Cristiano Ronaldo marcó su gol había una bandera de... Messi. Dos estrellas cuyas carreras se construyeron compitiendo el uno contra el otro, y tal vez sólo llegaron a las alturas a las que llegaron porque estaba el otro para impulsarlos.
Por su parte, Ghana supo sufrir como en el tango, se mantuvo en el partido, o sea al menos perdiendo por poco, hasta que el cansancio le cobrara su precio a Portugal. Casi les sale: empataron gracias a un desborde de Kudus y un gol de André Ayew. El entrenador ghanés le solucionó sus problemas a su par portugués sacando a los dos, y en una jugada en la que los africanos se habían adelantado, los portugueses pasaron nuevamente al frente con un gol de João Félix. El ingresado Rafael Leão marcó el tercero, pero sobre la hora descontó Bukari, dejando al descubierto la endeblez preocupante de la zaga central portuguesa. Ni hablar cuando, en la última jugada del partido, el arquero Diogo Costa se olvidó de Iñaki Williams y casi se deja convertir uno de los goles más ridículos de la historia de las Copas Mundiales. Entretenidísimo 3-2, con un segundo tiempo que fue de lo mejor de la Copa, y preanuncio de lo que nos vamos a divertir con el que parece claramente el grupo de la muerte.
Cerrando la fecha, se enfrentaron Brasil y Serbia. Un asedio predecible y una resistencia bien organizada e igualmente anticipable nos mantuvieron a la expectativa hasta bien avanzado el segundo tiempo, cuando Richarlison recogió un rebote en el área y batió al excelente arquero Vanja Milinkovic-Savic, el Tío (?). Neymar salió por precaución después de recibir su ración de patadas de costumbre: bastante barata la sacó, teniendo en cuenta que enfrentaba a los hijos o sobrinos de los Carniceros de los Balcanes. Richarlison marcó el segundo con el que hasta ahora es el mejor gol de la Copa: un favorito desfila y nos lleva a agendar un festejo de inédito Hexacampeonato para el domingo 18 de diciembre, y un equipo molesto como el serbio salió relativamente bien parado de un partido con mal pronóstico. El verde césped nos dirá cómo continúa todo esto.
[Por lo pronto, en la mañana del 25 nos enteramos de que Neymar Jr., que salió por dolores en el tobillo, tiene un esguince y recién estará en condiciones de jugar para el partido de octavos de final. La mala suerte de Ney en las Copas del Mundo parece cosa de macumba].
Mañana se vienen ¡ya! los primeros partidos de la segunda fecha de la primera fase. Gales e Irán abrirán la competición por el Grupo B, con pronóstico favorable para los galeses, visto lo limitados que parecieron los iraníes en su debut. A las 10 llegará el turno del duelo de perdedores del Grupo A entre Qatar y Senegal, con perspectivas de goleada africana para volver a ponerse en la discusión por la clasificación a octavos de final, y a las 13 se enfrentarán los dos vencedores de la primera fecha, nerlandeses y ecuatorianos. ¡Cómo disfrutará Gustavo Alfaro planeando ese cerrojo y pensando las palabras con las que saludar empalagosamente a su colega Van Gaal!
Cierran la jornada Inglaterra y Estados Unidos por el Grupo B, encuentro en el que los norteamericanos ponen en juego su invicto en Copas del Mundo contra su Madre Patria (!): una victoria en 1950 y un empate en 2010, en los dos casos en partidos insólitos. Cuesta creer que los ingleses no rompan la racha pero... el fútbol es el fútbol.
DÍA 4 / MIÉRCOLES 23 DE NOVIEMBRE
La jornada se abrió con otro partido "intenso", el de Croacia y Marruecos por el Grupo F, arbitrado a las risas por un Fernando Rapallini hecho a las cimas de aspereza del medio argentino. Croacia tuvo más oportunidades de marcar pero no pudo abrir una ordenada defensa marroquí, respaldada por un buen arquero como Bono. Como ya dijimos, No World Cup for weak men, no es Mundial para flojos.
A las 10 de Argentina llegó uno de los partidos más esperados de la primera ronda, el debut de Alemania ante Japón, abriendo la competición en el Grupo F. Si este comentario se hubiera cerrado a los 20 minutos del complemento, hubiéramos hablado de un excelente partido de la Alemania del descendiente de turcos Gündogan, del descendiente de húngaros Süle y de los descendientes de africanos subsaharianos Musiala, Rüdiger y Gnabry. ¡Raza superior, claramente! Fue una gran actuación colectiva, la más convincente hasta ahora, con el asterisco de que no pudo señalar un merecidísimo segundo gol por el palo que le negó el doblete a Gündogan, por deficiencias en la definición y por una muy buena actuación del arquero nipón Gonda. ¡Pero el partido no terminó ahí!
Porque Japón, que en inferioridad de condiciones había sido un rival digno, que nunca se entregó y las pocas veces que pudo fue a buscar el arco de enfrente, aprovechó un ligero y casi inevitable respiro de los alemanes para hacer un par de cambios ofensivos e ir en busca del empate increíble. Neuer salvó un complicado remate de Ito y Sakai se volvió a perder el gol en el rebote, pero casi en la jugada siguiente empató Doan. Las ambiciones de Japón no se agotaron ahí, porque al rato un golazo de Asano puso en ventaja a los sufridos, durísimos japoneses, que se llevaron una victoria imposible. Los alemanes quedaron lamentándose por el tipo de derrotas difíciles de explicar al que los hinchas de River casi que nos acostumbramos después del gran golpe de Santiago Bernabéu. No hay caso, no hay deporte que supere al fútbol.
A las 13 llegó la hora del otro partido del Grupo F, el entrenamiento con público de la juvenil selección española ante la costarricense. El 7-0 exime de mayores comentarios: una exhibición de varios brillantes chavales y unos pocos veteranos ante un equipo que casi que ni se defendió. Dani Olmo, Marco Asensio, dos de Ferrán Torres, Gavi, Soler y Morata: 7-0 y a esperar a Alemania, que llega herida de muerte. Ya era el mejor partido de la primera ronda antes, qué decir ahora.
La acción del día acabó con el segundo partido del Grupo E. Bélgica derrotó a Canadá con gol de Batshuayi, aprovechando uno de los escasos momento en que los canadienses relajaron la presión sobre los lanzadores belgas. Sorprendentemente Canadá controló el partido ante uno de los mejores equipos de Europa durante gran parte de su desarrollo, y hasta falló una oportunidad de ponerse en ventaja cuando Courtois, el prototipo del arquero de equipo grande, le atajó un penal a Alphonso Davies. Bélgica estuvo cerca de unirse en el bar de la depresión a argentinos y alemanes: sólo la salvó la mala puntería canadiense y un poco de suerte.
Mañana Suiza y Camerún abrirán el Grupo G a primera hora, en un partido en que los suizos deberían ser favoritos por el canto de una uña, pero ya vimos que en este Mundial nunca se sabe. Después llegará el momento del debut de Uruguay ante Corea del Sur para inaugurar el Grupo H: espero con ganas comprobar para qué está una Celeste que puede armar un mediocampo brillante entre Valverde, Bentancur, Vecino, De Arrascaeta y Nico De La Cruz. A continuación el otro partido de la zona: uno de los grandes candidatos, Portugal, con un plantel soñado, enfrenta a Ghana, una de las mejores selecciones de África. Imperdible. Y cerrando el día y la fecha de apertura del Grupo G y toda la primera fecha, un partidazo: los archicandidatos de Brasil se encuentran con el siempre dificilísimo equipo de Serbia. Un programa de partidos como para largar todo y sentarse frente a la pantalla. Debería ser feriado mundial.
DÍA 3 / MARTES 22 DE NOVIEMBRE
"XXII Copa Mundial Qatar 2022: la hora de la decepción. Treinta y un ilusiones destinadas a derrumbarse cruelmente y un solo ganador: la vida misma" dice el encabezado de esta página, escrito hace una semana . Qué pena no saber monetizar este momento de clarividencia antes de que se me pase. No World Cup for weak men, no es Mundial para flojos. Ninguno lo es.
El encuentro entre Argentina y Arabia Saudita comenzó con un penal por mancha a favor de Argentina y tres goles anulados desde el VAR por fueras de juego milimétricos, alguno absurdo. Esos criterios, importados en nuestro país y aún en cualquier nación de Iberoamérica, ya sabemos que terminan en guerra civil y páramo pos-apocalíptico que reíte de Mad Max. No está mal el uso del VAR en los fuera de juego, por caso: es pésima la regla. Háganle caso a Wenger, quieren. Que a esta onda de anular y anular casi adhiere el Cheque Tapia: lo tuvieron que frenar entre cuatro para que no anulara los descensos, ahora que además están todos distraídos con la Copa.
Los sauditas de Hervé Renard, el nuevo Lawrence de Arabia, plantearon un partido a cara de perro, con un despliegue físico intenso y el antiquísimo recurso sistemático al fuera de juego rival. Como si años de ver perder a los equipos de César Luis Menotti hubieran sido en vano, ningún defensor o volante intentó romperlo con pelota dominada, o los centrales no se animaron nunca al pase largo a los dos jugadores bien abiertos que preveía el planteo de Scaloni. (Ahí se extrañó a Lisandro Martínez, que domina a la perfección esa faceta del juego). Ni aún con la ventaja de un gol gracias a un penal incalificable se le abrió el partido a Argentina, que demostró una fragilidad psicológica alarmante: pareció derrumbarse después de los goles anulados, ni hablar después del tanto de Al Shehri y del golazo de Al Dawsari. Era el momento ideal para que Scaloni se recibiera de héroe con un par de cambios que acomodaran el partido, materia que ya anticipé que no veía que hubiera rendido. No sucedió, Messi tampoco aportó mucho, Di María menos, y fue así que Argentina perdió 1-2 y se metió en un problema imprevisto. Por lo pronto, en las escuelas argentinas bien se podría aprovechar la Copa Mundial para darle una clase a los chicos acerca del concepto de la existencia como tragedia. ¿Los sauditas? El gobierno del Loco de la Motosierra dictó feriado para mañana. Setenta años de yihad peronista en las arenas del Nefud.
Más tarde, Dinamarca y Túnez empataron 0-0 por el Grupo D, en un partido de aquellos que la añeja revista El Gráfico calificaría de "intensos", en el que se lucieron los arqueros Kasper Schmeichel y Aymen Dahmen. Hubo más goles anulados en el VAR: ahora hay que esperar dos días hábiles para gritarlos. Los tunecinos parecieron un equipo muy serio, destacando aún más, por contraste, lo ch*tos que parecieron los cataríes, con sus miles de millones y todo. Pero que me disculpen dinamarqueses y tunecinos, acá seguimos calientes con Argentina. ¡Mundiales en Asia en horarios chot*s como el del 2002 o éste, nunca más! ¡Entiendan por fin el nulo valor predictivo y la amenaza latente que implican los invictos muy largos! Bienvenida la nueva generación de hinchas que llegó a la selección con la Copa América de 2021 a este baño de realidad que son siempre los Mundiales de fútbol. Pinchado ahora el tachín tachín, con los codos de la prensa al rojo vivo de tanto borrar, es la hora de la caza de brujas. Pobre Tini.
Al mediodía comenzó el segundo partido del grupo de Argentina, el que enfrentaba a México y Polonia. Un 0-0 un par de escalones por debajo del anterior, con un México un poco superior a los ordenados aunque abúlicos polacos, que así y todo casi ganan merced a otro penal polémico, que en definitiva el Memo Ochoa le contuvo al mismísimo Robert Lewandowski. Nada que atemorice a una selección argentina más o menos normal: el tema es ¿tenemos una selección argentina normal, después de este comienzo? Alemanes y brasileños son los únicos que pueden ir a un campeonato como banca sin que les juegue en contra. Los demás no. En especial nosotros no. En otro orden, Budweiser anunció que toda la cerveza que no puede vender en los estadios donde se juega la Copa irá como premio para el plantel campeón. Será apenas Budweiser pero si no los motiva esto, muchachos, yo ya no sé.
Como último partido de esta intensa jornada, el campeón Francia se estrenó goleando convincentemente a Australia 4-1. A los australianos no les aclararon que jugaban contra Francia al fútbol, se pensaron que era al rugby: por eso arrancaron confiados y hasta ganando sorpresivamente, en una jugada que además dejó oootro lesionado más, el defensor francés Lucas Hernández, que fue remplazado por... su hermano menor Theo. ¡Todo queda en familia! Pero al gol de Goodwin le sucedieron el empate de Rabiot, dos goles de ¡por fin! Giroud y uno de Mbappé. Una victoria que en Argentina deberíamos celebrar: que Francia también empezara tropezando ya eran demasiadas vibras del Mundial 2002 juntas.
Mañana abren la jornada y el Grupo F Marruecos y Croacia, en un duelo interesante. Un equipo africano con buenos valores como Hakimi, Bono o Ziyech enfrenta al subcampeón vigente, la selección de Modric, Perisic, Kovacic, Brozovic, Kramaric, Vlasic. Los croatas son favoritos pero los marroquíes los van a obligar a exigirse.
A las 10 hora argentina abren el Grupo E, de Eje (?), Alemania y Japón. Determinación no le falta a ninguno de los dos, calidad individual e historia futbolera es otra cosa, y ahí se destacan los muchachos de Hans Dieter Flick: experimentados valores como Neuer, Rüdiger, Süle, Gnabry, Gündogan, Götze, Kimmich, Sané, Thomas Müller, y jóvenes con buen presente y gran futuro como Musiala o Havertz. Los nipones alinearán a veteranos de mil batallas europeas como Tomiyasu, Kamada o Minamino: un partido con claro favorito pero que igual hay que ver qué pasa.
España y Costa Rica a las 13 hora argentina cierran la fecha inaugural del Grupo E, pertenencia que halaga a los españoles, cuya silenciosa admiración hacia el Eje fue bien conocida. ¿Los costarricenses? Son la democracia más antigua del grupo. Pero bueno: el juvenil equipo de la estrella de las redes Luis Enrique apunta a un gran 2026, pero no hay que subestimarlo en este 2022: es un equipo al que vale la pena ver. Los costarricenses tratarán de no dejarse intimidar y de agruparse alrededor de un gran arquero como Keylor Navas. Es un partido con pronóstico obvio.
A última hora llega otro partido más bien desparejo por el Grupo F: Canadá, que regresa a los campeonatos mundiales después de 36 años, se las verá con Bélgica, tercera en la Copa previa y una fuerza a respetar siempre. El verdadero y único Gran País del Norte presentará a futbolistas con experiencia europea, como Alphonso Davies del Bayern Munich o Cyle Larin del Brujas, pero no parece suficiente ante una selección de cracks como De Bruyne, Courtois o Eden Hazard, más otros cuantos valores muy considerables. A mirarlo para ver para qué están los belgas, aparte de para dividirse entre flamencos y valones de una pu*a vez y dejarse de jod*r.
DÍA 2 / LUNES 21 DE NOVIEMBRE
En el primer partido del día, abriendo el Grupo B, el representativo inglés goleó al iraní por 6-2. Sorprendentemente Harry Kane no marcó en una goleada pero jugó muy bien, Jude Bellingham la rompió y abrió el tanteador, y también marcaron Bukayo Saka por duplicado, Sterling, Rashford y Grealish, y el buen delantero iraní Taremi marcó un doblete, algo que seguramente lo hará pasar a la historia del fútbol de su país y de toda Asia. Y el que casi pasa a la historia, pero para no volver, fue el arquero iraní Ali Beiranvand, que sufrió un fortísimo golpe al chocar con un compañero, y antes de ser remplazado obligó a detener el juego diez larguísimos minutos, tanto que se adicionaron ¡catorce! Al menos puede contarla, y además puede contar que, contra los ingleses, mantuvo su arco invicto. Dieciocho minutos, de los cuales hubo diez con el juego suspendido, pero invicto. ESPN vive de recordar estadísticas peores.
Los ingleses se llevaron buenas sensaciones: el funcionamiento del equipo lució muy ajustado, aún teniendo en cuenta el nivel del adversario, y no parece tener mayores problemas para llegar al gol. También una mala: en un partido controlable se fueron con dos goles en contra. Sí, el penal de final fue un regalo del árbitro brasileño Claus, pero unos minutos antes entre Pickford y el travesaño habían salvado un remate franco de Azmoun. Cinco de los seis goles de la Rubia Albión fueron señalados por descendientes de inmigrantes africanos o antillanos: mal día para los trasnochados que todavía insisten, contra toda evidencia, con la "raza superior" y contra los beneficios de la inmigración. Vayan a ganar una Copal sin ellos, señores supremacistas europeos.
A segunda hora se enfrentaron las selecciones de los Países Bajos y Senegal, cerrando la primera fecha del Grupo A. El estadio no estaba completo, algo poco común en Copas del Mundo: igual Qatar ya hizo su negocio con el sportwashing. El partido fue parejísimo, con una leve supremacía senegalesa: los dos equipos defendían bien y administraban bien la pelota, pero no parecían sobrarles argumentos para llegar al gol. Claro: Senegal no contaba con Mané, ausente por lesión, y los nerlandeses tenían a Memphis Depay en el banco, que volvía entre algodones de una lesión. Los dos equipos no se encontraban la vuelta recíprocamente, hasta que en una jugada aislada, el culé Frenkie De Jong ubicó a Gakpo libre para que cabeceara por sobre el arquero Mendy, en un movimiento que recordó al del inolvidable gol de Claudio Caniggia a Walter Zenga en la semifinal Italia - Argentina de 1990. Un gol en los descuentos de Klaassen, tras un rebote de un flojo Mendy ante un remate de Depay, dio una victoria a los Países Bajos que fue muchísimo más cómoda en el marcador que en el trámite. Que lo diga el imitador de Snoop Dogg que dirige a Senegal (?). El grupo será definido, como parecía a los diez minutos del partido inaugural, por las apenas existentes manos del arquero de Qatar, pero los nerlandeses ya pueden sentirse clasificados, los senegaleses obligados a ganarle a Ecuador, y los colombianos o lo que sea que dirige Gustavo Alfaro tranquilos: la clasificación se va a definir en el último encuentro, contra Senegal, cosa que ya sabían antes de llegar a Qatar.
Finalmente, Gales y Estados Unidos nos dieron el partido más lindo del día, cerrando la competencia por la primera fecha del Grupo B. El 1-1 se festejó con cerveza y torta (?) en nuestras Gaiman, Madryn y Trelew, porque en el primer tiempo fue evidente la superioridad física, técnica y táctica del rival, y el 1-0 parcial amenazaba con ampliarse. Pero en el complemento los norteamericanos pagaron el precio de un despliegue increíble, los galeses pasaron al frente a base de templanza y buen juego aéreo, y un penal tonto generado por Gareth Bale le permitió al propio golfista (?) empatar un encuentro difícil, que deja el segundo puesto del grupo abierto: no creo que galeses y norteamericanos establezcan con los iraníes las diferencias que quedaron expuestas con los ingleses. Una línea para el árbitro qatarí Abdulrahman Al Jassim que, sin destacarse ni mucho menos, ha sido lo más digno que presentó el fútbol catarí en esta Copa. Con eso les digo todo (?).
Para mañana, grandes novedades. Debuta Argentina ante Arabia Saudita a las 7 horas, abriendo la competencia en el Grupo C. Uno de los favoritos, del que ya hemos hablado bastante, enfrenta al mejor equipo del Medio Oriente, lo que no sé si quiere decir mucho. Al mediodía argentino se enfrentarán los otros dos integrantes del grupo, México y Polonia, uno que llega golpeado y con un entrenador discutido, y el otro con un juego amarrete para un plantel que dispone de futbolistas como Lewandowski, Milik o Zielinski. La verdad, como decía Angelito Labruna, sobre el verde césped.
Por el Grupo D, a las 10 se encontrarán Dinamarca y Túnez, con un claro favoritismo para una selección dinamarquesa que ha progresado mucho en este último año y va a ser un rival dificilísimo para cualquiera. Los tunecinos no están entre los mejores equipos africanos, no la pasaron bien frente a Brasil, y habrá que ver cuánto resisten. A las 16 de Argentina cierran la jornada Francia y Australia, repitiendo duelo de 2018 y repitiendo también favorito, los actuales campeones del mundo, aún sin Pogba y Benzema. Por lo pronto, el antecedente de Rusia es un luchado 2-1 en Kazán, también abriendo la participación de ambos en el torneo.
DÍA 1 / DOMINGO 20 DE NOVIEMBRE
¡Arrancó la XXII Copa Mundial! La jornada empezó a las 9:30 de Argentina, cuando en Bratislava comenzó la presentación de la banda Tributo a los Mundiales, que las selecciones nacionales de eslovacos y chilenos armaron para aquellos que, desgraciadamente, no tienen acceso al espectáculo principal. Un aburrido 0-0 que, eso sí, tenía más cartel que el encuentro entre Qatar y Ecuador de unas horas más tarde. (Por cierto, Estudiantes de Caseros e Instituto de Córdoba definiendo el último ascenso a la primera división argentina también). De todos modos, un hermoso comienzo, y una manera de integrar a todos a la fiesta del fútbol mundial, como dicen a cada momento en Tres Gordos Boludos y una Tarada Careta, el formato deportivo que es el éxito del momento en Argentina y que invade los canales de TV, las radios y los portales de streaming.
Al término del amistoso en Eslovaquia llegó la ceremonia inaugural, esa extraña mezcla de comedia musical y espectáculo gimnástico a la Leni Riefenstahl con que se intenta amenizar la espera del primer partido de la Copa. Bueno, sort of. Leo que la BBC no la transmitió y prefirió dedicar el espacio a denunciar las condiciones de vida y de trabajo en el país organizador. Me parece perfecto que haya campañas de alcance masivo a favor de los trabajadores que levantaron los estadios de la Copa. Supongo que este mismo lunes continuará, dándole voz a los operarios de Amazon o a los obreros textiles que trabajan para Awada. ¡Qué mundo maravilloso!
El partido inaugural no tenía cartel pero fue interesante. Al fin y al cabo, en el de la Copa de 1978 se enfrentaban las selecciones de Alemania Occidental y Polonia, la campeona y la tercera del torneo previo, y fue un 0-0 impresentable. El VAR metió la cola a los tres minutos, anulando por un fuera de juego nanométrico un gol ecuatoriano, pero lo hizo correctamente ¡pidan un deseo! Igual, apenas a la media hora de juego, los del profesor Gustavo Alfaro ganaban 2-0 con dos goles de Enner Valencia, y y el entrenador argentino meditaba si no convenía remplazar a su arquero por un delantero, vista la absoluta incapacidad del local para acercarse al área visitante, y la posibilidad de que la clasificación se defina por cuántos goles se le marca al representativo de los organizadores. Vimos a un cirujano que estaba en el estadio hacerse millonario en minutos, levantando pedidos de cataríes que pedían que les extirpase los ojos. Y así fue que Qatar se convirtió en el primer equipo local en perder en su presentación en una Copa del Mundo. ¡Pobres los jugadores cataríes! En realidad son víctimas. Es como si a Brasil o Argentina se les hubiera ocurrido ser sede de un Mundial femenino de hockey sobre hielo.
Desde la altura de un 2-0 tan rápido a favor, Alfaro se apunó (?) y el marcador ya no se movió: el segundo tiempo estuvo de sobra. Los locales, agradecidos: al menos pueden caretear que mejoraron en defensa. Fue así que el local cató la amarga derrota (¡a que no tenés huevos para poner este título, Olé, Crónica!). En definitiva, un buen resultado para los colombianos, argentinos o vaya a saberse qué del equipo que presentó la federación de Ecuador (¿quién puede jurar dónde nacieron?). Y bien por Gustavo Alfaro, el entrenador al que no sorprendió la caída catarí, porque hace rato que sabe que hay equipos que se entrenan para tirarse. Bueno, sort of.
Para mañana, nos espera a las 10 hora argentina el partido que abre el Grupo B, un interesante Inglaterra - Irán. Los campeones de 1966 no podrán repetir el truco de 1953 de derrocar al líder rival y tendrán que confiar en sus cracks: en sus Harry Kane, en sus Phil Foden, en sus Pickford y sus Alexander-Arnold. Los iraníes probablemente recurran a una defensa férrea, al rigor físico, y a olvidarse por noventa minutos de que en su país están matando personas por oponerse a la costumbre de que las mujeres se cubran el cabello. No los envidio.
A las 13 llegará el segundo partido del grupo A, en el que Senegal y los Países Bajos tratarán de cimentar su clasificación a octavos de final con una victoria, visto que ambos ya cuentan los tres puntos de sus respectivos encuentros ante Qatar. Senegal sufre el golpe de la pérdida de su mejor argumento, Sadio Mané; los Países Bajos, la resaca de la disforia que los hizo salir de closet y transicionar hacia el abandono de su nombre de Holanda. Los nerlandeses son favoritos, de todos modos.
Finalmente, a las 16, se encontrarán los seleccionados de Gales y Estados Unidos por el Grupo B, dos equipos que festejarían una victoria como lo que sería, algo completamente inusitado. ¡Cuidado con los festejos! Si hay un grupo donde puede haber un batacazo, me juego por éste.
DÍA -1 / SÁBADO 19 DE NOVIEMBRE
¡Mañana empieza el Mundial con la ceremonia previa y el partido inaugural! Ocasión para rever todos los partidos inaugurales, empezando por los dos en simultáneo de la Copa del origen, acá cerca en Montevideo, allá lejos en 1930. Francia derrotó 4 a 1 a México en el estadio de Peñarol en Pocitos, y Estados Unidos a Bélgica 3 a 0 en el Parque Central de Nacional: ¡para que no se ofendiera ninguna de las dos parcialidades más grandes de Uruguay! El estadio de Pocitos fue demolido a los pocos años: el círculo central estaba donde ahora está la fachada de una lavandería. De allí movieron los mexicanos después de recibir el primer gol en la historia de los campeonatos mundiales: el de Lucien Laurent.
En 1934 los organizadores tuvieron tan poca onda como para no programar partido inaugural, o tal vez lo fueron todos los de la primera fecha, que se disputaron simultáneamente, algo que se repitió entre 1954 y 1962. En 1938 abrieron la Copa los seleccionados de Suiza y, extraño honor para un campeonato celebrado en Francia, el de la Alemania Nazi, que acababa de anexarse Austria y reforzarse con sus mejores futbolistas, salvo su estrella, Mathias Sindelar, que se negó a alistarse arguyendo una lesión. El encuentro terminó 1-1 y requirió un desempate tres días después, en el que venció el mejor equipo ario de Europa. El de los suizos.
En 1950 México volvió a protagonizar un encuentro de apertura y volvió a perder por goleada, esta vez con los locales brasileños 0-4. En 1958 ya dijimos que no hubo partido inaugural, pero entre los ocho simultáneos de la primera ronda hubo una goleada espectacular y probablemente irrepetible: el fútbol champagne francés humilló al fútbol tereré (?) paraguayo por un escandaloso 7-3. Tanto libertinaje ofensivo se pagó carísimo, porque a partir de 1966 se sucedió una racha de cuatro pobres 0-0 consecutivos, interrumpida en 1982 por los campeones del culto a las cábalas y las rachas, nosotros los argentinos: perdimos 0-1 con Bélgica, inmerecidamente pero perdimos. En 1986 hubo otro partido feo que acabó en empate, el de Italia y Bulgaria, pero al menos fue 1-1 y fue sorpresivo, considerando las limitaciones de los búlgaros. En 1990 los argentinos volvimos a dar la nota en una inauguración: perdiendo otra vez 0-1, esta vez además con un equipo africano, Camerún, el día de la caza a puntapiés de Caniggia y Maradona. Mejor no cuenten con nosotros para estas cosas nunca más. Por cábala.
En 1994 Alemania estrenaba ampliación por absorción de la república comunista del Este, y apenas pudo ganarle 1-0 a Bolivia, resultado facilitado porque el mejor jugador boliviano, el Diablo Etcheverry, se hizo expulsar tontamente con el marcador en cero. En 1998 Brasil derrotó a Escocia 2-1, y en 2002 los debutantes senegaleses sorprendieron a los campeones franceses venciéndolos 1-0 con un gol de Bouba Diop. En 2006 se abandonó la costumbre de que el partido inaugural lo jugaran los campeones vigentes, que provenía de 1974, y se retornó a la de que fueran los locales: Alemania goleó 4-2 a Costa Rica. En 2010 México fue parte del partido inaugural por cuarta vez, empatando 1-1 con Sudáfrica. En 2014 Brasil venció 3-1 a Croacia, en un partido por encima del promedio de esta lista, y en 2018 Rusia goleó 5-0 a Arabia Saudita en el clásico de la OPEP+ (?). Mañana se enfrentarán Ecuador y Qatar, en el que amenaza con ser el peor de los partidos inaugurales de la historia de las Copas del Mundo. La verdad, mañana, sobre el verde césped.
A última hora nos enteramos de que Karim Benzema se suma a la lista de grandes jugadores que se pierden la Copa por lesión. Benzema tuvo un buen Mundial 2014, no participó del de 2018, y ahora se queda afuera del que tal vez sea su último Mundial. Una pérdida enorme para Francia y para el torneo.
DÍA -2 / VIERNES 18 DE NOVIEMBRE
Los belgas perdieron bien 1-2 con los egipcios en Kuwait, una prueba de que la tradicional hospitalidad de los pueblos islámicos no es lo que era. Jugaron Courtois, Alderweireld, Carrasco, Hazard, De Bruyne: Bélgica guardó algunos jugadores pero no tanto. Igual es tan buen precedente como las goleadas argentina o portuguesa o el flojo partido alemán: o sea, nada.
Con todos los artistas que se niegan a animar la fiesta inaugural de la Copa Mundial porque el emirato se ha convertido en radiactivo sólo por tapizar las butacas de sus estadios con piel de trabajador migrante filipino o paquistaní, los organizadores agotan los contactos de sus agendas. Coldplay desmintió que vaya a tocar en la inauguración: argumentó que por el próximo año sólo puede presentarse en el estadio de River Plate, en los entretiempos de los partidos del local. Los Palmeras dijeron que tenían una Fiesta del Matambre de Tero en Vivoratá, provincia de Buenos Aires. Y así todo. En este momento se está barajando que se presente un dúo integrado por Pity Álvarez y Kevin Spacey, si se consiguen las autorizaciones penitenciarias correspondientes.
Hoy llamó la atención la presencia del periodista argentino Enrique Matusalén Márquez, que no se ha perdido una Copa desde la de Suecia en 1958. Nos cruzamos con el veterano cronista en el aeropuerto de Doha, y sostuvimos una animada conversación acerca de las diferencias entre el fútbol de hoy, el de antes y el que él conoció, el de más allá que antes. "Ustedes hablan del Brasil del '70 o de la Naranja Mecánica del ´74, pero no saben lo que eran la selección bizantina de 536 o los numidios de Zineddin que bailaron a romanos, galos y britanos", nos contó, emocionado.
Colegas tuiteros preocupados por los desmanes cometidos por el nuevo propietario de la plataforma, Elon Musk, compartían con nosotros su indignación en el bufé del Centro de Prensa, atendido con la calidad de costumbre, por segunda Copa Mundial consecutiva, por la empresa marplatense Sochori de Dorapa. "¿Elon Musk? Todito de ustedes, ciegos adoradores de ineptos ególatras hijos de papá subvencionados por sus amigos en el estado, que viven de vampirizar plusvalía y posan de innovadores de la poronga", nos dijo un colega estoniano que pidió reserva de su nombre, porque temía que fuera muy conocido en Argentina. "En este culto bien pavote a los que posan de macho alfa subyace una desesperación abrumadora por pertenecer a una comunidad, una familia, una religión; sentirse parte de algo en medio de océanos de nada. La medida de la desesperación la da el tamaño de los buzones que se compran", agregó.
DÍA -3 / JUEVES 17 DE NOVIEMBRE
Ayer vimos a la selección de Argentina golear a su ¿par? ¿similar? de los Emiratos Árabes Unidos en un duelo sin equivalencias, de allí la duda en el empleo de sustantivos, ante su clara impropiedad. ¡Pero tampoco hay equivalencias entre Alemania y Omán o entre España y Jordania, y en esos partidos no hubo goleadas! México perdió con Suecia y Arabia Saudita con Croacia, Polonia le ganó a Chile y Portugal bailó a Nigeria, y Ghana sorprendió a Suiza y Canadá a Japón, China ataca Kamchatka y Rusia ataca Ucrania y la ligan de rebote los polacos, un pueblo cuya entera historia consiste en resistir ataques que lo encuentran siempre muy mal ubicado.
Hoy hubo un amago de lío en Argentina por las desafectaciones por lesión de Joaquín Correa y Nicolás González, y su remplazo por Ángel Correa y Thiago Almada. Scaloni, tomá nota de que estos dos muchachos cayeron en paracaídas en la concentración argentina a menos de una semana del debut: en el caso de necesitar jugar una carta desesperada, hay que ir por ahí, por los dos jugadores que ya fueron salvados por la mano de Dios una vez.
El Tucu Correa y Nico González se suman a la lista de jugadores que se perdieron la Copa Mundial por lesión, como Giovanni Lo Celso, y que encabezan grandes nombres del fútbol internacional como Sadio Mané, Timo Werner, Philippe Coutinho, Paul Pogba o N´Golo Kanté. Se suman en la lista de ausentes a los no convocados como el español Sergio Ramos, o a aquellos cracks que militan en selecciones que no se clasificaron, como el noruego Erling Haaland, el egipcio Mohamed Salah, el colombiano Luis Díaz, el argelino Riyad Mahrez, el austríaco David Alaba y los italianos Gianluigi Donnarumma y Marco Verratti, entre otros.
Para finalizar la entrada del día de hoy, compartimos con nuestros eventuales y acaso inexistentes lectores la respuesta que la agencia de noticias china Xinhua dio a nuestra consulta acerca de cuáles eran sus cinco candidatos para llevarse la Copa. Gracias a los oficios del traductor de Google, podemos decir que su respuesta fue la siguiente: 1) Platalandia 2) Tierras Petisas 3) innumerables 4) Ilarilari Lari E 5) que de lejos parecen moscas 6) Franquicias.